Reto. Asumió hace poco la gerencia general de Belcorp en Bolivia, multinacional peruana que se expande en Latinoamérica. Destaca el valor de la creatividad y de motivar a la gente

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16 de enero de 2018, 4:00 AM
16 de enero de 2018, 4:00 AM

Un nuevo desafío asumió el boliviano Antonio Portugal en otra gigante multinacional. Tras desempeñarse por siete años y medio como gerente general de Unilever Bolivia, empresa anglo-holandesa de consumo masivo, pasó a dirigir desde fines del año pasado la gerencia general de Belcorp en el país, una corporación, con sede en Lima, que tiene cerca de 50 años de experiencia en la industria de la belleza, operando bajo el modelo de venta directa. 

Belcorp con sus marcas Ésika, Cyzone y L’Ebel está presente en 15 países de Latinoamérica. Trabaja con una red de más de 800.000 consultoras en la región, a las que considera “el pilar de la empresa”.

En Bolivia, su oficina central está en Santa Cruz. Tiene un equipo de unas 350 personas en el país.

¿Cómo pasa de una multinacional del sector de consumo masivo -Unilever- a una corporación de la industria de la belleza como Belcorp?
Me había planteado la posibilidad de hacer un cambio personal y profesional. Y en medio de eso apareció la invitación de Belcorp. Era la oportunidad para tomar un nuevo desafío y seguir desarrollando mi carrera. Si bien son industrias diferentes, en esencia se parecen. Siempre hay alguien que quiere vender algo y del otro lado, alguien que está dispuesto a comprarlo. Obviamente, Belcorp tiene su propio modelo de negocio y atención. Y algo que me atrajo de esta compañía es que tiene un propósito de existencia fascinante: “impulsar la belleza para lograr la realización personal”. Trabaja con cerca de un millón de consultoras en Latinoamérica. Es decir que las familias de cada una de ellas son impactadas de alguna forma con lo que esta empresa hace.  Cuando uno dimensiona eso se da cuenta de su gran aporte. 

 ¿Qué ambiente de trabajo ha encontrado en Belcorp?
Me encontré con una cultura de trabajo comprometida con sus metas, que vive el negocio día a día con mucha pasión. No hay que olvidar que la cultura es ese océano invisible en el que uno navega. No se lo ve, pero está ahí. Y eso es  lo que hace que lleguen buenas personas a una organización.

¿Qué desafíos se plantea desde la gerencia general?
Independientemente de la empresa y del momento siempre hay tres desafíos para un gerente general. Lo primero es seguir construyendo un negocio que crezca en forma consistente. El segundo reto es crear un ambiente de oportunidades  donde los trabajadores se sientan felices, puedan desarrollarse y  realizar sus sueños, tanto profesionales como personales. El tercer objetivo es dejar un legado en la compañía y la sociedad. 

¿Qué factores debe cuidar el líder de una empresa para asegurar una buena gestión?
La integridad. Y es que desde este cargo uno es el referente de la empresa y si bien suena como un cliché: liderar con el ejemplo es fundamental. Otro valor importante es la humildad, el servicio a los demás. El tercero tiene que ver con  ayudar  al desarrollo de sus colaboradores porque si ellos no se superan, la compañía no llegará muy lejos. Y además hay que asegurarse de estar rodeado de las mejores personas. 

¿Cómo enfrentan el clima de desaceleración económica del que se quejan empresarios?
Es poco tiempo para anticipar. Sin embargo, yo creo que nosotros como bolivianos siempre hemos logrado hacer frente a las crisis o situaciones difíciles.  La adaptabilidad es una gran cualidad. Y para ello se requiere creatividad y resiliencia. Uno tiene que reinventarse todo el tiempo y enfrentar problemas con simplicidad y coraje.

¿Qué tipo de líder busca ser?
Ante todo un líder humano. La idea es que a uno lo consideren parte del equipo. El liderazgo tiene que ver con entregar resultados, motivar a la gente a seguir el mismo objetivo y, además, inspirar un cambio o la propia realización de las personas a su alrededor.

¿Qué competencias laborales valora en sus trabajadores?
Creatividad, resiliencia y rebeldía

¿Por qué rebeldía?
Porque en el mundo empresarial actual exige romper paradigmas y tendencias. Si al país le va mal, no tiene porqué irte mal a ti. Si al país le va bien, a ti podría irte mucho mejor. Para eso se requiere un poco de rebeldía y mucha creatividad para hacer las cosas de otra forma. Puedes decidir no contagiarte del pesimismo y evitarlo. 

¿Cómo enfrentan la alta competitividad de este sector?
Tú le ganas a tu competencia con creatividad. Cuando tú terminas reaccionando a lo que  tu competidor hace, normalmente estás en problemas. Pero cuando tú innovas constantemente y no eres tú sino tu competidor quien te sigue, significa que vas por buen camino. Es muy desgastante vivir pendiente de la competencia. 

¿Qué potencial le ve a la industria de la belleza en Bolivia?
Es un mercado muy interesante con muchos retos que todavía no se han desarrollado por completo.   Hay muchas necesidades por atender tanto del público femenino como masculino. Es una industria competitiva, muy tecnificada y con mucho ‘know how’. 

¿Cómo ven este 2018?
Es claro que la situación económica no es la misma de hace años atrás, quizá pueda ser menos favorable por eso es necesario liderar la agenda del mercado y no viceversa. El consumidor boliviano está más informado y es más exigente. La globalización y digitalización nos plantea nuevos retos.