La periodista y videasta Andrea Monasterios hace una reseña del filme ganador del Goya Una mujer fantástica, de Sebastián Lelio

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9 de febrero de 2018, 19:25 PM
9 de febrero de 2018, 19:25 PM

¿Qué pasa cuando alguien muere y quien debe comunicarlo es una persona que no es bienvenida? Bajo esa premisa el director y guionista argentino nacionalizado chileno Sebastián Lelio saca a la luz a Una mujer fantástica, su quinto largometraje que toca una temática oportuna, en un momento social mundial en el que se discuten cada vez más las libertades y los derechos de los seres humanos.

Este filme le valió a Chile la nominación a mejor película extranjera para los premios Óscar que se llevará a cabo este 4 de marzo, siendo la única representación latinoamericana en esta premiación. En su haber ya recolectó varios palmarés  como en el Berlinale, los premios Fénix, el festival de La Habana y San Sebastián, entre otros, de la figura humana.

Marina es una joven mujer que tiene que lidiar con la muerte de Orlando, su pareja de 56 años, ambos estaban planificando sus vidas en pareja y sobre todo se amaban mucho. Todo cambia cuando el muere repentinamente, entonces ella pasa de ser la joven compañera de un hombre viejo a ser ‘eso’, a un algo que no puede ni debe ser identificado.

 ‘Eso’ no puede tener buenas intenciones, ‘eso’ solo proyecta la ‘perversión’ que un hombre que alguna vez estuvo casado y tiene hijos pudo tener, ‘eso’ no merece ser visto como un ser humano, mucho menos con respeto, ‘eso’ da asco y tiene que ser eliminado de cualquier recuerdo. Es que ‘eso’ es transexual, es un pecado, es inmoral.

Aunque todos la tratan de ser una perversión, quienes realmente lo son, son quienes la apuntan para juzgar, como la comisaria que por puro morbo quiere verla desnuda o el hijo de Orlando que le hace miserable su vida. “Es un derecho humano poder despedirse de quien una quiere” le dice Marina a Sonia, la exmujer, pero todos en la familia le prohíben que vaya a su velorio. No es solo ‘la otra mujer’ es ‘eso’ y durante toda la película nos lo recuerdan. 
Pero nada de ‘eso’ la detendrá.

Sin duda una gran revelación en el cine sudamericano es la interpretación de Daniela Vega en el rol de Marina, una mujer transexual nacida en Chile, que  además se dedica al canto lírico, don que también es revelado en este filme y que le pone la nota musical. Lelio al querer aprender sobre el tema de la transexualidad dio con ella y así esta actriz se convirtió en un foco de atención mediático que incluso toma más relevancia que el mismo filme. 

La actuación de Vega es fluida y cautivadora, y sin llevarse por la exacerbación, su interpretación llega a ser hasta un mensaje de esperanza, sin caer en un cliché cursi, para cualquiera que alguna vez se haya sentido no bienvenida por los prejuicios de nuestra sociedad.