Desde el tamaño y postura de la mochila, pasando por el desayuno ideal y la actitud de los padres para hacerlos sentir seguros y positivos. Participaron con sus recomendaciones una fisioterapeuta, una nutricionista y una sicopedagoga

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31 de enero de 2019, 4:00 AM
31 de enero de 2019, 4:00 AM

Los padres de familia pueden propiciar que los chicos inicien el año escolar con buen pie. El retorno al colegio suele generar cierto estrés y nervios, y los progenitores deben trazar una estrategia para hacerlos sentir más cómodos y generarles cierta seguridad. Desde los aspectos sicopedagógicos, nutricionales hasta la mochila escolar, los padres deben tener una mirada integral hacia los colegiales.

1.- Ojo con la mochila. Gimena Amaya, jefa de carrera de Fisioterapia y Psicomotricidad de la Universidad Nacional Ecológica, señala que el peso de la mochila no debe sobrepasar el 10% del peso corporal del niño, es decir, si el niño pesa unos 30 kilos, la mochila no debe tener más de 3 kilos. Si la mochila es muy pesada, el estudiante se ve obligado a arquear hacia delante la columna vertebral o a flexionar hacia delante la cabeza y el tronco para compensar el peso.

Por otro lado, la distribución de la carga que lleva la mochila es fundamental, por eso primero se deben colocar los libros o textos de mayor tamaño y peso pegados al lado de la espalda y luego colocar los cuadernos, libretas u otros artículos escolares, ya que estos son más livianos.

“La espalda es la que nos mantiene erguidos, es un elemento muy importante de nuestra estructura anatómica en la que, si nosotros de forma permanente vamos provocando cierto tipo de alteraciones, estamos acumulando traumatismos y a la larga se van produciendo alteraciones en la postura del niño, además de dolor de espalda, de cuello y de cabeza, que en algunos casos va a interferir en su rendimiento escolar, puesto que el estudiante va a estar adolorido”, aclara Amaya.

Lo correcto es que la mochila no pase del tamaño de la espalda y que esté cinco centímetros por encima de la cintura. Además, la mochila se la tiene que cargar siempre en los dos hombros, poner todo el peso en uno solo a la larga trae consecuencias, afectando la postura y la columna, trayendo problemas de escoliosis, que son las desviaciones a nivel lateral de la columna.

2.- Que no salga de casa sin desayunar. Tomando en cuenta que hay poco tiempo para elaborarlo, la nutricionista María del Carmen Abela sugiere preparar un sándwich con carne de pollo cocida la noche anterior, añadir un jugo de fruta (guineo o papaya) con leche. También remojar avena en leche (de soya) y añadir trozos de fruta, como manzana y uvas pasas. Esta opción da sensación de saciedad para que los chicos aguanten toda la mañana.

Los adolescentes (que les da vergüenza llevar merienda de la casa) pueden llevar fruta, sándwich o barras energéticas, que son económicas, de sésamo o maní.

Recomienda evitar comprar comida en el horario de salida porque eso les va a quitar el apetito en el almuerzo, y evitar también los dulces y caramelos.

“Muchos chicos llegan al colegio sin desayuno cuando es obligación del padre mandar a los niños ya comidos, porque el recreo es a las 10:00 y si el niño solo trae en el estómago la cena de la noche anterior, han pasado muchas horas hasta el recreo”.

3.- Para los niños que tendrán su primer experiencia en el colegio. La sicopedagoga Nadia Rocabado dice que hay que empezar a prepararlos unas dos semanas antes. “Acostarlos temprano y hacerlos despertar temprano para que no sea tan brusco el cambio de horario”.

También es buena idea dejarlos con una tía una hora para que se vayan acostumbrando a estar separados de la mamá y no sea tan chocante el cambio de pasar toda la mañana lejos de ella. “Hay que ir hablándoles de que el colegio es un lugar bonito, donde va a tener amigos, mostrarle los materiales y el uniforme que se le está comprando, a modo de irlos preparando”.

Si llora cuando sea hora de dejarlo, que la mamá le deje algo de ella, por ejemplo, un monedero, algo que siempre usa, para que el niño tenga la seguridad que si la mamá no vuelve por él, sí va a volver por su monedero. Pero nunca quedarse en la puerta del colegio, el niño tiene que saber que su papá o su mamá se va a ir, pero va a volver.

Y si se trata de niños a los que les toca entrar a primaria, estos tienen que ser autónomos y hacer sus cosas solos, como ponerse la chompa, atarse los zapatos, tomar su merienda.

4.- Para los más grandes. Aunque no lo digan, ellos están ansiosos por el retorno al colegio. “Hay que decirles que se van a reencontrar con sus amigos y que es posible que hagan nuevos. Este es un nuevo año y todo va a estar bien. No hay que empezar dando advertencias, como ‘esta vez no quiero saber que se repita lo del año pasado’”. En lugar de eso, hay que llenarlo de factores positivos para que comience bien y evitar decir cosas como este curso es más difícil o te tocó una profesora mala, a ver cómo te va, porque así se está haciendo una sentencia y el niño no tendrá el impulso para empezar con pie firme.

También es propicio hacerlos practicar dos semanas antes para repasar las materias y alentarlos para que se sientan seguros.

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