Los 15 murales inspirados en la naturaleza y en la poesía de Otero Reiche fueron pintados por artistas nacionales y extranjeros. Las obras serán entregadas hoy a los vecinos que prestaron sus fachadas

El Deber logo
11 de mayo de 2019, 4:00 AM
11 de mayo de 2019, 4:00 AM

Como si se tratara de una arborización artística, los invitados a la segunda versión del Encuentro Internacional de Muralismo El canto de la selva finalizaron los 15 murales que entregarán hoy (a las 9:00) a los vecinos de la plazuela Calleja. Inspirados en la poesía de Raúl Otero Reiche y los problemas de deforestación, los participantes, llegados de México, Argentina, La Paz, Cochabamba y Oruro, además de Santa Cruz, trabajaron hasta diez horas, durante cuatro días, del 7 al 10 de mayo, para finalizar las obras en el plazo previsto, aunque los detalles faltantes serán resueltos la siguiente semana.

El acto de entrega consistirá en un recorrido, acompañado de la tamborita, para visitar los domicilios donde los artistas pintaron las fachadas. Cada dueño de casa recibirá, de forma oficial, la obra culminada, pero además asumirá el compromiso de cuidarla.

Los 15 murales están distribuidos en las zonas aledañas a la plazuela Calleja, el más alejado está a tres cuadras, en la calle Potosí. “Apostamos por el centro de la ciudad, no por una cuestión elitista, sino porque queremos seguir recuperando los espacios.

La ventaja de la Calleja es que no está copada por edificios, la mayoría son casas, con taperas, hay gente que vive hace muchos años en la zona”, explicó Renate Hollweg, una de las organizadoras junto a otros artistas y gestores culturales. 

La temática Según Hollweg, la naturaleza por sobre el ser humano es la musa inquietante de este año, igual que el año pasado en la primera versión. “Con todos los problemas que existieron a escala local y nacional acerca de lo que es el uso del espacio, del afán de apropiarse de los árboles, con las consecuencias que esto genera a nivel estructural, de recursos hídricos, etc., quisimos tomar el tema de la deforestación como una crítica propositiva hacia el ciudadano, para que sea él mismo quien se interese y se involucre con el lugar en que vive. En la zona hacía falta algo, el muro estaba en silencio y ahora está empezando a hablar”, arguyó Hollweg.

Los cuidados
Antes de los 15 murales de este 2019, la Calleja ya tenía 17 grandes obras, tres pintadas por Renate Hollweg por iniciativa propia, una por un colectivo chileno como parte de otro festival y 13 que dejó como saldo la primera versión de este encuentro internacional.

Los murales de años anteriores se mantuvieron protegidos, sobre todo en la época carnavalera, gracias a las gestiones de artistas y la comisión de vecinos de la Calleja, que se reunieron con el Comité Impulsor del Carnaval y con la presidenta del Concejo Municipal, Angélica Sosa, y los movilizaron para cubrir los murales con plásticos en los días previos a la fiesta grande cruceña.

Con este mismo fin y para ‘blindar’ con legalidad la protección de las obras, el equipo organizador del encuentro solicitará al gobierno municipal una norma que de forma definitiva garantice la protección de este esfuerzo de artistas locales, nacionales e internacionales. Si bien Hollweg destacó la calidez de los vecinos de la plazuela Calleja a los pintores durante su labor, dijo que la realización de la tercera versión del encuentro está sujeta a las facilidades que estos les sigan otorgando, sobre todo en lo que respecta a los permisos de los propietarios de las casas para pintar sus fachadas. También reconoció que esta versión se dificultó un poco en lo económico, a la hora de los auspicios.