De aniversario. Este 30 de marzo, la Ciudad de Jesús y Montes Claros de los Caballeros cumple 407 años de fundación. La calidez y hospitalidad de su gente, la fama de hombres y mujeres trabajadores y prósperos, su Carnaval y su cardenal Julio Terrazas, son algunos datos de la hoja de vida del lugar

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10 de marzo de 2019, 4:00 AM
10 de marzo de 2019, 4:00 AM

De las estribaciones de los Andes surge un valle grande y fértil, de ahí el origen del nombre de una ciudad de vocación profundamente agrícola que produce cereales y frutas: maíz, trigo, cebada, manzana, durazno, ciruelo, uva, mora, etc.

Hace 407 años, exactamente el 30 de marzo de 1612, los españoles fundaron una urbe de ‘blancos’ que sirviera de nexo entre las rutas comerciales de la Audiencia de Charcas (hoy Sucre), Santa Cruz y el Chaco, y que por la inmigración se convirtió en crisol de las culturas ibérica, guaraní, chané, quechua, árabe e italiana. Según el censo del año 2012, la población superaba los 17.000 habitantes.

Los festejos por el aniversario de Vallegrande, oficialmente denominada Ciudad de Jesús y Montes Claros de los Caballeros, arrancan con la serenata este 29 de marzo, fecha que coincide con un fin de semana festivo, propicio para darse una escapada de seis a siete horas de recorrido (244 kilómetros desde Santa Cruz de la Sierra). El sábado 30 habrá misa, ofrenda floral, acto cívico con desfile de unidades educativas e instituciones en la plaza principal.

La agradable temperatura promedio de 18 grados centígrados, que puede alcanzar los 30 en las épocas más calientes, hace de Vallegrande un refrescante destino del departamento cruceño, tanto como Samaipata, gracias a su altura de 2.030 metros sobre el nivel del mar.

Los hitos

Vallegrande ha sido más que un pueblo de paso, su nombre quedó en la historia nacional por distintas circunstancias en momentos históricos diferentes. En esa ciudad murió fusilado, el 23 de noviembre de 1828, en la plaza de armas, el último realista español, el Brigadier Francisco Javier Aguilera Roca, por haberse levantado en armas en contra de la recién nacida República de Bolivia.

El 7 de marzo de 1936, en medio del paraíso valluno, nació Julio Terrazas Sandoval, el primer Cardenal nacido en Bolivia, que disfrutaba pasar tiempo en su propiedad en una localidad cercana, Masicurí.

Durante casi 30 años estuvo enterrado en esas tierras el cuerpo del mítico guerrillero Ernesto ‘Che’ Guevara, junto a 22 de sus compañeros de lucha.

Dignos de visitar

La ciudad tiene fechas especiales, como el Carnaval, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial del Pueblo Boliviano, y visitado por decenas de miles de personas cada año. Es el evento más relevante a nivel turístico en Vallegrande. Otra cita que recibe un flujo interesante de gente es la Semana Santa, cuando la iglesia organiza la representación del Vía Crucis por las calles.

En cuanto a lugares, según datos del Gobierno Municipal de la ciudad, hay visitas guiadas o city tours para diversidad de gustos e intereses. Una de las alternativas es la Ruta del Che, que incluye La Lavandería y La Morgue (Hospital Señor de Malta), La Fosa de los Guerrilleros, el Centro Cultural Ernesto ‘Che’ Guevara (Memorial y Museo del Che), con un recorrido aproximado de 2,5 km, y un costo de entrada Bs 40 para extranjeros, Bs 30 para nacionales y Bs 15 para estudiantes bolivianos. La atención es de 8:00 a 12:00 y de 14:00 a 17:00, de lunes a sábado, mientras que los domingos es de 8:00 a 12:00. Los tickets se adquieren en el Centro de Información Turística (Plaza Principal 26 de Enero), con distintos horarios de salida.

Otro atractivo es el Parque Arqueológico de Pucarillo, a 12 km de Vallegrande, que puede visitarse de 8:00 a 16:00, se trata de un fortín con muros de dos metros, en la frontera guaraní-inca.

El Circuito Turístico de Palmarito, entre las comunidades de Cueva y Temporal, reúne una serie de cinco pinturas: una rupestre (Cueva del Diablo) y cuatro coloniales o religiosas (San José, Padre Santo, La Virgen de la Purísima y La Cruz Latina). En la ruta también existen restos de antiguos molinos de piedra movidos por energía hidráulica.

Otros sitios son la iglesia matriz, en la Plaza Principal 26 de Enero, con el campanario más alto de Bolivia (45 metros), construido en piedra. En la misma línea está la capilla Señor de Malta, en la calle Malta. Es muy visitado el mirador turístico, también la montaña mirador Los Paraos, que implica 2,5 km de trekking. Está El Picacho, otro mirador natural con caminata de 4 km. La represa de la Rayuela (rancherío Guadalupe), a 10 km, y donde se dio la primera fundación de la ciudad, que debió moverse por las continuas invasiones de los chiriguanos. En la lista de sitios figura además La Apacheta, un mirador a 7 km de la ciudad. Comunidad de Vado del Yeso, a 150 km, es famosa por haber sido escenario de la emboscada a los guerrilleros comandados por el ‘Che’, en 1967.

La comunidad La Higuera (municipio de Pucará), a 64 km de Vallegrande, es donde se ejecutó a Ernesto Guevara.

Los costos

La ciudad cuenta con 17 hoteles y hostales, con precios que oscilan entre Bs 30 y 120. Como transporte interno, los pobladores y visitantes se movilizan en taxi y mototaxi, pero también hay expresos para las salidas de los límites de Vallegrande. Para emergencias está el aeropuerto Capitán Vidal Villagómez Toledo destinado a avionetas (aerotaxis).

Existen al menos ocho líneas de flotas y trufis que salen desde Santa Cruz de la Sierra, de lunes a domingo, en varios horarios (mañana y noche), con tarifas entre los Bs 30 y 60 en fechas ordinarias. También hay viajes desde Sucre y Cochabamba.

Medio centenar de centros de expendio de comida dan a conocer la variada gastronomía vallegrandina, basada especialmente en la carne de cerdo. Chicharrón, asado colorado, escabeche, k´jaras, charque y aviones van de Bs 10 a 100.

 El charque. Es uno de los platos emblemáticos del lugar, pero la supremacía es de la carne de cerdo.

Pucarillo. Es un parque arqueológico. La Gobernación ha invertido recursos y profesionales para su mantenimiento.
Pintura rupestre. La Cueva del Diablo tiene huellas del arte del pasado.

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