El exministro de Economía considera que el segundo aguinaldo adolece de varios problemas de diseño, pues no toma en cuenta el crecimiento sectorial. Considera que se deben proteger las empresas

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21 de octubre de 2018, 12:24 PM
21 de octubre de 2018, 12:24 PM

¿Cómo evalúa la actual situación de la economía nacional?
Después de un periodo largo de crecimiento, debido a condiciones externas muy favorables de altos precios de exportación, la economía boliviana experimentó una desaceleración a partir de 2014 debido a la caída de los precios de exportación de minerales e hidrocarburos, que redujeron la disponibilidad de ingresos externos. Esto ha resultado en la aparición de los denominados ‘déficits gemelos’, es decir, déficits fiscal y externo, caída de reservas internacionales y desaceleración de la actividad económica. El Gobierno no ha realizado un ajuste a las nuevas condiciones impuestas por la coyuntura externa y ha recurrido al endeudamiento externa y a la pérdida de reservas para hacer frente a esta situación, que es claramente insostenible; sin embargo, a partir de 2016, y hasta lo que va de 2018, los precios externos se han recuperado parcialmente, lo que ha mejorado en algo la posición fiscal y externa. En el corto plazo, el desempeño económico dependerá de cómo evolucionan los precios de exportación de materias primas. En el mediano y largo plazo existen restricciones en la oferta de productos de exportación debido al agotamiento de las reservas y a la falta de inversiones.

¿Es tan trágica la confirmación del pago de un segundo aguinaldo como la plantean los empresarios y algunos analistas? ¿Por qué?
El pago del segundo aguinaldo, que supuestamente debería ser una retribución a la mayor productividad de los trabajadores, adolece de varios problemas de diseño. En primer lugar, no toma en cuenta el desempeño sectorial, ya que este beneficio se paga en función del comportamiento promedio de la economía. Puede haber sectores a los que les fue muy bien y estén en condiciones de pagar este beneficio, pero también puede haber sectores a los que les haya ido muy mal y por lo tanto el pago del segundo aguinaldo represente una carga muy pesada. Por ejemplo, de acuerdo al PIB trimestral calculado por el INE, cuatro sectores presentaron tasas de crecimiento mayores al 4,5% (agropecuario, construcción, comercio y servicios financieros, inmobiliarios y a empresas). Por otra parte, sectores como minería, industria, transporte y otros servicios crecieron a tasas por debajo del 4,5% y, por lo tanto, tendría más dificultad en pagar este beneficio. Además, el pago del segundo aguinaldo no diferencia si el crecimiento de un sector es un crecimiento genuino o si este solo representa una recuperación de una caída anterior. El agro, por ejemplo, muestra un crecimiento del 7,54% y ha sido fundamental en contribuir a un crecimiento superior al 4,5% del PIB total; sin embargo, el sector había caído un 2,4% en 2017, debido a los efectos de una prolongada sequía, por lo que el crecimiento de 2018 es en parte una recuperación de una caída.

¿El repunte del precio internacional del barril de petróleo qué impacto puede tener en nuestra economía?
El precio internacional del petróleo es una variable clave que incide grandemente en el desempeño de la economía boliviana, ya que con base en este se determina el precio de exportación de gas natural a Brasil y a Argentina. Debido a la caída en el precio del barril de petróleo, le significaron al país una pérdida acumulada de ingresos de exportación de $us 11.000 millones para el periodo 2015-2017. La participación de las exportaciones de gas natural en el total de las exportaciones cayó del 50% en 2014 al 35% en 2017. Por otra parte, los menores precios representaron para el SPNF una caída de ingreso acumulada de más de $us 8.000 millones para el mismo periodo, por concepto de ingresos por hidrocarburos. Por lo tanto, una recuperación en el precio del petróleo es fundamental para mejorar los ingresos fiscales y externos, y por lo tanto para reducir los déficits y de esta forma contener la pérdida de reservas internacionales y revertir la desaceleración de la economía.

¿En esta coyuntura qué sectores productivos del país tienen la posibilidad de un mejor desempeño y cuáles no?
Los sectores de la economía en caída son los extractivos. Es preocupante que, dada la importancia que han adquirido estos sectores en la economía boliviana, no se han realizado las inversiones necesarias para mantener el ritmo de crecimiento de los mismos. La producción del sector de minería, por ejemplo, experimentó aumentos importantes en 2008 gracias a las significativas inversiones realizadas a principios de la década del 2000, en tres proyectos de magnitud: San Cristóbal (zinc, plomo y plata), San Bartolomé (plata) y San Vicente (plata, zinc y cobre). Sin embargo, en años posteriores no se han registrado aumentos significativos de producción debido a que no se han materializado nuevas inversiones. Por otro lado, no existieron inversiones en el sector de hidrocarburos que redituaran aumentos importantes de reservas probadas de gas natural. Esto ha reducido grandemente el potencial exportador de Bolivia en el futuro. Recientemente, el Gobierno dio a conocer que las reservas al 31/12/2017 alcanzaban a 10,7 TCF, lo que sería suficiente para abastecer la demanda interna y externa por 14,5 años. Pero otros analistas han estimado las reservas en alrededor de 4,5 TCF, debido a la ausencia de nuevos descubrimientos de reservas, lo que reduciría grandemente el periodo de vida útil de las reservas de gas natural.

Supongamos que el MAS deja el poder y hay un nuevo Gobierno ¿qué aspectos en la economía debe mantener y cuáles cambiar o profundizar?
El próximo Gobierno que asuma la conducción del país deberá enfrentar un entorno económico menos favorable al existente durante el periodo de bonanza. Muchas de las políticas aplicadas por el MAS fueron diseñadas teniendo como referencia una economía en auge, con elevada disponibilidad de recursos externos, precios altos de materias primas y expansión de la actividad económica. Muchas de estas políticas no son adecuadas para una economía que muestra signos claros de desaceleración, como una política salarial muy generosa, políticas fiscales y monetarias expansivas, política financiera con controles de tasas de interés y cuotas de financiamiento a sectores. El próximo Gobierno debe aplicar políticas tendientes a preservar el funcionamiento de las empresas para evitar pérdidas de producción y empleo.

¿Se debe tomar enserio los trabajos que realiza Argentina y Brasil para dejar de depender del gas boliviano?
El hecho de que Argentina y Brasil dejen de depender del gas boliviano puede ser altamente negativo para Bolivia, ya que el país no cuenta con mercados de exportación alternativos y el gas natural es una de nuestras fuentes de ingresos externos más importantes. Esto se ve agravado por el hecho de que el país no ha podido aumentar sus reservas de gas natural, lo que seguramente dificultará la negociación de la ampliación del contrato de venta de gas a Brasil en 2019. Considero que siempre habrá espacio para el gas boliviano, pero para eso el país debe mostrase como un proveedor confiable del energético.

Proyectos como Mutún y Puerto Busch, ¿qué peso específico tendrían en nuestra economía?
Si son tan importantes ¿por qué no terminan de despegar? Ambos proyectos siempre han sido vistos como proyectos estratégicos fundamentales para el desarrollo nacional y regional. Hubo intentos por desarrollar Mutún, con la concesión para su explotación a la empresa hindú Jindal Steel and Power en 2007, pero estos no tuvieron el resultado deseado debido al elevado subsidio que requería la empresa en el abastecimiento de energía, de tal forma que el proyecto sea rentable. El caso de Puerto Busch, este proyecto es de suma importancia para la economía del país, ya que su concreción significa acceso a mercados en condiciones más favorables para los productores. Los costos de transporte por vía marítima o lacustre son mucho más bajos que los costos de transporte por vía terrestre. Por este motivo, considero que el desarrollo de Puerto Busch es un proyecto fundamental para la economía boliviana y que debería emprendérselo de forma prioritaria.

 

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