Viven en Estados Unidos y allí recaudan fondos para proveer de fármacos cada año a chicos internados en hogares cruceños. Son hijas de una boliviana y sueñan con expandir su fundación por todo el mundo

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5 de julio de 2019, 4:00 AM
5 de julio de 2019, 4:00 AM

El amor por el prójimo, sobre todo por los más necesitados, les brota por los poros a Daniela y Ariela Tejada Chávez, virtud que a su corta edad -una tiene 16 años y la otra nueve las empujó a crear la Fundación Meds4kidz, por medio de la cual, desde la ciudad de Plantation (Florida-EEUU), ayudan con medicamentos a niños pobres o enfermos de hospitales y albergues de Santa Cruz.

Este extraordinario compromiso personal brotó en el corazón de Daniela hace unos seis años, y se lo transmitió a Ariela, conforme fue creciendo.

Empezaron elaborando y vendiendo brazaletes de goma, organizando carreras pedestres en los parques y otros eventos, que les permitió juntar algunos miles de dólares que invirtieron en la compra de medicinas, vitaminas y otros suplementos para recuperar la salud de niños del centro nutricional de San Carlos, del hospital Oncológico y del Hogar de Dios en Saavedra, donde atienden a víctimas de parálisis cerebral.

Las chicas centraron su interés en niños del país porque tienen raíces bolivianas y porque vieron las necesidades económicas de muchas familias pobres. Su madre, Alejandra Chávez Ranza, es una cruceña que emigró a EEUU hace 18 años, donde se casó con el dominicano Joel Tejada. Ambos son agentes inmobiliarios.

“La primera vez recaudaron $us 2.800 y vinimos al hospital de San Carlos para niños desnutridos. Las chicas vieron que la demanda de medicinas era alta. Preocupadas por conseguir más dinero, organizaron carreras pedestres 5k en los parques de Plantation y complementaron con otras actividades. De esa manera, apoyaron también a niños del Oncológico y, desde 2017, lo hacen con el Hogar de Dios de Saavedra”, explicó la mamá.

La ONU alumbró el camino

En un castellano menguado por el inglés, Daniela relató que, en una visita como embajadora escolar a las Naciones Unidas en Nueva York, a sus nueve años, supo lo que quería hacer el resto de su vida: ayudar a niños pobres.

“Siempre ayudaba con mis padres en Plantation o en Dominicana, pero pensaba que, por ser niña, no podía hacer nada por combatir la pobreza de forma más efectiva. Sin embargo, en la ONU me dijeron que, aunque fuera niña, había cosas que podía hacer, como crear una ONG, y lo hice. Mi abuelo, que es médico, me dijo que una de las falencias en Bolivia es la falta de medicinas, motivo por el que muchos niños mueren; por eso volcamos nuestros esfuerzos acá”, manifestó Daniela, que cursa la secundaria y le falta un par de años para salir bachiller. Piensa estudiar Sicología y Negocios para apuntalar la fundación que preside.

Ariela debe ser la vicepresidenta más joven de una fundación en el mundo. Le pone el mismo empeño que su hermana a Meds4Kidz, siempre pendientes de las campañas en su barrio en las redes sociales.

Un ejemplo de su compromiso se plasma en Navidad. Los regalos que llegan de sus familiares los donan a niños menos favorecidos. En un gimnasio de la ciudad donde viven participan de un método que consiste en poner nombres de niños pobres y el regalo que necesitan en las bolitas que adornan el arbolito, y cada visitante arranca una, compra la prenda o juguete y las chicas los entregan.

Un salto importante

Daniela y Ariela han conseguido recién que el servicio de impuestos internos de Plantation ubique a Meds4Kidz en la categoría 501C3, lo que significa que las donaciones de las empresas serán deducibles de impuestos.

Por ahora, se apoyan en algunas empresas, pero quieren sumar a otras y sueñan con expandir la fundación por todo el mundo.