La noche invitaba a la nostalgia y a recordar a viejas glorias del rock. No faltaron los grandes clásicos de los años 70 y 80. Fue lamentada la ausencia del ex-Chicago Bill Champlin y de la voz de Bobby Kimball

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17 de junio de 2019, 3:00 AM
17 de junio de 2019, 3:00 AM

Prometía ser una gran noche y lo fue, pero a medias. Business Group convocó a los nostálgicos y fanáticos de esos clásicos imperecederos de los años 70 y 80 en un espectáculo denominado Icons of the classic rock, que el sábado reunió en el escenario del salón Guarayo de la Feria Exposición a exintegrantes de bandas históricas del género.

Bobby Kimball, de Toto; Alex Ligertwood, de Santana; Fran Cosmo, de Boston; Kevin Chalfant, de Journey; Bill Champlin de Chicago y su hijo Will Champlin figuraban en el cartel de estrellas anunciado. Todos actuaron, excepto Bill, que no llegó debido a problemas de salud, los cuales también le impidieron actuar en su recital del jueves en Perú. A pesar de que Will terminó interpretando el repertorio de su padre, además de piezas que lo dieron a conocer en el reality de canto The Voice, el público lamentó la ausencia del artista que impuso su estilo en Chicago desde mediados de los 80.

También se tuvo que lamentar la actuación de Bobby Kimball, que derrochó carisma y humor, habló de la historia de Toto (recordó que la banda se llamó así por el perrito del filme El mago de Oz) y no dejó de moverse sobre el escenario, pero no cantó. El artista estaba con un problema en la garganta, así que solo intentó hacer playback, mientras la segunda voz de la banda interpretaba África, Rosanna, Hold the line y otras piezas de la histórica agrupación californiana.

Pero la voz más conocida de Toto no dejó de demostrar cariño y agradecimiento al público cruceño, aunque tal vez nunca recuerde que estuvo acá en 1994, en una noche lluviosa en la que se escucharon los mismos temas.

Previamente, habían abierto los bolivianos de Alive, con Billy Bilbao a la cabeza. Luego de Will Champlin, apareció Cosmo, que no desentonó en More than a feeling y Ligertwood hizo levantar de sus sillas a la gente del sector preferencial con ‘clasicazos’ de Santana, como Black magic woman, Evil ways y Oye como va.

Lo mejor llegó al final. Con el público ya de pie y acompañado por la fuerza de temas como Any way you want it y Don’t stop believing, Kevin Chalfant armó la fiesta y se acercó más a la gente. Todos querían registrar el momento con selfis individuales y grupales. El artista bajó la intensidad cuando llegó el momento de una balada inmortal: Open arms. El cierre se efectuó con Lovin’, touchin, squeezin. Los íconos se fueron con el rock a otra parte.