Directivos. Valorados por su experiencia, optimismo y búsqueda de autorrealización, los nacidos antes de 1964 vuelven a ganar terreno detrás de los escritorios gerenciales

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19 de junio de 2018, 4:00 AM
19 de junio de 2018, 4:00 AM

Primero los dejaron fuera del ámbito laboral, impidieron su contratación y los jubilaron porque dedujeron que cumplieron su ciclo y no contaban con la agilidad y destrezas tecnológicas. Este año, el estudio de Human Value de BPO Center le da la bienvenida a los ‘baby boomer’ a la silla ejecutiva de las organizaciones en Bolivia. Los baby boomer son los nacidos entre 1946 y 1964, tienen más de 52 años.

La CEO de BPO Center, Denise Hurtado, describe que esta generación, denominada a escala global baby boomers, están ‘sexis’ y codiciados y regresan a las organizaciones porque las empresas buscan minimizar errores y multiplicar aciertos. Deduce que la experiencia y la confianza en su gestión genera la credibilidad necesaria para lograr focalización colectiva del equipo hacia los objetivos establecidos. 

Lo llamativo es que las compañías vuelven a contratarlos, pero con una remuneración menor, debido a que muchos de ellos llevan seis meses o más sin trabajo y necesitan volver al mercado laboral porque aún tienen obligaciones en casa o falta que sus hijos terminen la etapa de aprendizaje escolar o universitario. 

La experiencia se valora
A decir del consultor y especialista en empresas familiares Javier Urey, si bien el contexto de formación de los millennials ha sido el boom en los últimos ocho años existen variables para las que no fueron preparados, un ejemplo de ello es hacer frente a la complejidad y desaceleración de la economía boliviana, ya que fueron preparados en relación al éxito y al conocimiento.

“Lo prudente es enfocar procesos de sucesión y no renunciar a la capacidad de la gente joven, hay que saber acompañarla con una dosis de sabiduría y de experiencia. Ningún extremo es positivo, por lo que es recomendable conformar un directorio mixto donde se comparta una visión”, sostiene Urey, quien vaticina que el fenómeno de la vuelta de los boommers no irá en aumento porque el cambio nace a raíz de situaciones coyunturales.

Desde la perspectiva del economista Jhonny Andrés Burgos,  la generación X -nacidos entre 1965 y 1979- es la más aceptada debido al dinamismo y la cautela para administrar un negocio previendo cambios que puedan surgir en un futuro inmediato. 
Burgos menciona también que la economía es cíclica, a lo largo del tiempo tiene altas y bajas, y esto es valorado por las empresas que buscan talento y optan por profesionales con décadas de experiencia que sepan encarar los vaivenes de un negocio, aspecto que las nuevas generaciones no confrontan debido a su poca experiencia en la práctica. Resume que las empresas manejadas por profesionales inexpertos se encaminan al fracaso.

El consultor y ejecutivo de London Consulting Group, Alexandre Massart, cree que ocupar una silla ejecutiva a temprana edad no es recomendable debido que para llevar las riendas de una corporación no basta tener el dinamismo de la juventud, sino otras aptitudes dadas por la experiencia y la puesta en práctica de los conocimientos técnicos que justifiquen este relevo generacional.

No obstante, observa que las cifras del estudio no representan un cambio significativo en las estructuras empresariales de la región y, en especial, de Bolivia, ya que los baby boomers están cerrando ciclos y los jóvenes están ubicándose detrás de los escritorios gerenciales gracias a sus habilidades o a que son familiares de accionistas; es decir, heredan el negocio. 

“Las empresas bolivianas ya no pueden postergar enfrentarse al cambio generacional porque estos son tiempos de transiciones que no pueden improvisarse”, refirió Massart.

Para el presidente de la Federación de Empresarios Privados de Santa Cruz (Fepsc), Luis Barbery, lo que se percibe desde la institución es una preocupación por tema de ajustes salariales a escala ejecutiva y no se nota un cambio a gran escala sobre las preferencias de las empresas con respecto a la edad de sus gerentes. 

Lo que sí llama la atención del dirigente es el cambio de actitud hacia el trabajo y hacia la vida por parte de los jóvenes, algo que es diferente a las generaciones anteriores.

Hay más motivación

Según la experiencia del consultor en rentabilidad empresarial, Roberto Guzmán, el fenómeno es más común de lo que parece. “La esperanza de vida en Bolivia aumentó unos ochos años en este siglo y cambió la realidad del jubilado, quien aún es una persona activa, productiva y con deseos de seguir ofreciendo su bagaje profesional”. 

Apunta, además a que la globalización y el desarrollo de la tecnología, obligó a este segmento a adaptarse a ella y competir con los millennials.

Guzmán puntualiza que las expectativas de esta generación son de autorrealización, tienen una alta valoración sobre sí mismos y fueron ‘adiestrados’ para ser visionarios. Asimismo, considera que les interesa la oportunidad de ser un agente de cambio y están motivados a leer libros de negocios, ver diferentes aprendizajes y nuevas experiencias de conocimiento.

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