El galardón de la lengua castellana es concedido anualmente por el Ministerio de Cultura de España, a propuesta de la Asociación de Academias de la Lengua Española

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15 de noviembre de 2018, 12:08 PM
15 de noviembre de 2018, 12:08 PM

«¿Se hieren y se funden? Acaban de dejar de ser la lluviaTraviesas en recreo, gatitos de un reino transparente, corren libres por vidrios y barandas, umbrales de su limbo, se siguen, se persiguen, quizás van, de soledad a bodas, a fundirse y amarse. Trasueñan otra muerte».

Este poema, titulado Gotas, es apenas una muestra del poder que ejerce sobre las sensaciones la pluma de la uruguaya Ida Vitale. La poetisa es la ganadora del Premio Cervantes, algo así como el equivalente al Nobel de Literatura en español, que llega dotado con 125.000 euros.

Vitale es la quinta mujer en recibir el premio, después de María Zambrano en 1988, Dulce María Loynaz en 1992, Ana María Matute en 2010y Elena Poniatowska en 2013.

El 23 de abril de 2019, día en que se conmemora la muerte de Cervantes, Vitale recibirá este galardón durante una ceremonia que habitualmente tiene lugar en la Universidad de Alcalá de Henares y que está presidida por los Reyes Felipe y Letizia como monarcas.

Su hoja de vida

Considerada integrante de la Generación del 45 con otros escritores uruguayos como Juan Carlos Onetti, Carlos Maggi o Idea Vilariño, es la cuarta generación de emigrantes italianos en Uruguay, donde se formó en una familia culta y cosmopolita. Su descubrimiento de dos poetas uruguayas de entresiglos, Delmira Agustini y, en especial, un espíritu afín, María Eugenia Vaz Ferreira, así como de Gabriela Mistral la inclinó a la poesía lírica, aunque sus dos grandes referentes fueron José Bergamín, su profesor en Montevideo, y Juan Ramón Jiménez, a quien también conoció en persona.

Estudió Humanidades en Uruguay y ejerció la profesión docente. En 1950 se casó con el crítico literario Ángel Rama y tuvo dos hijos, Amparo y el economista Claudio, nacidos en 1951 y 1954 respectivamente. Se separó de su primer marido y colaboró en el semanario Marcha; entre 1962 y 1964 dirigió la página literaria del diario uruguayo Época. Fue codirectora de la revista Clinamen e integró la dirección de la revista Maldoror.

Empujada por la dictadura, se exilió a México en 1974 y, tras conocer a Octavio Paz, este la introdujo en el comité asesor de la revista Vuelta. Amplió su obra cultivando el ensayo y la crítica literaria y tradujo libros para el Fondo de Cultura Económica; impartió conferencias y lecturas, participó en jurados y colaboró en numerosos diarios.

Volvió a Uruguay en 1984, y dirigió la página cultural del semanario Jaque. Desde 1989 vive en Austin (Texas) junto a su segundo marido, el también poeta Enrique Fierro, y viaja muy esporádicamente a Montevideo. Fue nombrada doctora honoris causa por la Universidad de la República en 2010. Lee y traduce particularmente del francés y del italiano, y entre los autores de sus versiones se cuenta a Simone de Beauvoir, Benjamin Péret, Gaston Bachelard, Jacques Lafaye, Jules Supervielle, Jean Lacouture Mario Praz y Luigi Pirandello.

Inscrita en la tradición de las vanguardias históricas latinoamericanas, su poesía indaga en la alquimia del lenguaje y establece un encuentro entre una exacerbada percepción sensorial de raíz simbolista, siempre atenta al mundo natural, y la cristalización conceptual en su perfil más preciso.