Luego de ganar el León de Oro de Venecia, el director presentó en el festival de San Sebastián la película, que representará a México en los premios Óscar y Goya

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6 de octubre de 2018, 4:00 AM
6 de octubre de 2018, 4:00 AM

Ganadora del León de Oro en Venecia y candidata a los Óscar por México, Roma va camino de convertirse en una de las grandes películas del año. Su director, Alfonso Cuarón, aseguró, a su paso por el Festival de Cine de San Sebastián, que el 90% de las imágenes nacen de su memoria.

“La película está rodada en los mismos lugares donde sucedieron los eventos o reproducidos al milímetro”, señaló el ganador del Óscar a mejor director por Gravity (2013), quien reconoce que hubo “algo perverso” en revisitar tan fielmente su propio pasado. Cuarón llegó a San Sebastián para promocionar el filme, que se proyecta en la sección Perlas del festival y que Netflix tiene previsto estrenar en diciembre, simultáneamente en la plataforma y en salas de cine ‘selectas’. El director, guionista y productor mexicano dice no entender el debate actual sobre las ventanas de distribución.

“Las ventanas son irrelevantes”, afirma, “yo en mi vida quizás he visto más películas en formatos digitales que en salas de cine y he ido mucho al cine”. Aun así, admite que la pantalla grande permite apreciar “con todo su impacto” su último filme, que ha sido rodado en 65 milímetros, en blanco y negro y con sonido Atmos.

“La gente que quiera verla así podrá hacerlo”, aseguró. Roma la ha producido a través de su propia compañía mexicana, Participant Media, y ha sellado un acuerdo de distribución con la plataforma audiovisual estadounidense. “Una vez que salimos al mercado, Netflix es quien ofreció la mejor vida para esta película, pensando no solo en el futuro próximo, sino a largo plazo, porque no haces películas para las semanas del estreno, sino para toda la vida, esperando que en unos años sigan teniendo relevancia y sean accesibles”, comenta sobre su socio. Lazos entrañables La película es una oda al matriarcado en el que Cuarón se crio y una carta de amor a Libo, su niñera, que en la ficción toma el nombre de Cleo y es interpretada por la debutante Yalitza Aparicio.

La mirada amorosa de Cuarón convierte a Cleo, una mujer indígena y de clase social baja, en una auténtica heroína. “El personaje se basa en uno de los seres que más he querido en mi vida”, asegura. “Lo que ocurre es que llega un momento en que a la gente que amas los empiezas a considerar como individuos y entonces aparece toda una nueva dimensión”.

En este caso, una dimensión “innegable” fue la clase social y la raza. “Eso conllevó una reflexión acerca de una sociedad, de un país y finalmente del mundo”, subraya, aunque descarta que se trate de una declaración política. Cleo está en el primer plano en Roma, pero también es importante el personaje de su madre, interpretado por Marina de Tavira, y el trasfondo, por el que discurre un pedazo de la Historia de México, con referencias a las revueltas estudiantiles o a las disputas por las tierras de los 70. La cámara de Cuarón -quien asume personalmente la dirección de fotografía y el montaje- ofrece poéticas panorámicas del campo y de la ciudad, con instantes que marcaron su imaginación de niño: hombres bala, disfraces de astronauta, campamentos de artes marciales y, por supuesto, la televisión y el cine, de Cantinflas a Louis de Funes. “En la primera parte del rodaje fui muy inconsciente, llevado por la propia energía del cine”, señala el director de Y tu mamá también (2001).

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