El economista boliviano Víctor Rico Frontaura es Secretario General de CAF. Habló con EL DEBER sobre condiciones para generar un cambio que permita mantener altos niveles de crecimiento económico

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11 de noviembre de 2018, 16:57 PM
11 de noviembre de 2018, 16:57 PM

La productividad en los países latinoamericanos se ha convertido en un tema central de la agenda de CAF-banco de desarrollo de América Latina. El tema fue abordado en su asamblea anual realizada en Bogotá los días 7 y 8 de noviembre. La brecha de productividad entre Latinoamérica y los países desarrollados se mantiene casi inalterada desde hace 60 años, lo que muestra la urgencia de implementar reformas institucionales que mejoren el entorno empresarial y la innovación.

EL DEBER estuvo presente en el evento, gracias a una invitación de la entidad financiadora. CAF considera importante continuar “el esfuerzo por mejorar la institucionalidad tanto en aspectos como el ambiente de negocios y la seguridad jurídica, como en regulaciones para favorecer la competencia, el acceso a insumos, la cooperación empresarial y el mejor funcionamiento de los mercados laboral y financiero”.

 En la cita, varios expertos coincidieron en que la región no aprovechó la bonanza económica para aplicar reformas que permitieran garantizar un crecimiento económico sostenible y recomendaron dar un giro hacia la economía naranja, la institucionalidad y el fortalecimiento de las pymes. El economista boliviano Víctor Rico Frontaura, secretario general de CAF-banco de desarrollo de América Latina, considera que hay condiciones para generar un cambio que permita mantener altos niveles de crecimiento económico, la expansión de la clase media y la reducción de la pobreza y la desigualdad.

¿Por qué es importante la productividad?

El objetivo de la conferencia es generar un debate en América Latina para desarrollar iniciativas que permitan mejorar la productividad en la región. Es la única manera de crecer sobre bases sólidas. En las últimas décadas América Latina registró cifras de crecimiento importantes, pero sustentadas principalmente en altos precios de las materias primas.

Sin embargo, bajaron los precios de las materias primas…

Sí y hemos ingresado a periodos de desaceleración e incluso de recesión económica. Entonces, solo aumentando la productividad vamos a poder revertir ese comportamiento volátil en el crecimiento de las economías de la región. Como señalaba el presidente de la CAF, Luis Carranza, gran parte del crecimiento del ingreso per cápita se explica más por la productividad que por la dotación de capital físico o capital humano. Entonces, este es un debate crucial.

¿Cree que América Latina perdió la oportunidad de aplicar reformas para diversificar su matriz productiva en un contexto de bonanza económica?

El banco CAF siempre fue muy cauteloso con respecto al gran crecimiento de las economías latinoamericanas en la década pasada y hablábamos de no entrar en la autocomplacencia porque los ciclos son eso, ciclos. Y a pesar de que fue un súper ciclo por los precios de las materias primas y el periodo que duró, al final tuvo que acabarse. Eso ocurrió y el tema es que cuando se acaba el ciclo hay que ver en qué condiciones estás para continuar con un nivel de crecimiento que permita seguir incrementando el ingreso per cápita y consolidar las importantes reformas sociales que aplicaron la mayoría de los países latinoamericanos, y por supuesto, Bolivia.

Insisto, la bonanza económica era el mejor momento para hacer cambios estructurales e impulsar una economía sostenible…

Claro, desde el punto de vista conceptual era el mejor momento para hacer las reformas; es decir, cuando el ciclo está arriba, porque cuando está abajo es más difícil social y políticamente. Algunos países hicieron reformas, otros no. Entones, creo que debemos convencernos de que el desarrollo económico es un tema de largo plazo, de nada sirve crecer un 6 y 7% durante cinco años si luego vas a caer a un 2 o 3% o incluso decrecer. No conviene esa volatilidad en la expansión económica.

 Además, es un crecimiento ficticio impulsado por precios altos de materias primas…

Es un crecimiento que depende de factores sobre los que los países no tienen control; entonces, lo más aconsejable es crecer sostenidamente sobre bases sólidas y a tasas que permitan aumentar el ingreso medio, incrementar la clase media y reducir la pobreza y la desigualdad.

Entonces, ¿qué plantea la CAF para aumentar la productividad?

Una visión integral, la productividad no tiene que ver solo con el trabajo y el financiamiento del sector privado, sino también con los procesos políticos, el crecimiento de las ciudades, hay una alta urbanización con alta concentración.

Algunos economistas advierten que existe el riesgo de que haya un retroceso de la clase media…

La clase media en América Latina no tiene solo que mantenerse, sino continuar creciendo con la generación de bienes públicos.

En los últimos 50 años, la productividad en Bolivia solo aumentó un punto (datos del BID). Como boliviano, ¿Cuáles considera que son los factores urgentes y los sectores prioritarios para que el país pueda dar un salto cualitativo y cuantitativo?

 La baja productividad es una característica de la mayoría de los países latinoamericanos, con algunas excepciones que luego se fueron estancando. El tema no es sencillo, pero nada es sencillo cuando hablamos de economía política. Sin embargo, creo que Bolivia seguirá siendo un país exportador de materias primas y eso es bueno. Tampoco hay que satanizarlo. Bendito sea Dios que hay gas, minerales y litio. Ahora, desde la CAF la propuesta es cómo podemos mejorar la producción de bienes y servicios asociados a la explotación de los recursos naturales. Entonces, ahí Bolivia puede desarrollar un ‘cluster’ alrededor de la producción de litio, además del sector agroindustrial que es clave en Santa Cruz porque el potencial agroalimentario es grande en el país. Además, se seguirá exportando gas natural a países vecinos porque sigue siendo un producto competitivo al margen de los desarrollos de Presal en Brasil y Vaca Muerta en Argentina. Eso en cuanto a los recursos naturales, pero considero que Bolivia debe pensar en una planificación hacia la economía digital y para eso hay que trabajar mucho. En el país hay una vitalidad y energía en los jóvenes para generar emprendimientos y el Estado debe ayudar a que eso se desarrolle y no dificultar. También hablamos de la economía naranja en la que Bolivia tiene un potencial impresionante por su capital cultural, turístico y gastronómico. Entonces, la economía naranja, la innovación y el emprendimiento son vetas a desarrollar. No olvidemos que Bolivia ha invertido mucho en infraestructura en los últimos años y eso es importante, pero se debe crear un marco institucional que sea favorable al desarrollo de la productividad, no solo a nivel de las instituciones públicas, sino también de las entidades privadas y los medios de comunicación.

Sin embargo, tampoco se debe dejar de lado los altos niveles de informalidad en la región y Bolivia no es la excepción…

La informalidad afecta a toda la región, un 50% de la población. Eso tiene que ver con las pequeñas y medianas empresas (pymes), que son las que más generan empleos. Gran parte de ellas se mantienen en la informalidad por una excesiva regulación. Entonces, para las pymes pasar a la formalidad es muy costoso. Los Estados deben dar las condiciones para que estas unidades productivas se consoliden en su crecimiento y puedan dar mayor estabilidad a los trabajadores y contribuir con los impuestos. Ciertamente la informalidad es un tema en Bolivia, no de ahora sino de hace muchos años, y afecta al sector formal, pero se puede enfrentar de distintas maneras a través de políticas tributarias, aduaneras, cambiarias. Asimismo, se debe buscar la articulación de las pymes con los mercados globales porque ello le permitirá generar más tecnología y conocimiento.

En Bolivia, también se debate si de alguna manera el ingreso de productos de contrabando mantiene controlada la inflación ¿Qué opina al respecto?

Cada país aplica diferentes políticas para controlar la inflación como el control del gasto público, o el tipo de cambio. En el tema de la apertura económica, podemos decir que Bolivia tiene aranceles bajos, es una economía abierta, no es solo el contrabando. Ningún gobierno quiere llegar a los niveles de hiperinflación que afectaron a los trabajadores.

Usted menciona que Bolivia tiene una economía muy abierta, pero ¿qué pasa con las exportaciones?, en los últimos 12 años solo se ha firmado un acuerdo comercial…

El libre comercio no siempre beneficia a un país. Es un tema complejo. Depende de la estructura productiva de cada país, de cómo te abres y de los mercados. Entonces, no es un axioma irrebatible. Considero que Bolivia tiene los suficientes acuerdos comerciales, tiene la CAN, alista su ingreso al Mercosur y firmó convenios con todos los países de América del Sur, su principal mercado.

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