El líder del Grupo Incerpaz afirma que no es posible competir en precio con el sector informal, sino ofreciendo valor añadido desde su operación, que apunta a cambiar la hoja de ruta de la construcción

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5 de febrero de 2019, 4:00 AM
5 de febrero de 2019, 4:00 AM

Su padre lo ingresó con menos de 15 años a las filas de lo que hoy es el grupo empresarial Incerpaz y en el último tiempo fue el encargado de articular y poner en marcha los proyectos de inversión de la corporación familiar. Hoy, es el último presidente de la segunda generación y pese a la turbulencia económica que atraviesa el sector industrial ha sabido sacar partido a las situaciones para proyectar un nuevo rumbo alineado en las nuevas tendencias de la industria y la construcción.

—Siendo la cabeza de la segunda generación de Incerpaz, ¿cómo ha fusionado el aprendizaje en estos 40 años de vida de la corporación? ¿Cuáles son las claves de esa transición?

Sin duda una de las claves es la unidad familiar. Voy a ser el último presidente de la segunda generación, ahora la tercera domina los negocios y se involucra de manera directa en este sueño. Esta etapa, donde salimos de un crecimiento económico prolongado, nos permitió expandirnos no solo en la cerámica, sino también hacia la hotelería y otras empresas que hacen beneficiamiento de minerales y que fabrican automatización para la industria. Tenemos una microfinanciera e ingresamos al negocio del hormigón premezclado.

—Usted dice que salimos de un crecimiento prolongado de la economía, ¿cómo están abordando este tema y hacia dónde están enfocando la hoja de ruta de Incerpaz?

Un punto crítico del país es el tema ambiental. En ese sentido, trabajamos en nuestro departamento de Investigación y Desarrollo -el único en el sector- para lanzar una línea de ladrillos que van a ser termoacústicos y nos van a permitir aislar la temperatura interior del exterior y el sonido. No solo será una innovación para la construcción, ya que también mejorará la calidad de vida de las personas.

Adicionalmente, desarrollamos un sistema de tratamiento de aguas residuales, un problema muy serio para la industria. Esa tecnología la queremos transportar también a las construcciones y será un boom para el impulso de proyectos sustentables. El 50% del agua que se consume podrá ser reutilizada con estos equipos.

—¿Tienen fecha para el lanzamiento de este último proyecto?

Lo lanzamos en Cochabamba, de forma experimental en la industria y había planes de insertarlo en edificios, pero los problemas políticos lo impidieron. Este año, esta tecnología desarrollada en Cochabamba incursionará en Santa Cruz, donde hay proyectos claros para industria y para condominios y edificios, que es lo que nos interesa y está alineado con las tendencias de construcción.

—Se conoció que hace unos meses usted estuvo incursionando en una iniciativa relacionada con la nanotecnología, ¿esto también se estaría incorporando a los servicios de Incerpaz?

Ese es un proyecto que iniciamos con unos amigos y está alineado con los productos de Incerpaz. Entonces veo que es una gran oportunidad para ofrecer revestimientos de última generación que lo vamos a fabricar en Bolivia. Estimo que vamos a lanzarlo a finales de marzo y ya estamos innovando para ingresar con esta empresa, NanoNext, en otros sectores como el de salud. La nanotecnología dará la oportunidad de mejorar la vida de las personas.

—En cuanto al desempeño de Incerpaz, ¿se ha visto afectado de alguna manera por la coyuntura económica en 2018?

Fue un año complicado para nosotros y la industria en general por una especie de persecusión que generó un ambiente de inestabilidad. Eso ocasiona que los empresarios tengan que relegar planes de inversión. Nosotros sentimos esa presión; se rumoreó que Incerpaz pasaría a ser una empresa social, tema que es falso porque no calificamos en absoluto. Nuestra cuota de venta y producción se mantuvo. Por otra parte, hace 10 años nos vanagloriábamos de tener la mayor cantidad de mano de obra y eso nos complicó: antes significaba el 15% de nuestros costos de fabricación y con las nuevas políticas laborales se incrementó hasta el 50%. La única salida para seguir siendo competitivos fue optimizar nuestras plantas. En algunas unidades de producción que tenemos en Bolivia prácticamente trabajamos al costo y eso es insostenible para cualquier industria porque cada año el costo de la mano de obra se incrementa. Hemos maniobrado para hacer más eficiente nuestra operación.

—Haciendo un paréntesis, ¿cuánto es el volumen de producción de Incerpaz? ¿Han visualizado nuevos mercados?

A escala nacional producimos 100.000 toneladas de productos cerámicos. El 20% de esta producción se va al mercado peruano y chileno. Estamos explorando el mercado paraguayo y estuvimos exportando a Argentina, pero la situación económica de ese país tenemos ese tema en stand-by. Por las distancias no es posible el ingreso a Brasil; allá tenemos una planta que pretendemos reactivar dependiendo de cómo avance la economía de ese país.

—Con estos vaivenes, ¿qué es lo que resalta de la industria y como avizora el futuro del sector?

El empresario tiene que ver la forma de poder competir en un ambiente complicado; en todos los sectores los productos extranjeros llegan a precio de regalo, hay presión tributaria y encima más de 5.000 microfábricas de cerámicaque no son fiscalizadas de manera adecuada. Ese es un escenario muy complejo por lo que ahora el empresario tiene que ser creativo y mirar hacia adentro para ver qué valor le puede dar a su operación. No podemos competir en precio con una empresa informal; tenemos que competir ofreciendo un valor añadido a nuestros clientes.

—En la coyuntura económica que atraviesa el país, ¿qué ventajas y desventajas observa para las empresas familiares?

En una coyuntura como la que atravesamos se van a generar oportunidades de muy buenos negocios para las empresas familiares. Lo bueno es que si todo se aglutina alrededor de la familia, todo se vuelve más fuerte para enfrentar una situación compleja. La mayoría de las empresas que no tienen esa característica van a caer o  desaparecer.

—En esta búsqueda del valor añadido desde la creatividad ¿qué otros aspectos van a contemplar en Incerpaz?

A mediados de año tenemos una reunión con gente de Francia para fabricar tejas que generen energía solar, es decir, vamos a integrar paneles solares en nuestras piezas, no es algo que inventamos, pero si queremos mantenernos es algo que definitivamente vamos a ingresar y así vamos a seguir innovando, Incerpaz ya no solo maneja arcilla, sino usa sus tecnologías en favor de la gente y en mejorar su calidad de vida. Hay otro proyecto para convertir residuos en energía y gas sintético, pero eso lo estamos ‘cocinando’. Voy a tener más novedades pronto...