Más vigente que nunca el grupo vocal rememora  su travesía musical a  lo largo de un cuarto de siglo 

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10 de junio de 2018, 4:00 AM
10 de junio de 2018, 4:00 AM

Este 2018 es el año de las Bodas de Plata del Grupo Vocal Contrapunto. El 15 de octubre de 1993  el coro emitió sus primeros sonidos. El Festival Sombrero ‘e saó de aquel año fue su lanzamiento. Se apropiaron del folclore oriental y decidieron difundirlo. Y no paró más. 

En 25 años han brindado más de 600 conciertos en el país y fuera de nuestras fronteras, sin contar los solidarios. Tienen 10 discos grabados, el primero de ellos, Raza Camba, que fue el primer hijo y el más vendido. Han participado en tres Festivales de Música Barroca y han grabado con la Camerata del Oriente y con el ensamble argentino Louis Berger. 

“Calculo que en 25 años hemos tenido más 8.000 horas de ensayo. Nos reunimos todos los lunes, miércoles y viernes a prepararnos”, asegura Eduardo, Lalo, Chávez, su director desde 1993.

Para celebrar los 25 años, del 18 de julio al  12 de agosto realizarán una exposición en la Casa Melchor Pinto sobre la trayectoria del grupo en la que mostrarán la historia que poco se conoce de Contrapunto, los premios y distinciones, fotografías, parte de los diferentes vestuarios que los han acompañado en estos años y algunos videos. Además, brindarán minipresentaciones al vivo. 

Como parte del festejo a fines de octubre realizarán el concierto aniversario y para cerrar con broche de oro, presentarán un CD con 25 de los mejores éxitos del grupo en estos 25 años. En ese compilado no pueden faltar las más emblemáticas, como Tierra camba encantada, Raza Camba, Niña Camba, Novia Santa Cruz, Concepción, Mujer Niña y Amiga, María María, Que viva el camba, Pan de arroz y Negro José, entre otras.

Las mejores voces

Los fundadores fueron ocho. Además de Carmen Robles, Wilma (China) Frías, Waldo Varas, José (Pepe) Talavera y el director Eduardo (Lalo) Chávez, que continúan dejando la huella del grupo vocal tanto a escala regional, como nacional e internacional, estaban María Celia Sanabria, Marlene Serrate y Roberto Ortiz, que estuvieron poco tiempo. Otros músicos y cantantes ingresaron a Contrapunto, pero  la rutina los corrió. Hoy completa el grupo el percusionista Alejandro Moreno.

¿El secreto para perdurar a través del tiempo? El respeto mutuo y la disciplina. Tengan o no conciertos, el grupo ensaya tres veces por semana y cuando tienen presentaciones se reúnen todos los días para ultimar los detalles. Se dedican en cuerpo y alma en los ensayos. Nada hacen improvisado. “Si le pelamos, y sí que nos ha pasado, es de burros”, dice entre risas la China Frías.

A lo que Lalo agrega que el apoyo de la familia es fundamental. “No vivimos de esto, pero trabajamos como si ganáramos millones y millones”, remarca Carmen. 

Hay semanas que ensayan todos los días durante dos o tres horas, dejando de lado a la pareja y a los hijos. “A ellos les debemos mucho, porque no estuvimos en varios de sus cumpleaños y aunque entienden, siempre queda un nudito en la garganta”, señala China.

1. El director y fundador. Lalo, director y guitarrista del grupo, junto a Lucho Domínguez, que desde el inicio del grupo es el sonidista, es uno más del grupo.

2. Con sus dos amores. En el centro Lalo con sus dos princesas, Flavia y María Laura. Ambas son cantantes y forman parte del Coro de la Orquesta Filarmónica de Santa Cruz.

Con la música en las venas

Los seis integrantes del grupo vocal llevan la música en la sangre. Todos los que iniciaron Contrapunto se conocieron en el Coro Santa Cecilia. Eran los solistas. Paralelamente decidieron formar la agrupación, pero terminaron desmarcándose del coro.

A sus dos años Lalo, que es arquitecto y trabaja en la Gobernación, comenzó en la música. A los seis, y de manera autodidacta, ya era diestro con la guitarra y su padre, el  reconocido serenatero Santa Cruz Chávez, le mandó a hacer una de su tamaño y con ella se convirtió en la estrella de todas las horas cívicas de su colegio. Hace 42 años tiene una guitarra que es la protagonista de los ensayos. Armó y dirigió su primer grupo Los Nocheros y ya en la universidad  formó el trío Arq’Canto. Luego ingresó a Santa Cecilia. 

Mientras que Carmen, que hace 30 años se desempeña como secretaria en la Agencia de Española de Cooperación, fue fundadora del Coro Santa Cecilia, del que luego se desprendió el Cuarteto Santa Cecilia. Luego se dedicó solo a Contrapunto.

China, que es oficial de registro civil, casi nació cantando. A sus tres años en el kínder estaba en todos los números musicales. Vivió entre artistas. Con su padre, Jorge Frías, y su hermana, Edith, cantaba en Los Palmarinos. Como solista recibió varios premios, entre ellos la Kantuta de Oro y el Carretón de plata. Estuvo poco tiempo en el coro. Luego formó el grupo Santa Cruz 2000 y finalmente se quedó en el grupo vocal. 
Pepe, cuya otra pasión es la cocina, por eso se formó como chef, comenzó a cantar desde muy niño en el colegio y luego en reuniones pequeñas. No obstante,  cuando conoció su esposa, China, comenzaron a cantar juntos y ya profesionalmente a los 27. 

Waldo, un ingeniero civil que trabaja en la Alcaldía, heredó el talento artísticos de sus padres. Su mamá, Nilda Castrillo, era poeta, mientras que su papá, Óscar Varas, era escritor. Sus hermanos también cantan y componen. En su adolescencia formó el grupo de rock Vanguardia y cuando se vino a Santa Cruz a trabajar entró al coro Santa Cecilia. 

Alejandro es ingeniero agrónomo y tiene su propia empresa, pero la música lo atrapó desde niño. Tocaba con Sebastián, el hijo de China, pero desde 2016 integra Contrapunto. “Aunque la diferencia de edad es notoria y me llevan 23 años de camino, musicalmente estamos bien hermanados”, dice el joven músico.

 
Entre tormentas y anécdotas

El grupo sobrevivió a varias crisis. Muchas veces, rememora Carmen, se pelearon entre ellos, pero como los trapos sucios se lavan en casa, ni sus cónyuges se enteraron. 

A fin de superar las tormentas hicieron terapia de grupo para decirse cada uno qué les molestaba del otro para mejorar y seguir adelante, no solo como colegas, sino como amigos. Y sí que les dio resultado; llevan un cuarto de siglo juntos.
Más allá de la música, de los ensayos y de los conciertos, los une una amistad a pruba de fuego que ya lleva muchos años. Por ello, siempre celebran las fechas importantes en familia. También se reúnen a ver películas, a escuchar música y a comer.

¿Anécdotas? Tienen miles, tantas que hay un video con todas ellas, como la que le sucedió a China en una gira por España que pidió que le den vuelta a la bandera boliviana porque estaba volcada cuando en realidad era de Olesa de Montserrat (Cataluña), o como cuando en plena grabación de un videoclip en Concepción Carmen se paró sobre una cueva de sepes, los alborotó y les picaron a todos. Una abeja que entró a la boca de Carmen mientras cantaba, manchas en los trajes y errores al vivo son parte de la historia.

 


4. En Tapekuá. En marzo iniciaron las celebraciones de las Bodas de Plata con varios recitales.

5. Sin ‘comper’. Se juntan tres veces a la semana a ensayar a perfeccionar su técnica y sus canciones.

De Santa Cruz al mundo

En 25 años de trayectoria el grupo deleitó con su música a casi todo el territorio nacional y brindó conciertos en varias ciudades de Argentina, Perú, Chile, Estados Unidos, España y Francia, donde, en 1997, fue distinguido con la Medalla de Personajes Ilustres por la Municipalidad de Saint Quirín. 

Lalo, Carmen, China, Pepe, Waldo y Alejandro afirman que Contrapunto les cambió la vida. Les dio el privilegio de tener a cinco de las mejores voces de Bolivia y a un gran percusionista, en un solo grupo. Les enseñó a amar la disciplina y a valorar la música regional.

Les dio  la oportunidad de llevar la música del oriental al mundo. Se conocen tanto que tan solo con mirarse se entienden. Ellos coinciden en que el grupo los hizo más que compañeros, hermanos.