El grupo argentino se presentó en Hard Rock Café y ofreció un concierto con los grandes éxitos de la banda británica

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29 de noviembre de 2018, 4:00 AM
29 de noviembre de 2018, 4:00 AM

Freddie Mercury está muerto desde hace 27 años, pero vive no solo en el alma y la mente de cada fan y de todo el que reconoce su entrañable legado musical. También vive en la piel de Pablo Padín, vocalista de Dios salve a la Reina, la banda tributo a Queen, que el martes actuó en el Hard Rock Café, en un show apto para nostálgicos, acorde con la nueva fiebre por el legendario grupo británico que ha provocado el filme Bohemian Rhapsody.

Y ya lo había dicho Padín: “Invitamos a nuestro público a un sueño compartido en donde hay poco que razonar y sí mucho que sentir”. De eso se trata la propuesta de Dios salve a la Reina, un par de horas de fantasía y emoción, que te aproximan a un lugar en el que, tal vez, nunca hubieras podido estar y a una estrella inalcanzable, cuyo brillo no ha desaparecido.

La imagen, el vestuario, los gestos, los movimientos corporales y la voz, hacen de la performance de Padín una de las mejores que uno se pueda imaginar de Mercury. La banda no desentona y ofrecen una representación fiel del sonido Queen.

El show fue una especie de mini Wembley, que incluyó un comienzo poderoso con One Vision y Tie you mother down, siguió con Under pressure y Another one bites the dust, sin dejar de lado los momentos sentimentales con Love of my life  y Who wants to live forever. No podía faltar el desafío al público con el famoso ‘deo deo’ y piezas clásicas de la banda, como I want to break free (con la peluca y la blusa del video incluido), Radio Ga Ga, Hammer to fall, Somebody to love, Bohemian Rhapsody, We will rock you y We are the champions.