Esconder el cumpleaños en la red social más popular del planeta tiene serias consecuencias, que incide incluso en el olvido por parte de amigos más cercanos

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14 de noviembre de 2017, 16:01 PM
14 de noviembre de 2017, 16:01 PM

Dos redactores del portal de noticias Verne eliminaron la notificación de sus cumpleaños en Facebook y el resultado del experimento fue que nadie los felicitó por esa fecha tan especial.

Los redactores Emilio Sánchez, cuyo cumpleaños fue el 23 de agosto y tiene 561 amigos en Facebook; y Pablo Cantó, que cumplió años el 11 de septiembre y suma 747 amigos en Facebook, probaron pasar su cumpleaños con la notificación de felicitaciones desactivado. El experimento marcó una enorme diferencia con el último año en que dejaron activada esta notificación.

Con el cumpleaños activado en Facebook, es normal tener un muro así:

Pero una vez con la función desactivada, el muro termina así:

¿Quiénes dejan de felicitarte?

Finalizado el experimento, los redactores analizaron quiénes los felicitaron en años anteriores y dejaron de hacerlo cuando se desactivó las notificaciones del cumpleaños. El resultado fue que no eran desconocidos, sino amigos cercanos o personas con quienes mantenían contacto más allá de las redes sociales.

Esto no significa que los que no nos felicitan sean "malos amigos", sino que nos confiamos en un atajo mental para este tipo de fechas, recurriendo a herramientas como las redes sociales. Igualmente, confiamos en la agenda del teléfono celular para recordar números que antes nos memorizábamos.

Las felicitaciones de Facebook pueden ser frías e impersonales, en comparación de las telefónicas, pero una de las funciones de activar el cumpleaños en esa red es interactuar con gente con la que no lo hacemos nunca.

De acuerdo con un estudio del Instituto Max Planck (premio Príncipe de Asturias en 2013) de Sistemas de Software, 39 % de las primeras interacciones con contactos de Facebook son felicitaciones de cumpleaños. Sin la existencia de estas acciones, puede haber contactos con los que no interactuaríamos nunca.