Laura Bozzo, la famosa presentadora peruana relató en una entrevista cómo fue su infancia, su llegada a televisión y de cómo surgió su famosa frase "Que pase el desgraciado"

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6 de abril de 2019, 9:56 AM
6 de abril de 2019, 9:56 AM

La conductora de televisión Laura Bozzo dio una entrevista al portal Infobae en el que relata los aspectos poco conocidos de su vida: reveló cómo pasó de ser una niña que sufrió bullying a convertirse en la reina de la televisión peruana.

En su programa, Laura en América, acuñó una frase que se hizo famosa: "Que pase el desgraciado". En esta entrevista, realizada en su domicilio de la capital mexicana, lo contó todo a las periodistas Mariana Dahbar y Cynthia Talavera.

—Para los que no conocen a Laura Bozzo, ¿quién es?

Me considero una loca total, que dice lo que piensa. Me he metido en los líos más grandes del mundo. Desde niña mi madre me metía ají picante en la boca y me decía: ‘¡Cállate por el amor de Dios! No puedes hablar todo lo que piensas. No puedes ser así, eso te va a crear todas las desgracias de tu vida’. Y me ha traído grandes cosas y también grandes desgracias.

El día que la detuvieron

Uno de los momentos en los que se metió en líos fue cuando decidió hablar de la hija no reconocida de Alejandro Toledo, entonces presidente de Perú. "Me metí en el lío de mi vida. Gracias a eso tuve tres años de arresto, injustos y absolutamente dolorosos, porque me privaron de estar con mis hijas y de mi éxito.  Yo estaba en ese momento en Telemundo arrasando con el programa. Perdí mis propiedades, perdí lo que gané, me quedé en la pobreza total, perdí todo. Fue una de las dos experiencias más dolorosas de mi vida", recuerda.

_¿Cómo fue ese día que te detuvieron? ¿Qué fue lo primero que se te vino a la cabeza?

Dije: "Yo no voy a huir". Lo peor fue mi hija, tenía 13 años, estaba llorando por un lado, agarrándome la pierna, y yo pensé: "Me voy con mi hija y se acabó". Fue cuestión de segundos en que me jaló más el amor de madre. Pero cuando estaba por irme, cerré los ojos y vi a toda esa gente que confió en mí, que se la jugó por mí, y dije: "Yo me voy a quedar, el que se escapa es el que tiene la culpa".

Su llegada a la televisión

La llegada de Bozzo a la televisión fue una casualidad. Cuando era regidora de la Municipalidad de Lima la entrevistaron para un canal y un político vio en ella madera para dedicarse a ese medio ."A mí nunca me había interesado la televisión, nunca lo soñé… Creo que la gente estaba harta de caritas lindas y descerebradas".

—Llegaste ahí, pero ¿el primer día te maquillaron, te dijeron este es el set? ¿Cómo fue ese proceso?

Éramos tres. Las mujeres tienen la palabra, así se creó el programa, nació de una entrevista que me hicieron a mí. Me maquillaron y empecé a hablar así como te estoy hablando a ti, así como hablo yo. Lo que pensaba. Y eso causó conmoción. De ser una desconocida a que todo el mundo en la calle me hablara, me encantaba. Eso fue el inicio.

—En este paso por la TV,  ¿cómo surgió la famosa frase : "Que pase el desgraciado"? ¿Cómo se te ocurrió?

Eso salió así nada más… Estaba el desgraciado, Jesús, de 17, 18, años, y había dos chicas, de 16, embarazadas de él, y había una tercera, que saqué de espaldas, de 15. Me acuerdo que iba a decir que pase Jesús y no, dije: "Que pase el desgraciado". Y ahí quedó. El desgraciado era Jesús, que las había embarazado a las tres.

La niña detrás de la mujer fuerte

Laura Bozzo solo tiene miedo a fallarles a sus hijas y a su gente. A sus padres les diría: " Que me perdonen, porque creo que ellos hubieran esperado que fuera más normal, por así decirlo. Los pobres yo sé que no pueden descansar en paz, porque toda la vida estoy metida en líos".

Detrás de la mujer fuerte y segura, Laura dijo que hay una persona inmadura. "Tengo 253 de cociente intelectual y sin embargo mi inteligencia emocional es nula. Soy una niña prácticamente en muchas cosas".

—¿Qué le dirías a toda la gente que está viendo esta nota? ¿Cuál sería tu mensaje hoy, Laura?

Que no juzguen sin saber. Bajo esa fortaleza brutal que tengo, hay una niña muy débil que sufrió y que fue humillada. A mí me duelen muchas cosas que se dicen. Soy muy sensible, por eso conecto con la gente más humilde o discriminada, porque yo he sido discriminada, porque yo nunca me he sentido parte del mundo donde nací.