Barrabravas, un cáncer que atenta contra el fútbol

Preocupa, y no es de ahora, lo que ocurre en Bolivia con la erupción de barrabravas, mal llamados hinchas. El fútbol nació como deporte noble, no como incitador de violencia y menos como un modo de vida de gente enferma que se escabulle entre el público para saciar su sed violenta.      

Si quienes dirigen los destinos del fútbol en este país son de esos que ven y dejan pasar las cosas, estamos perdidos, y al final las lágrimas no tendrán sentido porque será demasiado tarde. Hoy representa un peligro latente corear en público el nombre de su equipo. 

Hace unos días se viralizó un video del que solo una bestia podría no indignarse. En las imágenes, captadas en Sacaba con una duración de 41 segundos, se ve que un par hinchas de Aurora obliga a dos muchachas a sacarse la camiseta de The Strongest que llevaban puesta, mientras otros buscan qué robar en las mochilas. Prácticamente las dejaron semidesnudas ante los ojos de gente enferma que se escuda en ese antro llamado barrabravas, esperando el momento justo para delinquir. Lo terrible de esta triste experiencia para estas chicas, que vivieron un infierno y no olvidarán jamás semejante vejamen, es que ni la Policía ni los clubes hacen nada para zanjar el problema de raíz. Les importa un bledo.

Sin ir lejos, porque no hace falta remover el pasado, previo al partido de ida por la Libertadores entre Oriente y Universitario, disputado en Santa Cruz, barrabravas albiverdes, entre ellos mozalbetes que hacen de las barras una guarida, creyéndose todopoderosos, anestesiados por la droga y el alcohol, abusaron de la inferioridad numérica de sus ocasionales visitantes, despojándolos de sus trapos y agrediéndolos de paso. 

Esa supuesta muestra de hombría -cualquiera es macho si la diferencia es de 100 contra 1- pudo haber terminado en tragedia porque los peruanos se fueron jurando venganza. Una vez en Lima, los de la ‘U’ cumplieron su promesa. Agredieron a los de Oriente en la previa de la revancha y uno de ellos recibió un balazo.

¿Hace falta tanta violencia para demostrar tanta hombría?

El fútbol a ustedes no los necesita. Si quieren ver correr sangre vayan y busquen a otro lado, no manchen las canchas ni las tribunas, que es lo más sagrado que tiene el fútbol.