Entre 2014 y 2018 el rédito de estas compañías cayó un 52%. El año pasado el saldo en contra llegó a Bs 6.044 millones. En 2018 el PGE programó un crecimiento del gasto de estas firmas de hasta un 39,6%

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19 de mayo de 2019, 4:00 AM
19 de mayo de 2019, 4:00 AM

El 2014 marcó un antes y un después dentro de la economía nacional, fue el año tope de ingresos extraordinarios que recibió el Estado a raíz de un contexto global favorable, por los precios altos de los commodities y el petróleo. También fue la última gestión en el que las empresas públicas registraron crecimiento elevado, las cifras del Ministerio de Economía reportaron, en aquella época, utilidades por Bs 7.371 millones. Pero la realidad ha cambiado, esa curvatura ascendente se desplomó en 2018 hasta un 52,16 % (Bs 3.526 millones). La bonanza económica terminó.

Y los números siguen en rojo, como una clara señal de ralentización. Además, datos del Ministerio de Economía, dan cuenta que el déficit dentro de las estatales se disparó en los últimos seis años.

En 2012 el saldo en contra, dentro la contabilidad de las firmas llegó a Bs 132 millones.

Para el 2018, el déficit escaló hasta los Bs 6.044 millones.

Por otro lado, revisando el Presupuesto General del Estado (PGE) 2019, se constató que el Ejecutivo asignó una partida de Bs 75.350 millones de gastos consolidados para las públicas.

Esto representa un incremento de un 39,6%, con relación a 2018 (Bs 53.963 millones).

Además, según el presupuesto, este año, el Gobierno destinará Bs 2.856 millones para el pago de salarios en estas instituciones.

Solicitud de información

Para la elaboración de este reportaje se envió un cuestionario al Ministerio de Economía, para que pueda aclarar las dudas sobre los números negativos, responder sobre las observaciones que realizaron analistas y legisladores, sobre el funcionamiento de las compañías estatales. Pero desde esta entidad indicaron a EL DEBER que toda la información requerida estaba en su memoria institucional que contiene ‘información oficial’.

En el documento, este Ministerio admite el déficit fiscal en todas las industrias con soporte financiero público. Luego detalla que el saldo en contra representa un 2,2% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional.

Es más, justifica el dato negativo, aludiendo que es el resultado de la inversión que realiza en el Estado en estas empresas, ya que se alcanzó un superávit corriente de Bs 1.197 millones.

“Este favorable desempeño permitió que los ingresos de las operaciones obtenidas durante la gestión fueran más que suficientes para financiar la adquisición de bienes y servicios, los pagos de sueldos y salarios”, señala la publicación de la entidad.

En otro de los apartados del material impreso, se da a conocer que para el Gobierno este tipo de instituciones son vitales para la aplicación del Modelo Económico Social Comunitario Productivo. Para el Ejecutivo estas empresas “contribuyen en la expansión y diversificación de la matriz productiva del país, generando ingresos que financian las políticas sociales implementadas desde la actual gestión”.

Observaciones

Pero no todos coinciden con la concepción oficialista.

Uno de los detractores es René Martínez, economista de la Fundación Jubileo. Analizando en frío estos números, observó que desde la administración central no están cumpliendo con el objetivo con el que se crearon las empresas con fondos públicos.

“Llama la atención lo que está pasando. Se debe evaluar el desempeño de las empresas, porque se está generando un peso grande para el Estado”, dijo el analista.

En esa línea, el investigador, Julio Linares, señaló que el Gobierno vuelve a viejas prácticas, “que confirman el mito de que las empresas públicas son mal manejadas”. Aseguró que en 12 compañías estatales hubo pérdidas por hasta Bs 3.000 millones.

“Son básicamente empresas nuevas, que se cerraron, como Enatex, o que están con quiebra técnica como Quipus”, dijo.

En este contexto, el especialista señaló que muchas firmas, ni siquiera tienen un mercado interno asegurado.

Por ejemplo, citó la inversión que se realizó en la construcción del Ingenio Azucarero de San Buenaventura en La Paz.

Para la ejecución de este proyecto, según Linares, el Banco Central de Bolivia (BCB) hizo un préstamo de Bs 1.800 millones. “Ahora están pidiendo otros Bs 400 millones para capital, lo que es desmesurado”, afirmó.

La petición del préstamo se da en un momento complicado para las industrias cañeras, que sufren problemas de liquidez y sobreproducción de azúcar.

El experto explicó que al existir un panorama complicado por el periodo de desaceleración económica, el Gobierno tuvo que crear mercados cautivos, “para que estatales como la Empresa Boliviana de Alimentos y Derivados (EBA) le quite el negocio del subsidio materno infantil a PIL y Delizia, para que todos usen la leche de Lacteosbol”.

En la actual coyuntura, a decir del investigador, al menos ocho de diez empresas nacionales “no tienen la posibilidad de seguir operando” y solo “lucharán para ser sostenibles”.

Un estudio del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agra (Cedla) revela que entre 2011 y 2016, las firmas públicas manejaron Bs 612.371 millones; es decir, entre siete y cuatro veces más que las nueve gobernaciones y los 339 municipios.

Sin noción técnica

El diputado opositor, Amilcar Barral, afirmó que las cifras negativas en las empresas públicas, demuestran que el “Estado no sabe administrar” los recursos.

Por este motivo, él y otro grupo de legisladores, realizaron dos interpelaciones al exministro Desarrollo Productivo, Eugenio Rojas por la mala administración de las compañías con capital público.

“Pero todo quedó en aplausos para él, por parte la bancada oficialista”, dijo el legislador.

De forma específica, cuestionó los Bs 600 millones, que el Gobierno invirtió para crear Quipus, empresa que debería ser la punta de lanza en una supuesta revolución tecnológica en el campo de la fabricación de equipos para telefonía móvil y computación.

“Pero no hizo ningún tipo de innovación, por ejemplo, el teléfono más moderno que fabricó era el Tinku; se vendían a Bs1.200, pero el ensamblado costaba Bs1.800. Y lo peor, es que en el mercado un teléfono chino, con las mismas características, cuesta Bs 600”, señaló.

Incluso, sostuvo que se invirtieron adicionalmente Bs 300 millones para repuestos.

El parlamentario agregó que existe una planta de producción de camélidos, con una inversión de Bs 200 millones, de la que se desconoce resultados.

Sedem admite pérdidas

Desde el Servicio de Desarrollo de las Empresas Públicas Productivas (Sedem) informaron que dentro del proceso de desarrollo de las empresas productivas bajo su tuición, cada una arrojó pérdidas desde el momento de su creación, implementación y desarrollo.

En la actualidad, según este ente estatal cuatro de estas firmas -Papelbol, Cartonbol, la Empresa Estratégica de Producción de Semillas (EEPS) y la Empresa Estratégica Productiva de Abonos y Fertilizantes (EEPAF)- empezaron a generar utilidades. Pero las otras dos - Ecebol y Envibol-, al estar en implementación, generan pérdidas “como cualquier emprendimiento”.

En el Sedem indicaron que son una entidad pública descentralizada, bajo tuición del Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural, que tienen como rol ser una incubadora de empresas que garantizan el funcionamiento, gestión, medición de logros y resultados de las estatales.

A la fecha, según la entidad estatal, las firmas estatales “registraron resultados positivos, pero, ninguna exporta productos.

Las seis empresas del Sedem tienen una asignación presupuestaria de Bs 1.312 millones para la presente gestión.

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