La reconocida cantante chilena, con casi tres décadas de carrera, se presenta esta noche en el salón Guarayo de la Fexpocruz en una romántica serenata a las madres con el tour La fuerza del amor

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25 de mayo de 2019, 15:00 PM
25 de mayo de 2019, 15:00 PM

Myriam Hernández, la reconocida cantante chilena, llegó a Bolivia para cantarle a las madres. Se presenta esta noche en el salón Guarayo de la Fexpocruz en un show que arrancará a las 21:00 con los teloneros de Factor X y Romina Mazó.

La intérprete de El hombre que yo amo, Ay amor y Herida, guarda gratos recuerdos de Bolivia, no solo por su público, al que califica de maravilloso, respetuoso y cálido, sino porque fue el primer país al que salió a cantar, cuando comenzaba a internacionalizarse.

¿Qué canciones no pueden faltar en tu repertorio?

Las que siempre deben estar y que pide el público son Huele a peligro, Te pareces tanto a él, El hombre que yo amo, Ay amor, Herida, Se me fue, Mío, Tonto y Peligroso amor.

¿Son las que más te gustan?

No son las que más me gustan, pero no puedo dejar de cantarlas. Soy agradecida con esas canciones porque han marcado una etapa importante en mi vida y en mi trabajo, como El hombre que yo amo, que me abrió el paso hacia el extranjero, o Herida, que fue la primera que compuse, pero son otras las que me llegan al alma.

 ¿Cuáles?

Lloraré y Mira, son dos de las que he escrito. Cantaré un pedacito de ellas en esta gira. No las canto mucho porque uno va variando el show según el gusto de la gente.

 ¿Qué canción ha marcado más la vida de Myriam?

Profesionalmente, El Hombre que yo amo, porque me abrió las puertas de Latinoamérica, me hizo conocida, y marcó un estilo propio. Fue la segunda canción que grabé. Le tengo un cariño especial a Ay amor porque fue la primera y Huele a peligro marcó una etapa importante con la que tuve un cambio de imagen.

 ¿Hay una canción que cantaste y no te gustó?

A comienzos de mi carrera grabé Corazón desorientado. Está incluida en mi primer álbum, pero no me gusta. Me aburre cantarla. No tiene una mala letra ni mala melodía, pero en conjunto no me gustó.

 ¿Tenés alguna canción para tus hijos?

Sí. No la escribí yo. Fue Juan Andrés Ossandón y se llama Mi pequeño amor. Es muy linda, expresa lo que uno siente como mamá.

¿El hombre que yo amo, era dedicada a tu esposo?

No fue para él. No fue escrita para nadie en especial. Llegó para empezar a grabar mi primer álbum. El compositor me la presenta y me enamoro de ella.

¿En qué te inspiras para crear?

He escrito varias canciones, pero me gusta más interpretar que crear. Me inspiro en historias de las personas y se da en momentos de soledad o melancolía.

Has recorrido muchos países, ¿cuál ha sido tu mejor público?

A todos los países que he ido, siempre me han recibido muy bien, pero me encanta el público boliviano, es fantástico, al igual que el de Argentina, Colombia, Estados Unidos, donde hace poco hice una gira. Fue impresionante el recibimiento, al igual que en España y en Italia. Es maravilloso recibir el cariño del público. Uno se enamora de los países por su gente. Más que recordar un plato de comida o un lugar, que valga la oportunidad para decirles que me encanta el locro, uno se queda con su gente.

Un resumen de tus casi tres décadas de carrera …

Voy a cumplir 29 años de carrera internacional, porque yo partí mucho antes, a los 12 años en la televisión, espero poder celebrar a los 30, como lo hice a mis 25, la idea está, pero aún no está definido. Quizá el próximo tour tenga que ver con mis tres décadas de carrera profesional.

¿Cómo es Myriam de mamá?

Soy una mamá muy pendiente y cariñosa, pero exigente y de carácter. Tengo una buena relación con mis hijos y estoy orgullosa de ellos. Trabajar junto con mi esposo, Jorge Saint Jean, ha sido un plus porque hemos cuidado y protegido a nuestros hijos en el aspecto sentimental. Como pareja vemos que los conciertos no se crucen con nuestras fechas importantes, como los cumpleaños.

 ¿Tus hijos siguen tus pasos?

Mi hijo mayor, Jorge (24), quería cantar, pero yo no quería por nada del mundo. Llegó un momento en el que alguien me dijo que lo peor que podía hacer era decirle que no. Entonces le dimos el visto bueno y luego él solito volvió a la universidad. Ya está terminando Publicidad, y Myriam (22) estudia Derecho. Jorge ya trabaja con nosotros en las gráficas de mis conciertos, las fotografías me las toma él y está preparando la próxima gira. Estoy feliz porque seguimos trabajando en familia. Mi hija más adelante va a tener que ver los contratos, como buena abogada (risas).

¿Por qué no dejarlo?

Yo me he sentido privilegiada de llevar casi 29 años de carrera con una familia y mis hijos a mi lado. No es fácil compaginar la vida de artista y de madre, y yo he podido hacerlo. No sé si ellos iban a poder tener ese apoyo. Les gusta cantar. De hecho, le pusieron la melodía a la canción He vuelto por ti y yo puse la letra. Cuando cumplí 25 años de carrera subieron al escenario conmigo, Jorge tocando la guitarra y Myriam, el bajo.

 ¿Siempre fue tu sueño cantar?

Tenía cuatro años y siempre decía que iba a ser cantante, que grabaría discos y que viajaría en avión. Es algo increíble. Nunca pensé en otra cosa que no fuera ser cantante. Yo jugaba a cantar, no jugaba con mis muñecas. Me miraba al espejo y probablemente pensaba que era una cámara de televisión y el cepillo de pelo era mi micrófono y cantaba. Fue mi sueño de niña y se cumplió.

¿Cómo cuidas tu voz?

Tengo mucho cuidado con los cambios de temperatura. No trasnocho, no bebo y no fumo, que es muy importante. Estoy con clases de canto hasta el día de hoy. Sigo aprendiendo, con mi profesor de canto, Ricardo Álvarez, y aunque uno crea que ya tiene las técnicas, siempre hay nuevas formas de entender lo abstracto que es entrenar la voz.

 ¿Qué le decís al público?

Los invito a pasar una noche maravillosa, celebraremos a las madres. ¡Habrá un show precioso, lleno de música de amor y de sorpresas!