Uno de los encuentros con el cine más importante de Latinoamérica se inauguró ayer en Buenos Aires. Participan dos filmes bolivianos en la competencia oficial, mientras que un tercero busca producción

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12 de abril de 2018, 4:00 AM
12 de abril de 2018, 4:00 AM

Hace 20 años, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se iniciaba uno de los festivales de cine independiente que rápidamente se convirtió en uno de los más representativos de la región, no solo por la calidad de los filmes a los que el público de otra manera no podría acceder, sino por ofrecer una oportunidad a los cineastas latinoamericanos -y del mundo- para poder mostrar sus películas.

El Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici) empezó ayer y se extenderá hasta el 22 de abril, 11 días en los que se podrán apreciar obras de todo el mundo, entre ellas seis filmes que ponen su foco en Bolivia.

Entre los invitados de lujo está el escritor, guionista, fotógrafo  y director emblemático de la producción cinematográfica independiente John Waters, que este fin de semana tendrá charlas sobre su carrera que incluye filmes como Cecil B. Demented, Hairspray y Cry Baby  y sus libros Mis modelos de conducta y Carsick. También estará Ewen Bremner, quien interpretó a Spud en Trainspotting y ofrecerá un taller para actores.

Bolivia presente
Son seis los filmes que se relacionan directamente con Bolivia dentro de este festival: Algo quema, la ópera prima de Mauricio Ovando, que tendrá su premiere mundial el martes 17. Se trata de un documental que retrata parte de la vida de su abuelo, el expresidente de Bolivia Alfredo Ovando Candia. La coproducción con Uruguay, Averno, de Marcos Loayza, quien además será uno de los jurados en la sección de derechos humanos. La cuarta dimensión, del argentino Francisco Bouzas, una coproducción boliviano-argentina. Estas tres películas están en la competencia latinoamericana.

La producción brasileña Cholet, del director Isaac Niemand, que muestra la obra arquitectónica de Freddy Mamani, y El silencio a gritos, dirigida por José Celestino Campusano, producida por Argentina y Bolivia, tienen su ojo en los aspectos más llamativos de El Alto, convirtiendo a esa ciudad en protagonista. Esta última está en la competencia argentina.

Por último, la obra de Carlos Piñeiro, Sirena, es parte de la sección work in progress, seleccionada por el Buenos Aires Lab, que invita a primeras o segundas películas en etapa de posproducción que necesitan apoyo para su finalización a trabajar sobre las posibles estrategias de difusión y comercialización. Se podrá ver mañana.

Con un total de constantes actividades gratuitas que ocupan 36 sedes en la ciudad, todos los días con funciones, charlas y talleres dirigidos tanto a niños como a adultos, Buenos Aires se convierte en un epicentro del séptimo arte. 

Representación boliviana

Para Juan Álvarez, productor de Algo quema, esta es una oportunidad anhelada. “Que el estreno se dé en el Bafici te abre las puertas para que la película siga viajando. Si bien en Bolivia se estrenará en septiembre, este festival proporciona mayor difusión. Algo quema plantea aristas que convencionalmente no se permiten, ha pasado por diferentes instancias, muchos talleres, como de work in progress y de escritura, por eso ha sido aceptada y estamos felices porque el festival es potente y riesgoso como nuestro filme, por eso sentimos que existe una sincronía; además que tiene que ver con las cosas que queremos promover hacia delante”, señaló Álvarez.