Son 14 municipios cruceños los que se integran en este festival, además de uno de Chuquisaca y también la capital tarijeña. Las presentaciones en estos lugares no tienen costo y son seguidas por mucho público

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18 de abril de 2018, 4:00 AM
18 de abril de 2018, 4:00 AM

Los municipios que integran el circuito de sedes del Festival de Música Barroca viven días especiales gracias a la llegada de las distintas agrupaciones, bolivianas y extranjeras, que ofrecen su talento y su amistad cada día a los habitantes de estos lugares, especialmente en los pueblos chiquitanos, pero también están los municipios de Cotoca y de Porongo, que son parte de esta fiesta bianual y para quienes albergar tanto a músicos como a los turistas que los siguen, es una oportunidad de dar a conocer su cultura. 

Un festival diferente
En las provincias se vive de distintas maneras, hay más emoción en el público, al menos eso es lo que piensa Édgar Salazar, director de la
Orquesta de Cotoca, que participa por primera vez en este evento bianual. “El festival se ha convertido en una fiesta para los pueblos”, comenta Salazar. “En la Chiquitania después de un concierto están los yarituses esperando a los músicos, la gente aplaude y disfruta”, menciona el director, quien agrega que el hecho de haber sido aceptados este año para participar en el festival barroco ha sido para él y los músicos cotoqueños como haber entrado al Mundial. 

“El festival también es importante para la economía de los habitantes, que venden sus productos, y es muy bueno ver las iglesias repletas de gente en cada concierto, es algo muy bonito”, dice Salazar, que ya participó en anteriores ocasiones en otras agrupaciones.      

A la violinista cruceña Karin Cuéllar, que hizo su debut en este festival como solista, le resultó curioso que hubiera más público extranjero en las
provincias que en la ciudad; para ella, tanto el público extranjero como el local en los pueblos donde tocó la hizo sentirse muy cómoda.
“Crearon un ambiente muy cálido y acogedor, me sentí muy bienvenida”, comentó Cuéllar, que luego de abrir el festival en la capilla Los Huérfanos de Santa Cruz, estuvo con su compañero, el pianista Benedict Williams, en Concepción y en San Ignacio de Velasco.

Para Cuéllar, el aspecto pequeño de las iglesias donde tocó en la Chiquitania le daba un ambiente familiar a los recitales. “Tienen capacidad para 50 personas, pero en los conciertos entraban más de 100, eso le daba una calidez y un aire muy familiar”, dijo Cuéllar, para quien abrir el festival fue una experiencia muy importante. Los municipios aún tienen cinco días para vivir el festival barroco.

Apuntes del barroco

Sin costo

Los conciertos en los municipios cruceños y en los de otros departamentos son gratuitos.

Giras

Todos los grupos participantes tocan tanto en la ciudad como en las provincias.

Fiesta

En los pueblos se preparan verbenas, danzas y retretas para agasajar a los músicos  invitados.