Para el economista Marcelo Núñez, el desempeño del Índice de Precios al Consumidor se explica por el tipo de cambio fijo (desde noviembre de 2011), entre otros factores 

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16 de enero de 2018, 7:00 AM
16 de enero de 2018, 7:00 AM

“No creo que sea tan poco, las cosas suben de precio y ya no vuelven a lo que costaban antes” o “debe ser mucho más, con Bs 600 me alcanzaba para el mercado y ahora ni idea”, son las frases con las que las amas de casa que acuden a los centros de abastecimientos de la ciudad se pronunciaron al ser consultadas sobre el 2,71% de inflación (la más baja en ocho años) que registró el país en 2017, según el INE.   
A decir de Amanda Velasco, el porcentaje no refleja lo que realmente ocurre, ya que hay meses en los que productos, como la papa o la cebolla, hasta llegan a duplicar su valor por factores climáticos o los bloqueos.

Por su parte, Luisa Apaza, quien tiene una pensión, explicó que antes gastaba diariamente entre Bs 400 y Bs 500 en sus compras, mientras que el año pasado esa cifra aumentó hasta en Bs 150. Esto ocasionó que suba los precios de la comida que prepara de Bs 13 a Bs 14.

Ayer, durante un recorrido por los mercados, EL DEBER constató que algunos productos  han registrado un descenso en sus precios con respecto a los de fines de 2017. El queso cuesta Bs 22 el kilo y el tomate se consigue hasta en Bs 3 el kilo. El kilo de pollo cuesta entre Bs 12,5 y Bs 13.

Opiniones expertas

Para el economista Marcelo Núñez, entre los factores que se pueden analizar para explicar el desempeño de la inflación, se encuentran las buenas condiciones climáticas, especialmente para el sector agropecuario, un control adecuado del circulante por parte del BCB, pero sobre todo un tipo de cambio que se mantiene inalterable desde noviembre de 2011.

Este último punto tiene sus consecuencias, según Núñez. “La balanza comercial estará cercana a los $us 2.000 millones, en la actualidad las importaciones son mayores que las exportaciones. La teoría económica sostiene que si hay déficit comercial es necesario aplicar devaluación de la moneda, de lo contrario se seguirá incrementando el déficit. El Gobierno no se anima a modificar el tipo de cambio. Llegará el momento que se tenga que depreciar el boliviano, veremos cuál es el comportamiento de la inflación”, expresó.

A decir de Ronald Nostas, presidente de la CEPB, una inflación baja siempre es positiva para la gente, y lo es también para los sectores empresariales y productivos, ya que otorga certidumbres, permite tener mejores perspectivas para usar de manera eficiente los recursos productivos y promueve las inversiones, especialmente las que se calculan a largo plazo.

“Yo no diría que hay aspectos negativos en una inflación baja, pero siempre será importante analizar las causas subyacentes que pueden estar dando señales, como la retracción del consumo, la disminución desmedida de los precios de productos agrícolas, pero también el incremento del contrabando y la informalidad”, sostuvo Nostas, agregando que como institución el INE ha demostrado seriedad y precisión, por lo que merece toda la confianza.