La pequeña brincó de alegría al percibir por primera vez la voz de su madre. Unas 500 personas con sordera recibieron audífonos en una campaña solidaria

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23 de enero de 2018, 6:25 AM
23 de enero de 2018, 6:25 AM

Una fiebre de 40,5 grados, cuando tenía nueve meses de edad, dañó la audición de Sara Adriana Bendita y se sumergió en el mundo del silencio hasta el domingo, cuando, a sus cuatro años, volvió a escuchar la voz de su madre y el sonido ambiental del salón Santa Cruz de la Fexpo, donde 500 personas con sordera recibieron audífonos de forma gratuita gracias a la unión de voluntades de los 12 clubes rotarios de Santa Cruz, Warnes y Montero y de la fundación Starkey, con sede en Estados Unidos.

Ni bien Tani Austin (directora de filantropía de Starkey Hearing Technologies) activó los audífonos colocados en los pabellones auriculares, Sara Adriana se quedó inmóvil unos instantes al percibir el mundo exterior y luego brincó de alegría en la silla en la que se encontraba de pie frente a la benefactora, quien la estimuló con vocalizaciones exageradas para que la pequeña modulara algún sonido fonético.

El momento se intensificó cuando Isabel Bendita se dirigió a su hija y le dijo: “Hola mi amor”. Esta miró a su madre y se fundió con ella en un abrazo. Isabel se gana la vida haciendo tareas de limpieza y lavando ropa ajena, por lo que le resultaba difícil comprar un equipo de audición, que en el mercado puede llegar a costar entre $us 400 y 500.

El don de escuchar

Similar experiencia vivió Brayan Velasco (15). Mónica Aldunate lloró de alegría al ver a su hijo hacer contacto con los sonidos. Brayan sufrió un cuadro de meningitis a los seis meses de edad y quedó sordo, por lo que desarrolló habilidades con el lenguaje de señas en una escuela especial.

Felipe Coaquira, de 65 años, fue otro de los seleccionados para recibir audífonos. Los necesitaba como cualquier persona sorda, pero mucho más en su calidad de guardia de seguridad, empleo que le demanda la atención de sus cinco sentidos. Felipe hace cinco años empezó a perder la audición sin que los médicos pudieran explicarle las causas. Su hija Éricka agradeció a los benefactores.

Otra campaña

Nicolás Zalles, coordinador del proyecto, manifestó que habrá una oficina para realizar los ajustes que requieran los pacientes, como la calibración del volumen y otros detalles. Los equipos, alrededor de 900, porque varios necesitaban dos, fueron fabricados a la medida de las personas seleccionadas.

Zalles señaló que en junio habrá una segunda entrega de audífonos a otras 500 personas de escasos recursos en Santa Cruz. Un número similar se entregará en Sucre.