Son nueve niños, con edades entre 1 y 18 años. Su madre se enfermó de cáncer y murió, pese a los cuidados del esposo. Los vecinos los ayudan con víveres y comida

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11 de abril de 2018, 23:00 PM
11 de abril de 2018, 23:00 PM

Reconoce que aprendió pocas recetas de comida. Una sopa de fideos, guisos o un bife son los platos que abundan en su reducido menú. Jorge Cruz (18) es el mayor de los nueve hermanos, cuya madre murió consumida por el cáncer. Él, junto con su hermana Nelba (15), estuvo a cargo de la familia mientras su padre se encontraba ausente ayudando a su esposa, buscando medicamentos y encomendándose a Dios. 

De pie sobre el patio de tierra de la vivienda que alquilan, Saúl Cruz (40) explica que la única pieza que ocupan se inunda cuando llueve y que el suelo se vuelve un lodazal. Hay tantas goteras que los profesionales de la dirección de Política Social de la Gobernación de Santa Cruz decidieron llevar una carpa para colocar una cama de dos plazas afuera, y dejaron los catres nuevos apilados sobre la pared.

Fue su esposa la que le encomendó a don Saúl mantener a su familia unida: “Si me recupero vamos a irnos de vuelta a Sucre, porque acá hay mucha gente que nos quiere hacer daño. Si ya no estoy, no dejes que nos separen”, le rogó como su última voluntad. Desde entonces rechazó varias propuestas de adopción o de llevarlos a un hogar.  

Cristinia Humacachu Colque (35) falleció la madrugada del 3 de abril. Cuando recibió la noticia, Ruth Chávez, la dirigente del barrio El Arenal, zona Pampa de la Isla, se quedó despierta hasta la hora del desayuno y se dirigió a la casa de los pequeños para llevarles comida. También lo hicieron otros vecinos que conocían de la tragedia que se vivía desde enero, cuando le detectaron un cáncer de cuello uterino.

Los Cruz viven ajenos al drama lo más que pueden. Se dedican a sus estudios, juegan y planifican su futuro ‘unidos’, como cualquier familia normal. Jorge, el mayor, padece de parálisis en el lado izquierdo del cuerpo, pero esto no le impidió cuidar de la bebé de un año, ni destacarse en matemáticas. La dirigente del barrio se comprometió a pagarle unos cursos en reparación de celulares una vez acabe el colegio. 

Apoyo de instituciones

Cuando la madre se enfermó, acudió al grupo de Voluntarios en Apoyo del Hospital Oncológico (VAHO). El representante, Gustavo Adolfo Vaca, explicó que se organizaron actividades solidarias y que, por el costo del tratamiento, decidió recuperarse en casa. Su vecina añade que ella se fue a la casa de su madre, junto con su esposo, por eso los menores quedaron solos por unos días.

El director de Política Social de la Gobernación, Duberty Soleto, explicó que tras conocer el caso enviaron un equipo multidisciplinario para corroborar el estado de los niños.

“Les llevamos camas y colchones. Pero cuando quisimos mover las camas viejas, nos dimos cuenta de que la pared se quiere venir abajo. Hicimos una limpieza general. Los vecinos colaboraron. Pasamos una mano de pintura y les llevaremos materiales para estabilizar la barda”, dijo. 

A raíz de una transmisión en la red Uno, recibieron una llamada del Viceministerio de la Presidencia para construirles una casa, aprovechando el lote que don Saúl tiene en el barrio Integración del Norte, en el municipio de Warnes. El padre de familia cuenta que los técnicos ya fueron a verificar el terreno, pero los vecinos no quieren que se vayan y piden que se les construya o se les compre una casa en el barrio donde viven actualmente. 

“Si los niños se quedan yo vendré todos los días a ayudarlos”, afirma una maestra, que no quiso dar su nombre.

Según Ruth Chávez, se recibió también una propuesta de la organización SOS para brindarles un capital para emprender un negocio. Indicó que la Defensoría de la Niñez les ayudó a conseguir sus carné de identidad a tres niños e incluso mencionó que recibieron ofrecimientos de atención por parte del seguro médico de la Policía, Kolping y los residentes chuquisaqueños.  

Historia familiar

La familia Cruz llegó de Sucre en 2010 en busca de mejores condiciones de vida. El padre es de oficio albañil y la madre se ocupaba de las labores de casa y lavaba ropa en los domicilios.

Antes que su madre se enferme, Nelba trabajó cuidando niños, pero la hacían trabajar más de nueve horas por apenas Bs 500. Los ‘hermanitos’ Cruz se organizan para estudiar en tres turnos, los pequeños en la mañana, y los mayores en la tarde e incluso la noche.