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Entre jerarquía, ilusiones y espejismo

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2 de febrero de 2018, 15:10 PM
2 de febrero de 2018, 15:10 PM

¿Qué tan complicado puede ser armar un plantel? Entiendo que no tanto como parece porque en Oriente Petrolero se tenía previsto contar con una buena cantidad de dinero por la Copa Libertadores para invertir en buenas contrataciones, pero no fue así. La dirigencia debe conformar un equipo competitivo, con experiencia, jerarquía y sobre todo con futbolistas que puedan soportar la presión de vestir la camiseta verde y blanco, pues hasta el momento el plan de los dirigentes del club de “tirar la casa por la ventana” no ha funcionado.

Oriente tiene un plantel liviano, con el que sufrió para eliminar a un debilitado Universitario de Perú y que quedó desnudado ante la superioridad y jerarquía de un equipo más pesado, con oficio y roce internacional como Wilstermann, que mantuvo la base del torneo anterior y que le añadió un plus con refuerzos como el brasileño Lucas Gaúcho, solo por citar un ejemplo, que cambió el curso del partido en el Tahuichi con minutos en cancha.

Oriente experimentó con la contratación del portero Alejandro Gómez, al que trajeron por dos partidos y nunca dio seguridad en el arco. El paraguayo Jorge Paredes es el mejor, aunque anoche terminó expulsado producto de la calentura del juego. Los que están en deuda son Paulo Rosales y Jhony Cano, que no han mostrado mucho en los minutos que estuvieron en cancha.

De los nacionales, lo más rescatable es Juan Carlos Zampiery, que cumplió con lo esperado porque más no podemos pedirle. A Mancilla se lo premió con Copa Libertadores cuando en 2017 comió banca al ser suplente de Aponte en Wilstermann. Yasmani Duk vive en una burbuja, donde pareciera que él está por encima del equipo, mientras que el resto (Abraham Cabrera y Rodrigo Banegas) por ahora están de relleno.

En el plantel existen al menos siete futbolistas que están por demás, el mismo Néstor Clausen dijo “que el segundo gol fue un error no se puede cometer en el fútbol profesional”, pero me pregunto si pensó lo mismo cuando le dio la chance de entrar a Luis Méndez en el partido, cuando hace meses que no tiene continuidad y que no estaba en condiciones para jugar.

Lo cierto es que Oriente es una institución generosa con unos e ingrata con otros. Los hinchas tendrán que seguir esperando hasta que la dirigencia vuelva a armar un plantel competitivo, con proyección y hambre de títulos, que no se conforme con salvar el año ganando un clásico.