Entrevista. La periodista del diario español El País aseguró que la segmentación es clave para llegar al público y que el ‘todo sirve para todo’ ya no funciona

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4 de septiembre de 2018, 4:00 AM
4 de septiembre de 2018, 4:00 AM

—El diario El País es un referente del periodismo para América Latina. ¿Cómo afronta la irrupción de las tecnologías y la sobreexposición de información?

Desde su nacimiento, a mediados de los años 70, el diario El País hizo una apuesta por la tecnología. Los cambios los absorbe con la naturalidad de aquel que siente propia la necesidad de evolucionar. El periodismo es innovador desde sus orígenes.

Asimismo, hay que destacar la apuesta en inversión, en recursos humanos, no solo en productores de videos sino también en expertos en analíticas que permiten conocer a las audiencias para adaptarse al entorno cambiante y crear una relación más digital con ellas.

—Los medios tradicionales apuestan a la veracidad y credibilidad del ‘periodismo de siempre’ ¿Se puede trasladar esa credibilidad a las páginas digitales?

Claro que sí. Que haya mucha basura o ‘fake news’ en el digital no quiere decir que The New York Times en la web sea diferente a su versión en papel. Es la información, lo que hacemos, lo que nos hace convertirnos en un medio serio y creíble; no el lugar donde lo ofrecemos o colgamos.

— Los especialistas hacen foco en contar historias ¿es posible trabajar una historia para que sea atractiva para audiencias tan diversas?

Siempre intento pensar que los buenos reportajes se hacen con una buena historia y con oficio. Oficio es saber lo que haces, cómo investigas, cómo lo preguntas, cómo lo vendes y cómo lo cuentas. El lector está más diversificado.

Cuando haces una historia en Instagram no estás pensando en un mismo público que cuando haces una tribuna en texto.

La diversificación y los nichos son muy importantes para sobrevivir y nosotros también hemos hecho un esfuerzo grande en el desarrollo de periódicos muy específico y de formatos que están buscando gente más joven y nuevas audiencias. Estos últimos años ha habido un ensanchamiento de las audiencias y un incremento de los lectores fieles; pero también una búsqueda de nichos que buscan una información muy concreta. En este sentido, hay que estar conscientes de que el ‘todo sirve para todo’ ya no funciona.

— Con las herramientas digitales, ¿se dispersa la esencia de la noticia en favor de lo inmediato?

Internet es, a veces, una bestia que se va tragando todo y le tienes que dar de comer actualizaciones permanentemente. No creo que se pierda la esencia de las noticias, es una de las razones que avala la sobrevivencia del papel. Cuando lo lees al día siguiente has perdido la frescura e inmediatez; puedes leer de manera más pausada. Ambas versiones son información en esencia.

—En esta convivencia de formatos, ¿prima la creatividad o la calidad?, ¿son complementarias?

La idea es que sean complementarias. En el día a día, la creatividad está al ritmo de la producción, no creo que sea lo más importante, sino que se maneja al servicio de la historia. En otras piezas la creatividad es necesaria porque aprovecha el espacio y el tiempo de trabajo. Eso sí, siempre calidad e información.

—¿Cómo mantener la creatividad y motivación en el grupo cuando se trabaja contrarreloj y en situaciones de estrés?

En los proyectos especiales es importante que el equipo discuta el proyecto desde el inicio. En mi caso, discutimos la parte de narración y la parte de diseño y desarrollo. Es importante que las ideas se debatan desde el origen, se piensen juntos. La palabra transversalidad tiene una cosa importante. No puedes plantear un texto como lo hacías hace 20 años y luego involucrar a otras áreas. Ahora hay que pensar desde el inicio cómo será el reportaje y, además, pensarlo juntos.