Todo estaba tranquilo hasta que llegaron ellos. Eran pasadas las 15:00. Enfundado con una polera que llevaba la imagen de Gena Rowlands, de Gloria, esa película de 1980 escrita y dirigida por John Cassavetes, y con las inconfundibles gafas redondas, así llegó Fito Páez, el ganador de cinco Grammy Latinos y uno de los más importantes músicos argentinos. 

Es la tercera vez que el creador de Mariposa tecnicolor y Aleluya al sol pisa Bolivia. No venía a Santa Cruz desde hace 22 años. Ni bien salió a la sala de espera del aeropuerto Viru Viru, comenzó el alboroto. Intentó correr, pero no pudo, ya estaba rodeado por sus fans. Se detuvo. “Calma, calma...”, pidió. Y siguió: “Dormí todo el viaje... Estamos felices de volver a Bolivia después de mucho tiempo; preparamos un concierto de una hora”. Envió un beso y se perdió en el pasillo. 

Constelación de artistas

Y así continuó el paso de los cantantes argentinos. Una sonriente Fabiana Cantilo apareció y preguntó por Fito, su expareja. Este ya se había ido. Se dejó fotografiar y se fue. Pasaron unos minutos y volvió por su equipaje. “Quiero una Coca-Cola”, gritó. Un fan la escuchó, compró la gaseosa y se la obsequió. Como premio recibió un abrazo de la gran diva que ha vendido unos seis millones de discos.

Luego de ella salió Adrián Dárgelos, ese líder de Babasónicos que, con su banda, pisa por primera vez la ciudad de los anillos (ya estuvo en La
Paz y Cochabamba). Al instante le robaron algunas selfis y poco a poco llegó a la movilidad que lo trasladó al hotel Los Tajibos. Allí, casi todos ofrecieron una rueda de prensa.

Otros que nunca pisaron suelo cruceño fueron Ciro y Los Persas, Skay y Los Fakires y Eruca Sativa. Todos ellos también llegaron en el mismo vuelo de las 14:05. Y se sumaron Los Fabulosos Cadillacs, con Sr. Flavio, pero no Vicentico, porque este recién arriba hoy junto con De La Tierra. Todos están listos para cantar hoy en el Cosquín Rock Bolivia.