La deuda bilateral se incrementó un 358% desde 2011, y representa el 72,6% del total; sus inversiones bajaron un 133% entre 2015 y 2017. El Gobierno aclara que no es el principal financiador y que da mejores créditos

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21 de octubre de 2018, 3:00 AM
21 de octubre de 2018, 3:00 AM

El Estado es como una casa. El pueblo como una familia en la que el Gobierno es el padre, que decide que el mejor camino para progresar es endeudarse, aunque en función del tamaño de la economía. Este jefe del hogar tiene cuatro principales acreedores: tres organismos multilaterales y el Estado chino, con el que contrajo una deuda externa bilateral que se incrementó en un 358%, desde 2011, y en 1.910% desde 2006.

“(Como padres) uno tiene que tomar decisiones. Por ejemplo, puede pagar alquiler y ahorrar para comprarse una casa, o comprarla a crédito. ¿Cuál es la diferencia? que si me presto la plata hoy, disfruto la casa hoy, si ahorro, la disfrutaré recién en 20 años. En finanzas públicas ocurre algo parecido”, explicó el ministro de Economía, Mario Guillén, siguiendo esta analogía durante una rendición de cuentas públicas en Warnes.

La deuda externa hasta agosto, asciende a $us 9.814,7 millones, es decir, creció $us 386,7 millones este año. En 2006 la deuda era de $us 3.263 millones, es decir, un 300% menor. Pese a esto, en 2017 PIB llegó a $us 37.816 millones, por lo que el ministro Guillén indica que la deuda solo representa un 25% del PIB, cuando expertos establecen que puede llegar hasta un 50% del PIB.

China es el principal acreedor bilateral con $us 784,7 millones, hasta agosto de 2018, lo que representa un 72,6% del total de la deuda bilateral que asciende a $us 1.079,7 millones, según reporte del Banco Central de Bolivia (BCB).

A escala multilateral, es cuarto; debajo del BID, $us 2.761 millones, la CAF, $us 2.388 millones, y del Banco Mundial (BM), $us 832 millones. En 2006, esta deuda era de $us 39 millones; debajo de Brasil ($us 133 millones), España ($us 129 millones) y Alemania ($us 46 millones), según la investigación El desembarco chino en América Latina y su manifestación en Bolivia.

El ministerio de Planificación y Finanzas, consultado por EL DEBER, explica que el peso chino en las finanzas, se debe a las mejores condiciones que ofrece. “Se toma en cuenta tasa de interés ( 2,6% de tasa fija), plazos, periodos de gracia, montos, asistencia técnica y la diversificación de fuentes”, indica el documento.

Un análisis del Observatorio de Inversiones Latinoamericanas, coincide en que los préstamos chinos comprenden menos condiciones que los prestamistas ‘tradicionales’, es decir, no exigen cambios en la institucionalidad o políticas públicas específicas; sino que los otorga para negociar, de manera paralela, contratos de exportación favorables para dotarse de materias primas, o para financiar obras donde sean empresas chinas las que se vean favorecidas para la ejecución.

Tomando como variable los proyectos carreteros, este centro identifica 15 adjudicados a empresas chinas, entre 2013 y 2018, por un total de $us 2.700 millones, un monto que, observan, es superior a la deuda con este país. En febrero, el presidente de Cadecocruz, Víctor Hugo Suárez, señaló que el 70% de las obras se adjudican a empresas extranjeras, “que solo traen jefes”, y subcontran empresas bolivianas, a las que pagan “un tercio del total.

En contrapartida, la Inversión Extranjera Directa (IED) china, se mantuvo por debajo del 4%, entre 2006 y 2017, en la que prevalecen capitales europeos y latinoamericanos, según datos del BCB. En valor, se mantuvieron por debajo de los $us 30 millones en similar periodo, con excepción de 2015 en la que superó los $us 70 millones, de los cuales un 60% fue para hidrocarburos y 40% para minería.

En 2017, la IED de Bolivia ascendió a $us 755 millones; de los que un 4%, $us 30,2 millones, provino del gigante asiático. Entre 2015 y 2017, hay una caída de un 133%. El ministerio de Planificación, reporta que estas inversiones se concentran en hidrocarburos, minería, telecomunicaciones y comercio.

El economista Daniel Agramont, coautor de El desembarco chino, afirma que este porcentaje de inversión “es mínimo”, con relación a otros países de la región, pero dijo que resulta complejo explicar las causas, entre las que mencionó la priorización del crédito, pero también que el Estado tiene un monopolio en sectores estratégicos, como gas y minería.

Otro aspecto es el saldo negativo de la balanza comercial, que en 2017 fue de $us 1.626 millones, es decir, un 33% más con relación a 2016, cuando llegó a $us 1.217 millones, mientras que las exportaciones cayeron un 19%, de $us 479 millones a $us 401 millones.

Ante estas cifras, desde el Observatorio de Inversiones Latinoamericanas, advierten una creciente dependencia económica, mientras que el ministerio de Planificación lo relativiza, y destaca que el presidente Morales junto a su homólogo chino, Xi Jinping, acordaron, generar “un intercambio equilibrado”, y promover la industrialización, a través de una Comisión Mixta Económico-Comercial.