El filme de Mauricio Ovando, en el que explora la figura de su abuelo, Alfredo Ovando Candia, se presentó en el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente

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20 de abril de 2018, 4:00 AM
20 de abril de 2018, 4:00 AM

La ópera prima de Mauricio Ovando es un documental que relata un encuentro entre los relatos familiares de su abuelo (el expresidente de Bolivia Alfredo Ovando Candia), un hombre amoroso con una familia idílica, versus lo que la historia dice de él: un dictador que destituyó gobiernos elegidos mediante elecciones, reprimió la guerrilla guevarista de Teoponte, pero paradójicamente nacionalizó YPFB y tomó medidas consideradas progresistas para la época. El filme tuvo su premier mundial el martes 17 de abril en el Bafici con la aceptación de un público que llenó la sala y al que posteriormente le faltó tiempo para seguir haciendo preguntas. Un filme arriesgado desde su concepción con un formato poco usado en el cine nacional que lleva al espectador a conocer lo más íntimo de la vida ‘perfecta’ de Ovando Candia y con una escena final que rompe con todo lo visto e impacta en su honestidad.

Acerca del filme, conversamos con su director.

¿De cómo nace la idea de hacer un filme experimental para el mundo del documental en Bolivia?
Es la primera vez que me aventuro a dirigir un documental, a mí me encanta el cine que se resuelve en el camino, en el que existe ese proceso de no saber qué va a pasar; por ejemplo, cuando encontramos un fragmento del año 1966 del British-Pathé nos pusimos a pensar: ¿qué dice eso como secuencia, dónde lo colocamos? Lo que teníamos claro eran bloques de espacio-tiempo de la memoria familiar, de la casa, de la contextualización histórica de la etapa militar.

¿Hablas de una película responsable? ¿En qué sentido?

Pudo haber sido un filme sobre un nieto que le rinde homenaje a su abuelo. ¿Pero dónde quedaría la responsabilidad de esa figura pública?

¿Quién se hace cargo de lo que hizo Ovando si no lo hace ni la familia ni el Estado? ¿Si ni siquiera ha desclasificado los archivos y los militares todavía tienen mucho poder? Yo me puedo hacer cargo desde el cine, sin culpa ni moral, sin hacer la vista gorda ante nada.

En el plano íntimo familiar, ¿hubo alguna discrepancia respecto a que hurgues en los recuerdos y en las heridas?
Estaba clarísimo que así como  soy el director y quiero que se respete mi posición, también voy a respetar la posición de mi familia. Me tentaba poner otras cosas, pero no lo hice para tener coherencia con la película que toca mucho lo del respeto a la familia. No como una lealtad ciega, casi militar, pero sí con una comprensión y apoyo en el sentido de que se puede estar de acuerdo o no, pero el “te apoyamos, no importa el final” siempre estuvo presente y eso no creo que pase normalmente en una familia.

Alfredo Ovando Candia era un hombre que, entre otras cosas, tenía siempre una cámara en la mano. ¿Sientes que la herencia del cine viene por allí?
Definitivamente. Lo que hemos dilucidado en la creación de este documental es que el vínculo con mi abuelo es el cine; es lo que nos une. Después  muchas cosas no nos unen, está claro, yo con lo militar no tengo nada que ver, ni quiero ni voy a tener. 
Él tenía un amor por filmar a su familia, pedía a los edecanes que filmasen a su familia, luego al hijo mayor, al menor y yo sigo filmando a la familia. 

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