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29 de enero de 2018, 8:39 AM
29 de enero de 2018, 8:39 AM

Madrid, España

La hidratación es un aspecto fundamental que no se debe olvidar en la elaboración de una planificación nutricional, principalmente en la práctica de una actividad deportiva, ya que un déficit de agua en el cuerpo disminuirá el rendimiento del deportista.

El cuerpo presenta un mecanismo natural que autorregula la temperatura corporal  ajustándose a los cambios de temperatura ambiental, humedad, a la intensidad del ejercicio realizado, entre otros factores. Cuando estos provocan la subida de temperatura corporal a niveles muy altos, el cuerpo reacciona con un mecanismo de enfriamiento natural, la transpiración, lo que también se conoce como sudor, evitando así que ese calor llegue a niveles peligrosos y se provoque la hipertermia.

Cuando se entrena en condiciones de elevado calor y humedad, se exige aún más del cuerpo. Sin embargo, el rendimiento se puede ver perjudicado por la gran pérdida de líquidos corporales. Se estima que durante un entrenamiento moderado se puede originar hasta 1,2 l/h  de sudor, aunque estos valores pueden llegar a alcanzar los 3,7 l/h cuando la cantidad de agua ingerida es inadecuada, pudiendo incluso llevar a la deshidratación.

La mejor bebida para hidratar es el agua, pero cuando se tiene entrenamientos prolongados que superan los 60 minutos se debe utilizar  bebidas preparadas  con agua, carbohidratos y electrolitos, ya sea en forma de bebidas deportivas comerciales o preparaciones caseras (como se hace en muchos casos, esto con el objetivo de obtener los mejores resultados en el deportista).

Las recomendaciones de estas bebidas estarán pautadas de acuerdo a las necesidades específicas del deporte, el clima, la duración del entrenamiento, el peso, la composición corporal y el género.

Además que el momento en que se beban  (antes, durante y después de ejercicio)  garantizarán un buen mantenimiento físico y de salud.