Según los datos que maneja Salesforce, en la actualidad hay 2.300 startups de inteligencia artificial que han recaudado 40.500 millones de dólares en inversión, lo que muestra una clara apuesta de los inversores por esta tecnología.

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28 de septiembre de 2018, 16:52 PM
28 de septiembre de 2018, 16:52 PM

Las empresas que dentro de tres años intenten vender productos, ofrecer servicios o hacer marketing sin adoptar la inteligencia artificial estarán acabadas, aseguró a Efe el "evangelizador digital" de Salesforce Vala Afshar. En una entrevista concedida en el marco de la conferencia Dreamforce 18 que la compañía de almacenamiento en nube y servicios a la empresas celebra esta semana en San Francisco (California, EE.UU.), Afshar se mostró tajante con respecto al futuro del sector empresarial.

"En tres años, las compañías que no usen inteligencia artificial en sus esfuerzos de marketing, ventas, servicios o todo aquello que lidie directamente con el cliente estarán acabadas. Perderán dinero, cuota de mercado, y a la larga no podrán seguir operando", aseguró.

De acuerdo con el "evangelizador" (la persona que se encarga de crear una opinión pública favorable a una tecnología), en los próximo años los usuarios requerirán que el trato que se les ofrezca sea absolutamente personalizado y que la segmentación del mercado se haga a nivel individual.

"Hay que ser proactivo con el consumidor, adelantarse a sus movimientos. Las compañías que creen ese músculo de anticipación son las que lograrán crear vínculos de confianza y lealtad con los clientes", explicó.

Según los datos que maneja Salesforce, en la actualidad hay 2.300 startups de inteligencia artificial que han recaudado 40.500 millones de dólares en inversión, lo que muestra una clara apuesta de los inversores por esta tecnología.

"Hemos llegado a un punto en el que las recomendaciones mediante inteligencia artificial cuidan hasta el más mínimo detalle", indicó Afshar, quien puso como ejemplo el proveedor de entretenimiento digital Netflix. La empresa californiana ya no recomienda películas en base únicamente a géneros como la comedia, el drama, o la acción, sino que se fija también en escenas concretas.

"Por ejemplo, si en las últimas diez películas que he visto había una persecución de coches, uno de los criterios que usará Netflix para recomendarme qué ver a continuación será que haya persecuciones en la carretera", subrayó. Según Afshar, cuando se llega a este nivel de detalle, "resulta absurdo para una empresa gastar las cantidades ingentes de dinero que se gastan para llegar a todo el público de forma indiscriminada ya sea en ventas o marketing".

"Es por ello que estoy seguro de que las empresas tendrán que cambiar (mediante la adopción de técnicas de inteligencia artificial) y, las que no lo hagan, se quedarán atrás y perderán el negocio", opinó el evangelizador digital. Afshar también ilustró la mejora en eficiencia que la inteligencia artificial puede suponer, por ejemplo, en el mercado textil: "Si a mí me gusta la ropa de tonos azules, ¿por qué me van a ofrecer una camisa rosa? No la voy a comprar. Yo pierdo tiempo y la empresa también".

Pese a los aparentes beneficios, esta tecnología también despierta muchos recelos porque para operar de forma efectiva necesita "aprender" del consumidor mediante grandes cantidades de datos, lo que genera dudas en torno a la privacidad. Además, hay quien considera que el hecho de que las empresas puedan "adelantarse" al potencial comportamiento del usuario y ofrecerle productos o contactarle personalmente sin que este haya dado el primer paso puede resultar invasivo para ciertos clientes.

"Existe una delicada línea entre inspirar y manipular. Esa línea la define la intención. Si las intenciones son dar valor añadido a tus clientes, entonces es que el objetivo es inspirar", defendió el experto de Salesforce. Afshar destacó que el usuario debe saber "en todo momento" por qué se necesitan sus datos, ya que solo así se generará la "confianza imprescindible" con la compañía para un uso "ético" de la inteligencia artificial.

"Una cadena de hoteles usará esos datos para conocer qué temperatura prefiere el cliente para su habitación, qué bebidas, si no desea que el servicio de habitaciones pase por la mañana porque se queda trabajando en el hotel, etc.", puso como ejemplo. "Pero antes -advirtió-, deberá explicar al usuario que ese es el motivo por el cual necesita sus datos, de manera que este entienda que es para su beneficio, lo acepte, y se cree esa confianza imprescindible".