El músico no vidente, que ha obtenido varios reconocimientos, está de visita en Santa Cruz. Contó detalles de lo que viene trabajando y de cómo ha sido su vida

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4 de septiembre de 2018, 4:00 AM
4 de septiembre de 2018, 4:00 AM

¡Qué voz!, sin necesidad de calentar y ni siquiera de descansar de un largo viaje desde Buenos Aires, el cantante Nahuel Pennisi (27) no tuvo reparos en agarrar su guitarra y cantar algunas notas en la redacción de EL DEBER.

Pennisi, quien comenzó cantando en la calle Florida de la capital argentina, ha conseguido lograr en poco tiempo lo que muchos han soñado alguna vez, compartir producciones con otros grandes de la industria, como Carlos Vives, Luciano Pereyra, Leon Gieco, La Sole, Fonseca, entre otros.

Nuevamente en Bolivia, el país que, según has dicho, te ha dado la pieza para componer tus canciones. ¿Cuáles son esas piezas?

Es la primera vez que vengo a Santa Cruz a mostrar mi música. Vine en anteriores años, pero con otras experiencias. Estuve ‘mochileando’ y me llevé eso del recuerdo de Bolivia, el de aprender a vivir con un montón de sensaciones nuevas. Creo que la creatividad apareció después de esa experiencia que tuve, donde uno se siente chiquito con tantas cosas que aprendés en un horizonte nuevo, y eso para mí es Bolivia.

¿Cómo ha sido la gira de Feliz, tu último disco?

En Buenos Aires estamos trabajando bastante con este disco. Más allá de estas canciones, también me gusta hacer otras cosas, como covers de músicos que admiro y la gira tiene un poco de eso.

¿Qué te deja en tu vida el haber trabajado con otros músicos? ¿Qué aprendiste de ellos? ¿Qué crees que ellos han aprendido de vos?

Con tantos artistas que venimos hablando he aprendido mucho. Admiro y aprendo de ellos todo, cómo se han ganado un lugar en la música por la disciplina, por el trabajo, pero sobre todo por seguir la vocación. No sé qué habrán aprendido de mí, quizás a amar la música un poquito más, porque eso es lo que yo hago.

¿En qué estás trabajando?

Estoy grabando algunos videos de lo que es la gira Feliz. Hicimos un concierto muy lindo en Buenos Aires hace un mes y que seguramente se subirán en las redes algunas imágenes. Me tiene muy pendiente el próximo disco, que de a poquito se va formando, siempre compartiendo con diferentes autores, buscando canciones, disfrutando de esta parte del trabajo, el de elegir los temas.

Has comentado que la ceguera te ayudó a no distraerte con lo visual ¿a qué te referís?

El hecho de no ver me da la posibilidad de mirar hacia adentro, donde a veces uno más se conoce y donde más tiene que ir, hacia uno mismo para sacar lo mejor. La música que trato de hacer necesita eso, ese diálogo conmigo mismo, de poder descubrir por qué hago una canción y la verdad que me siento bien. Además que no distraerme también me genera muchas sensaciones. Creo que la música es sensación y con los ojos cerrados es más profunda.

Dos premios Gardel sobre tus hombros, además de las nominaciones a otros premios de la industria ¿Adónde querés llegar con tu trabajo musical?

La música me ha mimado mucho, pero el premio mayor para mí es el camino y poder caminar un poco más para aprender. Estos premios son incentivos que a uno le dan mucha alegría, pero más que llegar a algún lado yo quiero seguir caminando. La música no tiene límites y voy hasta donde pueda.

¿Cómo es el proceso de composición y de producción de tus canciones?

Es muy lindo. Trabajo con un amigo que siempre me acompaña, León Cuyé, es mi asistente, pero a la hora de producir creamos un montón de cosas juntos. El papel mío, más que nada, es hacer melodías, interactuar con algunas letras y poder darle la sensibilidad a cada cosa. Es el papel que más me gusta, el poder transformar las canciones, sean mías o no, para poder darles mi identidad.

¿Cómo aprendiste a tocar la guitarra, y de esa manera?

Aprendí así porque cuando era chiquito tenía un bajo que mis papás me lo ponían en la cama de esa manera, entonces, yo pensaba que se tocaba así, no sabía que se lo hacía de otra forma. Me las fui ingeniando para poder crear una técnica propia.

Has contado las dificultades que atravesaste en tu niñez con tus compañeros ¿qué consejo le podrías dar a aquellos niños no videntes que quieren incursionar en la música y que el entorno les pone trabas?

No tenía amigos, pero me divertía jugando con la música. Uno va buscando lo que le hace bien, lo que le hace feliz y yo creo que ese es mi mensaje: mirar las cosas que sí tenemos, porque si vemos las que no tenemos la energía empieza a cambiar y uno comienza con las dudas. Las certezas son las que te llevan por buen camino.