El concierto es el final de una serie de talleres en los que se analiza la ciudad y sus problemas. Cantando por mi ciudadanía usa el hip-hop para soñar soluciones. Esta versión entona sobre juventud y arte urbano

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17 de noviembre de 2018, 4:00 AM
17 de noviembre de 2018, 4:00 AM

Son jóvenes con todo el ‘power’, aunque las condiciones les resulten adversas. Hoy cantarán y competirán en un concierto que resulta de una serie de talleres de reflexión que empezó hace meses. La octava versión de este evento de hip-hop temático, llamada Cantando por mi ciudadanía, ahora ha reflexionado acerca del arte urbano y de los jóvenes.

El grupo Esencial Corp. dirigió algunos talleres. Ariel Castillo, conocido como Chull One, es parte de Esencial Corp y habló acerca de lo que implica ser parte de esta cultura: el estilo de vestir, la información y los conocimientos para emprender un proyecto y desarrollarse en alguna de las cuatro áreas del hip-hop (canto, música, baile o artes plásticas).

La noción de que el hip-hop está relacionado con violencia, drogas y pandillas es un estereotipo que se fijó en los 70 en Estados Unidos. En Latinoamérica el recorrido es distinto, porque en casos como el cruceño involucra un proceso de reflexión, como se escucha en una de las rimas que hoy competirá: “Es fácil culpar al prójimo de todo/Para cambiar mi entorno puedo darme modo/Culturizarme, enseñar con el ejemplo/Así el cambio se contagiará con el tiempo”.

Recursos artesanales

Uno de los que compite es Nueve Cinco, un rapero que hace de todo para sobrevivir: suele subir con su parlante a los micros, acompaña a los artesanos para vender manillas y se presenta en los mercados. Ha dado talleres en dos colegios para mostrar que el hip-hop no es violencia y, aunque el dinero escasea a niveles de hambre, estudia Sociología.

Nueve Cinco dice que debería haber más eventos como este para difundir el hip-hop que tanto atrae a los jóvenes. Creadores como Dengharuz, que trabaja en hojalatería, van juntando poco a poco sus equipos para grabar. MCLimber es diseñador gráfico y JC King conduce un taxi. El estigma de la pandilla no los toca, porque para ellos el hip-hop es un punto de encuentro en el que desaparecen el origen, la formación o el barrio en el que viven.

Juan Pablo Sejas, del Centro Cultural San Isidro, considera que el proceso previo al concierto es quizá más importante, porque implica reflexión. En suma, se trata de un proceso de formación ciudadana que involucra a la música.

En el transcurso, los jóvenes van descubriendo que están descuidados por el Estado, pese a que son 2,7 millones en Bolivia. Este canal de expresión puede ayudar a bajar los índices de violencia, de consumo de drogas y alcohol. “El hip-hop ha sido una vanguardia de protesta en el mundo. Desde esa premisa, Cantando por mi ciudadanía consiste en ver las potencialidades de los jóvenes para que se expresen entendiendo el contexto y planteen demandas y soluciones”, dice.

De la reflexión al escenario

Después de los talleres hay una semana para presentar las grabaciones. No se necesitan equipos costosos ni sofisticados. Basta un celular para registrar las creaciones nacidas de la reflexión en los talleres. Si se pidiera una grabación semiprofesional, el proceso se truncaría.

Después de una fase de selección, quedan 10 competidores que hoy presentarán sus letras en Patio Cinema (Arenales No. 85), desde las 18:00. Habrá improvisación y rimas.

No es una moda

NACE UNA CULTURA
Hace 10 años en Santa Cruz no se pensaba el hip-hop como arte, sino como una moda. Poco a poco se ha ido entendiendo que se trata de una cultura.

MANIFESTACIONES
El hip-hop se manifiesta de cuatro formas: el baile (break), canto (MC o rap), la música (DJ) y grafiti (artes plásticas). Todo se complementa con formas de hablar y de vestir.

EN LA CALLE
Santa Cruz es una de las ciudades con más batallas de rap, según los creadores. Cada jueves se reúnen en la Manzana Uno para practicar free style.

BATALLA DE MAESTROS (BDM)
Es un evento que se realiza en Chile. Bolivia está representada por Pedro Luis Franco (Armamente), seleccionado en un torneo nacional. La boliviana Valeria Saravia (Vash) está en el jurado.

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