El proxeneta. Paso corto, mala leche es el documental con el que la española aborda la prostitución y la trata de personas. Fue proyectado en La Paz, Tarija y mañana en Santa Cruz. A las 19:00, en la Aecid

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17 de mayo de 2019, 4:00 AM
17 de mayo de 2019, 4:00 AM

Conocer a Irina, una rusa de 19 años, víctima de la trata de personas, le cambió la vida y laceró su corazón de cineasta. Desde ese momento Mabel Lozano (51) se convirtió en activista contra este delito que tiene cara de mujer joven y migrante.

El año pasado lanzó en España el documental El proxeneta. Paso corto, mala leche, dirigido por ella y basado en el libro El proxeneta, también de su autoría. Es su tercer largometraje con esta temática, y será proyectado mañana en la Aecid, a las 19:00. Sin embargo, es la primera vez que Mabel narra este mundo desde la voz de uno de los proxenetas.

¿Cuánta inquietud le genera la trata?

Para mí la trata es lacerante, me hace daño como madre, mujer, activista y ser humano. Una mujer de la misma edad que mi hija, por el hecho de nacer en un lugar vulnerable, será desnuda de derechos, y mi hija por haber nacido en otro lugar, estará vestida de derechos. Eso duele. Por eso no solo soy una cineasta contra la trata, soy una activista todos los días de mi vida.

¿Por qué Bolivia?

Vengo de la mano de la Fiiapp (Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas). Adoro este país por su multiculturalidad y aquí tengo grandes amigos como Roberto Navia. Con su crónica Tribus de la Inquisición hice mi primer aterrizaje en Bolivia.

¿Apela al cine feminista?

Soy feminista y hay que entender bien qué es. Vivo con absoluta alegría mi feminismo, quiero pensar que un mundo en equidad es posible, soy madre de un hijo y una hija, mellizos, nadie puede pensar que yo quiero más cosas para mi hijo varón que para mi hija mujer, o al revés.

¿Por qué cine social?

El cine comercial me parece interesante, pero es muy importante el cine que te saca de confort y te dice comprométete. Sin duda el cine es una de las grandes herramientas de transformación social porque incide en el imaginario de las personas. Mis trabajos son muy parecidos en el sentido de no hacer pornografía con el sufrimiento ajeno, y de cuidarse del lenguaje perverso; cuando hablamos de trata, hablamos de mujeres prostituidas, no de prostitutas. Mi cine no trata de aleccionar, pero sí hace reflexionar y crea pensamiento crítico.

 ¿Es rentable el cine social?

No da los grandes taquillazos, pero es rentable en el sentido de que te hace crecer y sentir muy bien cuando ves que avanzas y siembras. No solo de pan viven el hombre y la mujer, hay cosas más importantes, siempre y cuando tengas para comprar ese pan.

¿Le gusta más el libro o el documental?

Todo el que ha leído el libro dice que le gusta más, pero es que el libro serían cuatro horas de la película, tiene mucha información. Me gusta más la película, es mucho más directa, en el libro hablo yo en primera persona, en la película escuchan al proxeneta, y es muy importante, esa potencia de su testimonio es inigualable.

¿Qué aporte positivo puede dejar un tipo malo?

De los malos se aprende, porque no necesitan conocer las leyes, sino adelantarse a ellas. Lo que no se puede hacer es mostrarlos como héroes, o los jóvenes querrán ser narcos, proxenetas. Son delincuentes, hay que erradicarlos. Tienen que estar en la cárcel.

La trata es un negocio millonario ¿qué puede conseguir un documental?

Es una película política que busca leyes, y que termina con el proxeneta diciendo “que todas las caras del proxenetismo estén tipificadas”. En España el proxenetismo consentido no está penalizado y eso significa que las mujeres consienten en dar el dinero a los proxenetas por miedo y coacción. Todas las caras del proxenetismo deberían estar condenadas, nosotros tenemos planes integrales contra la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual.

¿En qué países se presentó?

En muchísimos. En Bruselas estuvo por semanas, de la mano de grupos de mujeres abolicionistas y se llevó al Parlamento Europeo; también estuvo en Argentina, etc., no deja de moverse, está en festivales, también en cines comerciales, que no es fácil porque la ventana de los cines comerciales está muy limitada para los documentales, pero tenemos una distribuidora de cine. Es muy importante que generemos un debate sobre la legislación que debe o no haber, o el posible abolicionismo al que queremos llegar en España. No confundir abolición con prohibición, la segunda son leyes punitivas, multa a las mujeres prostituidas, pero la abolición hace un trabajo de prevención y reinserción, multa a los proxenetas y a los demandantes de sexo de pago porque entiende que no podemos seguir comprando seres humanos.

¿Qué le dejó esta investigación?

Que la voz del victimario es importante porque corrobora la versión de las víctimas, a las que siempre se revictimiza.