Dónde hacer deportes extremos
Ambientes. La caminata por cañadones, el descenso en cuerda, el vuelo con paracaídas y la navegación en rápidos requieren escenarios naturales especiales y Bolivia los tiene en abundancia. Los aficionados y turistas también los disfrutan
Resistencia, fuerza, desafío. Bolivia tiene muchos lugares donde se pueden practicar los deportes de riesgo o realizar actividades que destrozan la rutina.
Para ir en orden descendente: empecemos a 5.390, en el nevado Charquini, que está a hora y media de viaje en vehículo desde la ciudad de El Alto y a una hora de caminata. En ese lugar suelen reunirse los integrantes de los clubes que integran la Asociación Municipal de El Alto a poner a prueba su resistencia.
Uno de esos clubes es K Oz, que está interesado en promover los deportes en montaña, como el andinismo, snowboard, escalada en roca y rappel.
Daniel Flores y sus compañeros suelen acercarse a los nevados del legendario Huayna Potosí. Aunque los primeros clubes se formaron hace una década, hace cinco años que una nueva generación de entusiastas retomó las actividades.
La actividad más frecuente es el snowboard, que consiste en deslizarse por la nieve en una tabla. “Las personas que ahora están en las agencias de viaje que promueven esta actividad salieron del club. Aprendieron y abrieron sus agencias y hacen este deporte, integrado a un paquete turístico”, explica Flores.
No es fácil conseguir una tabla de snowboard en el país, y su precio puede superar los $us 250. También se requieren botas especiales para la tabla, que protejan los tobillos, casco, guantes, una chamarra cortaviento, buzo impermeable y lentes similares de los de los motociclistas
Recientemente, se está desarrollando la modalidad rollerski (se pronuncia rólerscai), que también consiste en esquís con ruedas, para desplazarse sobre el pavimento. Es una opción para los que no pueden ir hasta los nevados y prefieren juntar adrenalina por la ciudad.
Sobre el Titicaca
Siguiendo con el orden descendente: en el lago Titicaca, a 3.800 metros de altura, está el llamado zipline que une las localidades de San Pedro y San Pablo, ubicadas a ambos lados del estrecho de Tiquina. Es un cable acerado que va de un punto alto a otro más bajo. Se aprovecha la gravedad para deslizarse por el cable.
Quien decida correr esta aventura será sujetado por arneses y mosquetones de alpinismo certificados. Según comentan quienes ya hicieron el recorrido de 1,7 kilómetros, la sensación es similar a la de un vuelo.
Esta opción ha sido presentada hace diez días y puede realizarse en cualquier momento entre las 9:00 y las 17:00, con la gente de Scatur Bolivia. Toda la actividad dura una hora y cuesta Bs 250. El paso sobre el estrecho dura alrededor de tres minutos. Dentro de poco se habilitará un cable de retorno, que será más prolongado.
Si se desciende hasta el rango de los 2.700 metros, en Cochabamba, está la opción del parapente o vuelo con un paracaídas modificado. Active Flying Travel ofrece un servicio completo de rappel o descenso con cuerda en la zona de Tunari y también navegación en Villa Tunari, con lo que ya se llega a una altitud de 300 metros.
Ahí, en el río Espíritu Santo, se realiza el rafting o navegación en aguas turbulentas. Desde la zona llamada Cristal Mayu se navega durante tres horas. El nivel de dificultad equivale a tres, lo que permite que sea una diversión familiar (el máximo riesgo es nivel siete, solo para expertos).
A una hora de El Torno, que está a media hora de Santa Cruz, está Jardín de las Delicias, un sitio ideal para realizar rappel. La gente de Nex Naturaleza Extrema está capacitada para guiar en descensos, que pueden llegar a los 90 metros.
Durante los meses de julio a septiembre se realiza en los cañones de Güirapucuti (Charagua) un trekking por agua, que consiste en recorrer varios cañones a pie, con ayuda de sogas. La emoción está garantizada.
