Entrevista. El fundador de Biocentro Güembé destaca las nuevas inversiones realizadas este año en el atractivo resort. La semana pasada inauguraron un parque de esculturas 

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12 de diciembre de 2017, 4:00 AM
12 de diciembre de 2017, 4:00 AM

Lejos del ruido y del caos de la ciudad, su ambiente laboral transcurre en  un apacible y pintoresco escenario. Árboles, plantas, flores, aves, mariposas, monos, tortugas y otros curiosos animales acompañan la jornada de trabajo de Carlos Rezniceck desde hace 13 años. 

El fundador del Biocentro & Resort Güembé, ubicado en la zona del Urubó, relata lo gratificante de trabajar dentro del  sector ecoturístico, observa los desafíos de control y mejora continua que requiere este tipo de negocio y señala las inversiones que  han realizado  este año para atraer más visitantes. 

En la presente gestión, este centro recreacional ha destinado $us 20.000 a la ampliación de su mariposario. Además, ha invertido  $us 25.000 en la infraestructura de una  jungla de monos, habilitó un espacio para pequeñas cotorras y la semana pasada inauguró el parque escultórico Gaia Espíritu de la Tierra  (valorado en Bs 60.000) donde se lucen obras de la artista boliviana, Gian Carla Muñoz.  

Güembé ocupa un terreno de 24 hectáreas y brinda al visitante múltiples atracciones, entre ellas un aviario, orquideario, senderos ecológicos, dos lagunas, 15 piscinas, restaurante y hotel. Tiene capacidad para 1.200 personas y genera 138 empleos directos. Recibe unos  100.000 visitantes por año. 

Güembé cobija a 335 animales. Hay 37 especies de aves, tres tipos de monos, dos  de mamíferos y  tres especies de tortugas. Además allí se logró reproducir 55 especies de mariposas, según explicó la bióloga Paola Montenegro tras destacar que éste ya es un centro de custodia de animales silvestres acreditado por instituciones y normas.

¿Qué lo motivó a venir de  La Paz y crear Biocentro Güembé?
Su belleza natural. Dicen que el camba nace donde quiere (ríe). 
Yo  era de esos viajeros empedernidos y cuando llegué a Santa Cruz quedé encantado. Como me gustan los sitios con mucha vegetación, un día nos quedamos acampando con mi esposa cerca de una laguna, un lugar hermoso (hoy es una de las tres lagunas que se puede ver en Güembé). 

Recuerdo que un día cuando salí a caminar  vi tantas mariposas que me dejaron impresionado. Ahí me vino la idea y dije, lo único que tengo que hacer es preservar este lugar y permitir que la gente venga a verlo y disfrutarlo con todas las comodidades. 

¿Cómo evalúa el desempeño de Güembé hasta ahora?
Hemos ido creciendo gracias a que muchas personas pusieron su granito de arena. Cuando empezamos, hace 13 años, algunos amigos nos decían están locos al iniciar un proyecto así, pero nosotros seguimos adelante porque creemos en Santa Cruz y aquí está el resultado. Buscamos que la gente ame más la naturaleza y deje de tenerle miedo y hacerle daño. Lo estamos logrando,  hemos comprobado que se puede vivir del turismo y de cuidar la naturaleza.  

Y, ¿cómo se logra vivir con éxito del turismo y de cuidar de la naturaleza, cuál es la clave?
Si alguien quiere hacerse millonario con esta actividad  es difícil. En nuestro caso nosotros vamos reinvirtiendo todo lo que ingresa. Este es un negocio diferente y es realmente para alguien que le gusta este tipo de vida, en contacto directo con la naturaleza.  No es para un ‘business man’.  Exige un  control y mantenimiento permanente. Lo hacemos con mucho amor y dedicación. Algo que influye en el éxito es que todo el equipo de trabajo debe sentirse también identificado con esas metas. 

¿Qué objetivos se han trazado con las nuevas inversiones que han realizado este año?
Biocentro Güembé espera hoy a sus visitantes totalmente renovado luego de las inversiones que hemos realizado en la ampliación de nuestro mariposario, que ahora cuenta con dos microambientes.

Además, se ha invertido en la infraestructura de una jungla de monos y  hemos inaugurado también un parque de las esculturas, con obras de la artista boliviana Gian Carla Muñoz. 
Son 11 esculturas inspiradas en la naturaleza. Contará, además, con un paseo con senderos, asientos rústicos y fuentes de agua.

¿Cómo administran este centro recreacional?
Esta es una sociedad anónima, tiene un directorio. Todo es muy organizado y controlado. Estamos apuntando a obtener la certificación de calidad ISO 9001. 

¿Qué futuro le ven a este tipo de emprendimientos ecoturísticos en Bolivia? 
Santa Cruz está creciendo y atrae cada vez a más turistas. Centros de recreación como este son una muy buena alternativa para conquistar a los visitantes que quieren conocer más de la gran riqueza natural que tiene Santa Cruz. 

¿Qué factores internos o externos juegan en contra? 
El clima, por un lado. Tenemos dos o tres meses del año con frío que afecta el flujo de visitantes. 
Otro problema que incide son las vías camineras.  Nos ayudaría mucho tener el último tramo pavimentado porque todo el tiempo hay que pasarle tractor.   

¿Cómo observan el desarrollo de la zona Urubó donde se encuentra Güembé? 
Nos beneficia la gran cantidad de gente que está llegando a la zona Urubó. Sin embargo, al mismo tiempo nos preocupa el riesgo de crecimiento desordenado que se pueda generar en esta zona. 
Urge priorizar la planificación habilitando los accesos necesarios porque con un solo  puente está quedando rebasado.        

¿Qué planes tienen?
Todo el tiempo hacemos mejoras. Ahora estamos apuntando a hacer arreglos en el hotel a fin de brindar mayores comodidades para las personas que opten por hospedarse en nuestras instalaciones. 
En este negocio es importante mantener un estándar internacional. El turista es muy exigente, por eso buscamos invertir en promoción y estar siempre en contacto permanente con todos los operadores del sector (aerolíneas, operadores de turismo, hoteles).

Perfil

Paceño (62), vive desde hace 24 años en Santa Cruz. Su abuelo era alemán, su padre checo y su mamá, boliviana. Está casado y tiene cinco hijos. Es ingeniero químico y siempre se mostró entusiasmado por las actividades en contacto directo con la naturaleza. Hace 13 años optó por dedicarse de lleno al sector ecoturístico a partir de la creación del Biocentro & Resort Güembé. Entre sus hobbies está el deporte y siempre disfrutó de viajar.