El sujeto realiza pruebas, en colaboración con la universidad de Copenhague para desarrollar nuevos y baratos sueros antiofídicos 

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25 de noviembre de 2017, 9:14 AM
25 de noviembre de 2017, 9:14 AM

Steve Ludwin tiene 51 años y durante más de la mitad de su vida se ha inyectado el veneno de las serpientes más mortales del mundo.

De acuerdo con El Comercio, la experiencia es dolorosa y peligrosa, pero lo hace para, junto la Universidad de Copenhague, ayudar con el desarrollo de nuevos y más baratos sueros antiofídicos.

Aunque ha puesto su vida en riesgo, la práctica también tiene un efecto secundario positivo: según Ludwin, no ha tenido un resfrío en 15 años.