Suspenso del bueno. Se perfila como la mejor película de terror de esta temporada

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7 de septiembre de 2018, 4:00 AM
7 de septiembre de 2018, 4:00 AM

Solo viendo el tráiler de La Monja uno ya predice a lo que se enfrentará en la sala oscura del cine. El filme, dirigido por Corin Hardy, es un spin-off de la franquicia Expediente Warren centrado en la entidad demoniaca Valak que aparecía en la película original.

Esta nueva apuesta cinematográfica de terror comienza cuando una joven monja se quita la vida en un aislado monasterio de clausura en Rumanía. El Padre Burke (Demián Bichir), un sacerdote con un pasado vinculado a los encantamientos que le persigue, es enviado por el Vaticano para investigar este suicidio junto a una novicia (Taissa Farmiga) a punto de tomar sus votos. Juntos investigarán el impío secreto de la orden y se enfrentarán a Valak con la forma de la misma monja que anteriormente ya horrorizó a la audiencia en Expediente Warren: El Caso Enfield, mientras arriesgan su propia vida, su fe y hasta su alma, en esta abadía ahora convertida en un campo de batalla entre vivos y condenados

Curiosidades

La Monja fue filmada por completo en Rumania. Aunque la película sucede en la década de 1950, casi toda la acción se desarrolla en edificios del siglo XIV.

El equipo de producción construyó una iglesia, la Abadía de Santa Carta, en el estudio de Castel Film, pues está prohibido grabar en iglesias en Rumania.

El director eligió a Demián Bichir como el padre Burke tras seguir la carrera del actor desde su papel como Fidel Castro en Che. Hardy tuvo que convencer a Bichir de no hacer la escena de acción donde su personaje del Padre Burke cae de espaldas a una tumba abierta.

¿Visitantes del más allá?

Mientras se realizaba el rodaje, Hardy descubrió una misteriosa mano marcada en el polvo en un set del castillo, además cuando filmaban una escena atmosférica en una vieja fortaleza en Mogosoaia, el director del filme asegura que tuvo un encuentro sobrenatural con lo que piensa, fueron fantasmas de soldados rumanos, de los que el director, pensó que “tenían curiosidad sobre la filmación”. Para rematar Farmiga, que no es fanática de las películas de terror, tuvo pesadillas peleando contra demonios mientras estuvo grabando en locación.