En la era de los negocios. Es un idioma que pocos se atreven a comprender y hablar, por sus peculiares características tonales y picto-ideográficas, pero dada la influencia actual de China en el mundo de la economía, es necesario aprenderla

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27 de enero de 2019, 4:00 AM
27 de enero de 2019, 4:00 AM

¡Para mí esto es chino! ¿Cuántas veces hemos dicho esta frase, para referirnos a algo imposible de entender?

El chino-mandarín es la lengua oficial de la República Popular de China, país con una cultura de más de 5.000 años. Inicialmente, los ancestros solo se comunicaban de forma oral, pero la escritura a través de los caracteres se fue desarrollando a partir de la dinastía Shang, hace 4.000 años, y se fue modificando con los siglos. Hay varias leyendas sobre la formación de esos caracteres. “Para muchos, el sabio y consejero del emperador Shang, Cangjie Zaozi, fue quien desarrolló signos por la observación del entorno, a través de trazos, es decir, fue construyendo la esencia picto-ideográfica de la escritura china. Estos caracteres eran más simples que los creados inicialmente por la cultura popular.

Si bien es cierto que en China hay varios dialectos como el cantonés, el mandarín es idioma oficial. Para hablar mandarín es necesario dominar el Hanzi (caracteres chinos) y el Hanyu Pinyin (sistema de transcripción fonética de esos caracteres).

A partir de 1955, expertos lingüistas liderados por Zhou You Guang crearon una comisión que reformó el chino-mandarín y simplificaron aún más los caracteres ”, explica Zhang Chi, profesor de la Universidad Estudios Extranjeros de Guangdong, en Guangzhou.

“El pinyin fue creado con el objetivo de que los extranjeros puedan aprender la pronunciación del idioma, a través de la letras del alfabeto occidental, pues es,un sistema de transcripción fonética de la escritura china al alfabeto latino, en el cual se pueden distinguir los cuatro diferentes tonos o acentos que tiene la pronunciación del mandarín”, expone Jhai Yujiá, profesora del Instituto para la Educación Internacional de la Universidad de Estudios Extranjeros en Guangdong, Guangzhou, China.

Es necesario mencionar que la gramática china es mucho más simple que aprender la gramática del español, pues los verbos no se conjugan en pasado, presente o futuro.

No existe el género femenino o masculino, y se usan las mismas palabras para un sustantivo singular y un sustantivo plural.

“En general, el ciudadano de nacionalidad china debe saber alrededor de 3.000 caracteres para poder desenvolverse. Para los extranjeros que requieren un nivel de chino para negocios, 2.000 caracteres son suficientes, pero esos caracteres deben ser palabras profesionales y especializadas en el área de estudio, más que palabras de uso diario”, menciona el profesor Zhang Chi.

Extranjeros en China

Hay varios bolivianos que estudian en universidades chinas, por ejemplo, para el orureño, Juan Carlos Martínez Mendoza, la motivación de hacer mejores negocios entre Asia y Bolivia lo animó para viajar al otro lado del mundo. Con mucho esfuerzo, Martínez ya está cursando el tercer semestre y estudia cuatro horas diarias, gracias a sus amigos que hablan chino puede expresarse fluidamente en este idioma. “Hablar mandarín cambió mi vida, hoy puedo relacionarme mejor con los proveedores y dueños de fábricas”, dice.

Brescia Jaqueline Villanueva Gutiérrez, paceña, confiesa que es difícil, pero no imposible, “cada día tuve que ir más allá de lo que creía que podía aprender”, confiesa. Para ella, era necesario vencer el miedo a conocer una nueva cultura.

El mandarín es un desafío, pero como dice el refrán: “El que no arriesga no gana” y, si para ganar más dinero en los negocios el chino es indispensable, también lo es para tener un mejor bagaje cultural y saber qué acontece al otro lado del mundo.

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