El proyecto del realizador boliviano fue seleccionado en la sección de Work in Progress, para apoyar a producciones que se encuentran en desarrollo

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18 de abril de 2018, 11:59 AM
18 de abril de 2018, 11:59 AM

“La sirena es una figura mitológica universal que también está en la cultura andina, es el  coqueteo, es como el llamado a los protagonistas del filme para que vivan ese día en particular” Explica Carlos Piñeiro, director de Sirena, una nueva película del Colectivo Socavón Cine que en el marco del BAL (Buenos Aires Lab) en el BAFICI (Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente) se hizo acreedor del premio Zebra, que consiste en una semana de posproducción de color y transfer a DCP, el formato final para que se proyecte en el cine, en el estudio Zebra en Argentina.

 

Esto es un ahorro en su presupuesto que les llega en un momento perfecto ya que pudieron conseguir dinero hasta esta etapa de producción, esto significa que podrán dar un paso más en el largo camino de producir un filme en Bolivia. Sirena fue seleccionado en la sección del Work in Progress, para apoyar a producciones que se encuentran en desarrollo, los premios se dan a partir de lo que más se necesita para salir adelante. El jurado internacional estuvo integrado por la productora y actriz francesa Julie Gayet; la productora colombiana Diana Bustamante; y la productora argentina Vanessa Ragone.

 

“Obviamente estos espacios y plataformas son súper importantes. A nivel personal, puedes charlar y conversar con personas que saben mucho del cine y que están en el medio. En cuanto a la película fue muy positivo todo ya que es la única forma que tenemos de mostrar nuestro  trabajo y también estar en más circuitos y plataformas para conseguir financiamiento, que es lo que menos tenemos y más necesitamos” comenta el director con optimismo, pues es un trabajo que viene realizando desde hace cinco años y que espera poderla estrenar este año “ojalá sea en un festival, pero estamos en un punto de que si no fluye el financiamiento, puede parar”, aclara.

 

La ficción, cuya idea original es del director, cuenta la historia de cuatro personas que están de paso en el lago Titicaca y uno sufre un accidente, a partir de allí todo se torna muy extraño. Se eligió el blanco y negro para el tono del filme.

 

Piñeiro, que en su filmografía tiene cortometrajes como Plato Paceño y Max Jutam, comenta que siempre trabajó con el escenario andino como protagonista, “Es el lugar de donde vengo y que más me gusta y creo que tiene mucha riqueza como para no explotarlo. Para mí, el lago es sagrado y ha sido un lujo haber grabado allí” así explica el escenario de este, su primer largometraje. El rodaje fue en locaciones del lago Titicaca como Santiago de Okola, Copacabana, también en el mirador de Lloco Lloco y en La Paz. “Me encantaría hacer un estreno en Copacabana y en Carabuco (cerca de Santiago de Okola) es una deuda pendiente” afirma.

 

Para que este filme llegue a donde está se requirió la ayuda del Colectivo Socavón Cine, el Colectivo Marketero, Matte box e Indómita que alivianaron el trabajo para el equipo de Piñeiro, que regresará a Bolivia con un premio que los motiva a seguir en el camino para traer a la luz una nueva obra cinematográfica en un país que puede ser tan complicado hacerlo.