La niña logró la fama muy rápido tras interpretar a una pequeña que sufrió una posesión demoníaca, luego de eso una serie de malas decisiones terminaron por pasarle factura

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5 de noviembre de 2018, 14:20 PM
5 de noviembre de 2018, 14:20 PM

Linda Blair fue considerada una de los grandes talentos infantiles de los 70. Pese a su corta edad (14 años), logró impactar a la crítica y al público con su actuación en 'El Exorcista',  donde interpreta a Regan, una niña que termina siendo poseída por el diablo. La cinta es aún considerada como las más terrorífica de la historia del cine. 

La actuación de Blair le mereció una nominación al Oscar y un premio Globo de Oro, pero no fue suficiente para comenzar una notable carrera en Hollywood, por el contrario solo se convirtió en un abrupto descenso que no tuvo freno.

Todo comenzó por el odio que muchos le habían ganado a su personaje. Fanáticos que confundían la realidad con la ficción, la atacaban en la calle. Esto provocó que ande desde pequeña con guardaespaldas.

Poco después, y aún siendo menor de edad, inició relaciones sentimentales con personas mayores, como el cantante Rick Springfield y luego con Rick James, comenzando muy joven en el mundo del sexo, el alcohol y las drogas. 

En 1977 volvió al cine para interpretar a Regan, en la segunda parte de 'El Exorcisa', sus exigencias en torno al personaje (pidió menos maquillaje y no aparecer de forma tan grotesca) terminaron por valerle muchas críticas y condenaron a la película al fracaso. 

A los 19 años fue detenida por tráfico de drogas, logró eludir la cárcel, pero se vio obligada a prestar un servicio de rehabilitación y servicios comunitarios.

Luego de superar su adicción a las drogas intentó sin éxito encaminar su carrera en el cine, pero fracasó provocándole una fuerte depresión que la llevó a un hospital psiquiátrico.

En los años 80 ni siquiera posar desnuda para la revista PlayBoy hizo que su nombre resurja y se tuvo que conformar con papeles pequeños en series de TV e incluso con una versión en parodia del clásico del cine que la llevó a la cima del éxito. 

Finalmente renunció a la actuación y regresó al mundo de la equitación, una pasión que tenía desde niña. Ya en los 2000 impulsó varias organizaciones benéficas, entre ellas una dedicada al cuidado de animales abandonados.