La ópera prima del director chileno Álvaro Muñoz ganó el certamen Laboratorio de Proyectos en Finalización del Bolivia Lab. El evento concluyó el viernes 5 de julio y fue elegido por un jurado internacional

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10 de julio de 2019, 4:00 AM
10 de julio de 2019, 4:00 AM

Entre los años 1998 y 2001 una pequeña población chilena (Alto Hospicio, Iquique) vivió bajo el terror de la desaparición, violación y muerte de 14 mujeres. La manera desacertada en que autoridades y los medios de comunicación abordaron el tema, animó al cineasta Álvaro Muñoz y a la productora Teresa Salinas a realizar una investigación profunda, no solo de los hechos, sino también del contexto en el que ocurrió esa tragedia. Como si fuera una caja de pandora desvelaron otros males que, decidieron relatarlos a través de una historia de ficción (Diablada), la que podrán concluir gracias al premio de postproducción obtenido el viernes 5 de julio en el certamen Laboratorio de Proyectos de Finalización, organizado por el Bolivia Lab realizado en la capital cruceña.

El argumento Diablada

fue elegida por un jurado internacional y entre diez proyectos finalistas, de una lista de 200 trabajos presentados al certamen. Feliz por el reconocimiento Álvaro Muñoz contó que han hilvanado realidad y ficción narrando la historia de un grupo de niñas de una localidad humilde, que desaparecen sin dejar rastros. Las niñas, como en los sucesos reales son secuestradas, violadas y asesinadas ante la decidia de la policía.

En esa trama, Andrés y su hija Nené observan conmocionados como sus vecinas inician la búsqueda de sus hijas desaparecidas hasta que la propia Nené no vuelve a su casa.

Esto hace que su padre se involucre con los familiares de las desaparecidas. “La historia gira sobre tres ejes: la discriminación socioeconómica, porque nuestros personajes son pobres, la discriminación geográfica, porque no pertenecen a las grandes capitales y la discriminación de género, porque las víctimas son mujeres”, explicó Muñoz.

En su historia, los realizadores han querido ahondar en otra temática pocas veces analizada en la cinematografía sudamericana, que es la discriminación de género en las tradiciones culturales y religiosas. La protagonista, Nené, baila como China Supay dentro de una agrupación de Diablada de su pueblo, pero ella sueña con bailar como diablo.

Sin embargo, pese al entusiasmo y las ganas que tiene su padre la cuestiona y le dice que solo los hombres pueden ser diablos, que eso no puede ser cambiado, la tradición no puede ser cambiada. “Los cuestionamientos que surgen a raíz de este tema es que nos animó a titular la película como Diablada, un tema que es bastante transversal en Bolivia, Chile, Perú y creo que cala hondo en la sociedad andina”, explicó Muñoz