Un estudio advierte sobre cuáles serán las regiones dónde se producirán los conflictos 'hidro-políticos' que podrían desatar incluso guerras

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17 de octubre de 2018, 16:53 PM
17 de octubre de 2018, 16:53 PM

Un estudio firmado por un equipo del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea (JRC) y publicado esta semana en Global Environmental Change, identifica las zonas del planeta que podrías sufrir conflictos sociales, políticos e incluso bélicos a causa de la escasez de agua. 

El documento, cuya traducción publica el sitio Gizmodo, señala que los efectos crecientes del cambio climático, junto a las tendencias actuales en el crecimiento de la población, podrían desencadenar en la inestabilidad regional y el malestar social en regiones donde escasea el agua dulce y donde las naciones limítrofes tendrán que administrar y compartir este producto cada vez más escaso.

El estudio señala que si bien las causas de posibles conflictos son complejas se debe tomar en cuenta el papel determinante que jugarán los recursos hídricos. Lo que trata de responder esta investigación es dónde se podrían llegar a desatar guerras por el uso de agua. 

El mapa, además de señalar las áreas geográficas y los países con mayor probabilidad de experimentar conflictos, busca que los países involucrados inicien conversaciones para evitar futuros problemas.

¿Cómo queda Bolivia?

El mapa señala en una degradación de colores el grado de riesgo que tiene una región de ingresar en un conflicto por recursos hídricos: naranja para probabilidad alta, amarillo para probabilidad media y verde para probabilidad baja.

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La mayor parte del territorio boliviano está en verde, lo que significa que el riesgo de conflictos por agua es bajo, sin embargo hay problemas en los países vecinos, especialmente en Chile, que tiene casi todo su país marcado en zona naranja.

El estudio señala que es más probable que surjan conflictos en áreas donde hay una presencia “transfronteriza” del agua, como un lago, una cuenca o un río compartidos, y cuando el agua dulce es escasa. 

“Depende de cuán preparados y equipados estén los países para cooperar”, dijo en un comunicado. “Aquí es donde esperamos que nuestra investigación pueda ayudar, al aumentar la conciencia de los riesgos para que se puedan buscar soluciones desde el principio”.

Sin embargo, el panorama no es alentador si es que se agregan otros indicadores,  los escenarios de clima y población futuros, señala el mismo informe. 

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