Leche compartida. Ayudan a neonatos, propios y ajenos, a sobrevivir con el líquido blanco vital

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26 de mayo de 2019, 4:00 AM
26 de mayo de 2019, 4:00 AM

Desde los primeros tiempos de la historia hasta el siglo XIX, las nodrizas, también llamadas amas de crianza, estuvieron de moda en los hogares. Sin embargo, con la aparición de la leche de fórmula y mayores cuidados en materia de infectología, su rol quedó en desuso. O eso se pensaba.

Persiste la versión moderna de esas nodrizas en los hospitales de la mujer. El de La Paz es el único del país que por el momento cuenta con un Banco de Leche Humana (BLH), que administra este alimento líquido de manera adecuada. Según el Ministerio de Salud, este año se implementará otro en Potosí, y a mediano plazo en Chuquisaca, Oruro y Cochabamba, siguiendo el modelo brasileño que tiene más de 200 de esos centros en su territorio.

No todos pueden entender la dimensión de su importancia, pero las mujeres con problemas para dar de lactar a sus recién nacidos saben que estas ‘mamás postizas’ son vitales, tanto como la leche, para la supervivencia de los pequeños.

Beneficiados

Encabezan la lista de favorecidos con la donación láctea los prematuros cuyas madres no pueden satisfacer sus necesidades nutricionales, los recién nacidos con bajo peso al nacer, con alergias, con malformaciones del sistema gastrointestinal, con enfermedades entero-infecciosas, o los hijos de madres que dan a luz a mellizos o trillizos que no tienen reservas suficientes de leche para alimentar a todos los bebés, o los que quedaron huérfanos.

El aporte de una nodriza también ayuda a madres que por una infección corren alto riesgo de transmitirla a su bebé por medio de la lactancia, a las que están siendo tratadas con quimioterapia, a las que padecen VIH o tuberculosis, etc.

Solo pueden ser donantes las madres en óptimas condiciones de salud y nutrición, que estén amamantando y que además tengan excedente de leche para someterse a la actividad adicional de extraerla para darla.

El estado de salud debe ser comprobado clínicamente por el personal de salud y al menos debe contar con la prueba rápida de VIH y hepatitis B, y otros exámenes de laboratorio y gabinete.

Algunas de las donantes tienen el desprendido gesto de donar, incluso luego de perder a su pequeño, o mientras está en cuidados intensivos.

Historias

Tania Escalier (33) dio a luz hace un año y seis meses, empezó a guardar reservas de leche para su propio hijo por si llegaba a necesitarla, pero no se dio el caso y decidió donarla al Banco de Leche de La Paz. “Pude ver cómo esos bebés prematuros que en muchos casos tienen una expectativa de vida muy baja se recuperaron y ahora son niños muy fuertes gracias a la leche materna”. Tania anima a otras mujeres a ayudar con leche si no pueden hacerlo económicamente, “donar leche es donar vida, es el mejor regalo que podemos hacer a esos pequeños que se aferran a este mundo”, invita.

Leidy Pinilla (26) atraviesa un momento complicado, y a pesar de eso tiene espacio en el corazón para pensar en los hijos de su prójimo. Con apenas tres meses, su tercer descendiente, Jhosué, se encuentra en cuidados intensivos tras ser sometido a otra cirugía en la cabeza. Mientras él se recupera, desde hace un mes Leidy recolecta su leche y la entrega para la supervivencia de otros niños. “Vi muchos casos de mamás que fallecieron y los bebés quedaron huérfanos y sin leche, me siento muy bien al ayudarlos. Tengo claro cuán necesaria es la leche para un recién nacido”, dice. Y espera que su pequeño regrese pronto a casa.

Paola Nina (31) es privilegiada, nunca tuvo escasez de leche para su hija Hannah Elizabeth, de ocho meses, pero además le sobró el alimento más cotizado entre los recién nacidos y lo donó desde octubre del año pasado hasta fines de abril de este 2019. “Son gotitas de vida que dan fuerzas a un bebé pequeño, y es un acto de amor que pude realizar y que fue de gran alivio para otras madres”, argumenta.

Una cesárea con complicaciones se interpuso entre Andrea Gálvez (29) y su tercer bebé por un buen tiempo. Imposibilitada para dar de lactar y en medio del llanto, se enteró de la existencia del Banco de Leche, donde tuvo que succionarse el alimento líquido y guardarlo para su hija, pero también alcanzó para alimentar a otros niños del Hospital de la Mujer de La Paz. Se sorprendió con la higiene, la esterilización de los instrumentos y los cuidados en el proceso. En el transcurso conoció a otras mamás, “una de ellas me dijo que mi aporte la ayudaba mucho porque su bebé necesitaba subir de peso y la leche materna tiene propiedades que la de fórmula no tiene. Estuvo muy agradecida conmigo y yo lo hacía con mucho amor porque sabía lo que significaba estar ahí, ver mal a mi bebé y no poder estar con ella”, recuerda.

Lucy de Ávila (32) atravesó una situación similar. Estuvo separada de Daenerys, su tercera descendiente, debido a que esta anticipó su nacimiento y fue prematura, lo que le implicó estar por debajo del peso promedio, tuvo un kilo y 600 gramos, y como si fuera poco, sufrió intolerancia a la leche materna. “Estuvo dos meses en una incubadora luchando para vivir”, recuerda ese momento ya superado, porque su niña acaba de cumplir el año de edad.

Si bien Lucy no dio su leche a otros pequeños, aprendió a administrar la propia con las enseñanzas de los expertos del Banco de Leche de La Paz. “En lo emocional, esa situación era de lo más triste, me sentía tan vacía de los brazos; como era un hospital materno, las mujeres salían con sus niños en brazos y daban de lactar, y yo me quedaba mirando a aquellos niños, preguntaba a Dios por qué me ponía pruebas tan duras, me salía llorando destrozada, pero al mismo tiempo le pedía que me ayude con el vacío de brazos. Le decía que si ella luchó tanto de pequeña, que me la deje. Cuando los doctores me dijeron que podía hacer un apego, fue una alegría tan hermosa, me daban ganas de llorar, pero me decían que no debía hacerlo porque todo se transmite por la leche. Nadie imagina lo triste que es no poder estar con el bebé y no poder darle de lactar, no se lo deseo a nadie”, rememora.

En el transcurso, acumuló la leche suficiente para su niña y se puso al día con esa reserva. “Con ayuda del Banco de Leche pude ayudar a mi bebé a salir más rápido de la incubadora. Fue una experiencia triste pero que al mismo tiempo me fortaleció. Ahora mi bebé es una niña sana que sigue tomando leche materna, cumplió un año, soy inmensamente feliz, ella me hace feliz, fue una luchadora, y todo gracias a la leche materna”, asegura.

5. Prematura. La hija de Lucy Ávila nació con poco peso y con intolerancia a la leche materna, pero luego aprovechó las reservas que su madre guardó gracias a la guía del BLH
6. Jhosué. El pequeño de tres meses, hijo de Leidy Pinilla, aún no tiene una foto junto a su mamá, se encuentra en cuidados intensivos. Mientras tanto, ella colabora a otros bebés

Banco de Leche

Un Banco de Leche es un centro especializado de recolección, conservación, procesamiento y control de la calidad de la leche materna (calostro, leche de transición y leche madura) para su posterior distribución de manera gratuita, bajo prescripción médica, ubicado en un establecimiento especializado en salud materno infantil.

Se caracteriza por coadyuvar a la lactancia materna a través de funciones de orientación y capacitación de recursos humanos, desarrollo de investigaciones operativas, asesoramiento técnico y disposición de laboratorio especializado.

Tiene como objetivo contribuir en la disminución de la morbi-mortalidad neonatal de prematuros a través de la proporción de leche materna que mejora su crecimiento y desarrollo óptimo.

En Latinoamérica, Brasil es el país que ha iniciado la implementación de Bancos de Leche Humana (BLH), y en la actualidad cuenta con 201 centros. En Bolivia, en 2009 se firmó el proyecto de cooperación bilateral entre Brasil y Bolivia para el apoyo técnico, equipamiento y funcionamiento del primer Banco de Leche Humana (BLH) inaugurado en la gestión 2014, que se encuentra ubicado en el Hospital de la Mujer de la ciudad de La Paz, por ser un nosocomio de referencia.

En el marco del Plan de Desarrollo Económico y Social, el Plan Estratégico Institucional del Sector Salud, la Política de Salud Familiar Comunitaria Intercultural (Safci), y en cumplimiento de la Ley 3460 de Fomento a la Lactancia Materna y Comercialización de sus Sucedáneos y su reglamentación D.S. 0115, el Ministerio de Salud viene implementando diferentes estrategias para promover, fomentar, proteger y apoyar la lactancia materna, entre las que se encuentra la creación de la Red de Bancos de Leche Humana. Potosí es el departamento que se encuentra en proceso de implementación para que un BLH sea inaugurado en la presente gestión, sin embargo, el resto de los departamentos, como Cochabamba, Chuquisaca y Oruro, todavía se encuentran en proceso de gestión.

En los cinco años del Banco de Leche de la ciudad de La Paz, 3.631 madres fueron donantes y 4.224 neonatos recibieron la leche materna pasteurizada para su alimentación, además de 1.805 madres que fueron asistidas con problemas de lactancia materna (desde su funcionamiento).

“Una de las metas es incrementar la prevalencia de la lactancia materna exclusiva, eso quiere decir que los niños y niñas menores de seis meses reciban solo esta lactancia materna, y para ello se desarrollan diferentes estrategias, dentro de ellas están el tema comunicacional, las capacitaciones, la acreditación de los centros de salud como amigos de la madre y el niño y el punto de implementar los bancos de leche en los departamentos”, explicó Yecid Humacayo, jefe de la Unidad de Alimentación y Nutrición del Ministerio de Salud.

Humacayo dice que, si bien el funcionamiento del Banco de Leche de La Paz no es masivo, beneficia a un importante número de neonatos que reciben leche materna. “Eso ha sido favorable para mejorar y reducir el tiempo de recuperación de los niños que están internados en el Hospital de la Mujer de La Paz”. También reconoció que el proceso de recolección de la leche no siempre tiene que darse a partir de un Banco de Leche, “una mamá-nodriza puede hacerlo, conservar la leche en su casa a través de la refrigeración y el cuidado que se requiere, para luego ser empleada en tiempo prudente”, explica, pero reconoce que el Banco de Leche permite garantizar el acceso pleno a leche materna porque pasa por un proceso de análisis y revisión de las donadoras, “por ende garantizamos que el niño o niña reciba este alimento de manera inocua o adecuada”, informa.

El proceso de recolección de la leche materna en el banco requiere de pasos fundamentales. Cuando la mamá se apersona en el Banco de Leche pasa por laboratorio para evaluar que no tenga alguna enfermedad que pueda contagiar al neonato beneficiario; una vez confirmada como donadora segura se realiza la recolección a través de la extracción, manual o mecánica. Luego la leche pasa a conservación o pasteurización, lo que elimina cualquier tipo de microorganismo y la deja lista para el consumo. “Este proceso no dura más de mediodía, quizás un poco más”, dice Humacayo.

En Santa Cruz aún no hay fecha para la implementación del BLH. “Es un tema muy complicado desde el punto de vista de la infectología. Si no reúne las condiciones ponemos en riesgo la salud de niños que pueden tomar leche contaminada”, explica Óscar Urenda, secretario departamental de Salud.

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