Folclore. La localidad cordillerana invita a conocer sus alrededores, donde se destacan la cultura guaraní en convivencia con el criollaje chaqueño. La fiesta patronal, festivales, haciendas y el Carnaval son la oferta turística de un pueblo que quiere ser considerado como un destino nacional

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7 de octubre de 2018, 4:00 AM
7 de octubre de 2018, 4:00 AM

Fue declarada hace pocos días capital folclórica de la cultura guaraní chaqueña del departamento de Santa Cruz y sus autoridades y pobladores trabajan en un proyecto que la visualice como un destino turístico a nivel nacional. Esa localidad es Cuevo, situada en la provincia Cordillera, a solo 360 kilómetros de la capital cruceña.

“Nuestras potencialidades turísticas son muchas, acompañadas de la riqueza de la cultura y tradición tupi guaraní que se ha conservado casi intacta, conviviendo con las costumbres del criollo chaqueño que habita estas tierras”, indicó José Manuel Virieux, presidente de la Asociación de Ganaderos de Cuevo (Agascuevo).

Cultura y tradición

El entorno del valle sobre el que está situado Cuevo regala al visitante innumerables sitios para conocer. Uno de los más llamativos es el chorro, una cadena de aguas cristalinas que se deslizan por una pendiente rocosa y se encuentra a seis kilómetros del centro, indica el alcalde Marcelo Villagra.

La iglesia misional franciscana, data de 1885 y fue advocada a San Juan Bautista, es otra de las atracciones junto a la celebración patronal cada 24 de junio. Fue reconstruida tres veces y en una oportunidad fue quemada por los nativos del lugar, explica Villagra.

Cuevo atrae también por sus actividades dedicadas al criollaje chaqueño, las costumbres se ponen a flote durante el Festival del poro o el Festival del queso y la leche, que muestran a los visitantes lo mejor de la producción del lugar, asegura Juan Pablo Quispe, encargado de comunicación del municipio.

La propuesta de hospedaje es variada, con acogedores hoteles y hostales dentro del pueblo. En esta oferta se incluye una ruta por las haciendas chaqueñas, que vienen acompañadas por la degustación de la gastronomía lugareña y la ambrosía. Para quienes quieren disfrutar más de las vivencias campestres las haciendas disponen de alojamiento.

Uno de esos ejemplos es Mandiyuti, a una distancia de cuatro kilómetros, donde además de los puestos ganaderos se encuentran yacimientos de petróleo que se pueden obsevar a flor de tierra, comenta Virieux.

La visita no estaría completa sin llevarse una artesanía cueveña, elaboradas con materiales nativos y que se enseña en las familias por generaciones, explica Quispe.

Durante la fiesta grande o ‘arete guazu’, los pueblos nativos de los alrededores, locales y visitantes se unen en una celebración, que es considerada por la cultura guaraní como la máxima expresión tradicional, asegura el munícipe local.

Autóctono. Los instrumentos tradicionales del pin pin son el ingrediente principal de la fiesta carnavalera
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