La Escuela Juilliard es una de las más famosas del mundo. Interpretará una misa de Roque Cerutti, un compositor italiano cuyas obras se encontraron en Sucre

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18 de marzo de 2018, 10:06 AM
18 de marzo de 2018, 10:06 AM

Ya no será una sorpresa, pero sí una gran novedad: el Coro y Orquesta de Urubichá, símbolo de mucho de lo que se ha logrado gracias a la música barroca de Bolivia, tocará con la famosa Escuela de Música de Juilliard, el conservatorio de artes que tiene sede en Nueva York. 

El escenario está definido: será en la iglesia de San Roque,  el viernes 13 de abril, por la noche. Es la apertura nocturna del Festival Internacional de Música Renacentista y Barroca Americana ‘Misiones de Chiquitos’.

Los músicos interpretarán una misa de Roque Cerutti, que se encontró en el Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia. Cerutti nació en Italia, alrededor de 1683. Se formó musicalmente en Milán. Tenía 25 años cuando llegó a Perú. 

  Cerutti nunca estuvo en La Plata, como se llamaba a la actual ciudad de Sucre. Fue maestro de capilla en Lima y Trujillo. Es de suponer que su música fue copiada por diferentes copistas para que sea ejecutada en la catedral de Sucre, según un estudio dirigido por el musicólogo Piotr Nawrot, director artístico del Festival. 

La carátula de la copia dice: “Missa por 5 a quatro v. con violines”. Hay 19 obras atribuidas a Cerutti en el Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia. La Missa por 5 a cuatro voces fue transcrita y editada por Ana Luisa Arce. 

Inglaterra y Bolivia

Karin Cuéllar y Benedict Williams son dos talentos, boliviano e inglés respectivamente, que también tocarán el 13 de abril. Cuéllar ha estudiado en Londres con Rachel Podger, una de las más vibrantes y violinistas contemporáneas, poseedora de una “intoxicante combinación de poder y gracia”, según la crítica.  Karin Cuéllar se decidió a convertirse en música profesional después de escuchar una interpretación de violín en el Festival. 

Benedicti Williams también ha estudiado con Rachel Podger y está terminando sus estudios en la Royal Academy of Music. Es clavicordista y barítono. 

Una ‘megaproducción’

La programación de esta décimasegunda versión del Festival llamará la atención con dos nuevas sinfonías de Pedro Ximénez de Abrill Tirado: la Sinfonía 11 y la Sinfonía 16. 
La Sinfonía 11 será una producción con músicos de tres países.  Intérpretes de Argentina, Bolivia y Paraguay. Se hará con el apoyo de Fonplata, que opera en estos tres países. Para interpretar esta obra se reunirán 50 músicos, dirigidos por un joven argentino. 

Posteriormente, la sinfonía se reproducirá con equipos menos costosos y un número menor de intérpretes.  

El estudio de la Sinfonía 11 fue hecho por Ana Luisa Arce, que ha estudiado con Nawrot. Según la historiadora Beatriz Rossells, Pedro Ximénez (Arequipa, 1784 – Chuquisaca, 1865)” ha saltado a un primer plano en el estudio de los repertorios históricos de América del Sur en los inicios del siglo XXI, aunque ya fue reconocida por músicos de su tiempo y posteriormente, en especial la música para guitarra en Perú”. 

 “Lo curioso es que en Perú esto se pierde, pero aquí en Bolivia se salva. Bolivia es la excepción en toda América. Nadie tiene colecciones tan variadas y tan completas. Por eso también el éxito de este Festival”, dice Nawrot. 

“La mayor parte de la obra se encontraba desaparecida, y solo a partir de 2006, cuando el historiador William Lofstrom dio la voz de alarma -acerca de una gran cantidad de partituras que era ofrecida a la venta por particulares-, fue adquirida por el Archivo Nacional de Bolivia (ABNB)”, escribe la historiadora Rossells. 

Según Nawrot, la música de Pedro Ximénez nunca llegó a las Misiones, y la mayor parte se compuso en Perú, pero el maestro estuvo 23 años viviendo en Sucre. 

Pedro Ximénez

Una de las mejores referencias de este compositor, que trabajó durante tanto tiempo en Bolivia, dice: “Es uno de los más refinados y pulcros compositores en la vieja escuela de sonata y rondó y, al mismo tiempo, un intérprete sin igual del violoncello. Su poder de ejecución es tan grande como su gusto de compositor, y esto queda evidenciado en las exquisitas melodías que logra en su elegante instrumento, la guitarra española. Las joyas musicales que ha creado su genio son suficientes para inmortalizar su nombre: varias han llegado a Europa y han generado la aprobación total del gran Spohr”. Son palabras de Hugh de Bonelli, autor de Travels in Bolivia. 

Según el musicólogo chileno José Manuel Izquierdo, el primero que quiso llevar a Ximénez a La Plata fue el Mariscal Antonio José de Sucre, que lo conoció en 1823. Incluso llegó a destinar 500 pesos de su propio dinero para los viáticos. Sin embargo, Ximénez, reconocido ya como el principal compositor peruano, se quedó en Arequipa, hasta que la invitación del presidente Andrés de Santa Cruz.  

Otra novedad en este Festival: Pablo Uriarte interpretará una obra para guitarra de Ximénez Abrill. Lo hará con la orquesta creada por Ruben Darío Suárez Arana, el Ensamble Barroco Chiquitano. 

Intenso, exquisito

En las oficinas de la Asociación Pro Arte y Cultura (APAC), organizadora de esta movilización musical que ocurre cada dos años, hay un gran panel con la lista de los grupos que se presentarán, las sedes y las salas. 

Habrá  alrededor de 150 conciertos en diez días. La élite mundial de los intérpretes de música antigua está en ese panel: Musica Alchemica, Temperamentos, Pentanemos, Alia Musica, la clavecinista Sunyung Cho, el violinista Ryo Terakado. 

Son 18 los países que estarán presentes en este Festival. Nawrot empieza a enumerar los archivos de los que proviene la música que se oirá en esta versión: del archivo de Concepción que guarda la música de San Rafael y Santa Ana; de  Mojos; del archivo de monjas de Santa Clara en Cochabamba; del Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia, en Sucre; del Archivo Franciscano en Tarija; de Ascensión de Guarayos y Urubichá. Así es un festival de talla mundial. 

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