Además de ser una atracción turística, con más de 13 millones de visitantes al año y que alberga reliquias de incalculable valor, la catedral ha inspirado numerosas obras artísticas que la han convertido en mítica

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20 de abril de 2019, 4:00 AM
20 de abril de 2019, 4:00 AM

Envuelta en llamas, como si se tratara de un espeluznante relato, la realidad superó cualquier ficción y esta semana fuimos testigos de la tragedia que sufrió uno de los íconos más importantes de París, un patrimonio cultural de la humanidad.

El incendio en la catedral de Notre Dame puso lágrimas en los ojos del mundo y una profunda sensación de pesar en los que saben del valor histórico de este monumento, cuya edificación comenzó en 1163 y se terminó en 1345. Fue inevitable también asociarla con imágenes que han sobrevivido imponentes a través de la historia del arte.

Su gótica magnificencia es uno de los símbolos de la Ciudad Luz y, como tal, no podía estar ausente desde un principio en el reflejo de obras de grandes artistas. Sin duda, el imaginario popular la asocia en términos artísticos inmediatamente a Nuestra Señora de París, en virtud de las múltiples adaptaciones que el cine hizo de la inmensa épica surgida de la pluma de Victor Hugo y publicada en 1831.

Las asociaciones también se las puede encontrar en la pintura y la danza, hasta el teatro.

El hombre que escribía

El periodo 1829-1843 fue el más  productivo de la carrera de Victor Hugo, poeta, dramaturgo y novelista romántico francés, considerado como uno de los más importantes en lengua francesa. Su gran novela histó- rica Nuestra Señora de París, un cuento que se desarrolla en el París del siglo XV, le hizo famoso y le condujo al nombramiento de miembro de la Academia Francesa en 1841.

Las obras de Victor Hugo marcaron un decisivo hito en el gusto retórico de jóvenes escritores; además, su visión crítica de la sociedad europea en general y francesa en particular se ve reflejada en novelas como El hombre que ríe y Los Miserables, que experimentan el influjo de aquellos intentos sociales que habían hecho del autor un hombre político.

Pero es en Nuestra Señora de París, donde la pasión se mezcla con su fascinación por la urbe parisina. El libro se presenta como una reivindicación de los edificios góticos y desemboca en el relato de un amor imposible: el de la gitana Esmeralda y el jorobado Quasimodo. La novela se sitúa en 1482, bajo el reinado de Luis XI. Un pasaje del libro recuerda dramáticamente lo sucedido en las últimas horas: “Todas las miradas se dirigían a la parte superior de la catedral y era algo extraordinario lo que estaban viendo: en la parte más elevada de la última galería, por encima del rosetón central, había una gran llama que subía entre los campanarios con chispas, una gran llama revuelta y furiosa”. Alrededor de los personajes del ‘monstruo’ Quasimodo y de la gitana Esmeralda, Hugo hizo de la catedral la verdadera heroína de Nuestra señora de París, con el objetivo de llamar la atención sobre el estado de decrepitud del monumento.

1. La libertad guiando al pueblo, de Eugène Delacroix, muestra las dos torres de Notre Dame.
2. Marc Chagall se inspiró en la catedral gótica y la Torre Eiffel para ilustrar su visión de París.
3. La comedia musical Notre Dame de París ha sido representada en más de 20 países.
4. Victor Hugo es considerado como uno de los más importantes escritores en lengua francesa.

En la pantalla

Victor Hugo ha inmortalizado el perfil de una catedral que ha sido el escenario de múltiples adaptaciones cinematográficas de la obra literaria. La novela ha dado lugar, al menos, a 10 adaptaciones en el cine y a cinco en televisión. La más antigua es La Esmeralda, de Alice Guy y Victorin Jasset, fue estrenada en 1905. Asimismo, la obra inspiró la película muda El jorobado de Notre Dame, que en 1923 protagonizó Lon Chaney como Quasimodo y que tuvo en Patsy Ruth Miller a su Esmeralda.

En 1939 se estrenó la película El jorobado de Notre Dame (en España Esmeralda, la zíngara), que es ampliamente considerada como la mejor adaptación de la novela, con el actor inglés Charles Laughton como Quasimodo y Maureen O’Hara de Esmeralda, fue nominada dos veces al Óscar. Y una de las más recordadas adaptaciones para la gran pantalla fue la de Jean Delannoy en 1956, que contó con dos actores de excepción: Gina Lollobrigida en el papel de Esmeralda y Anthony Quinn como Quasimodo.

Los estudios Disney se ocuparon en 1996 de su adaptación para el público juvenil, con el filme El jorobado de Notre Dame, que tuvo como canción original en español la balada Sueña, de Luis Miguel y una segunda parte, El secreto de Quasimodo, que salió en video. En 1997, la actriz mexicana Salma Hayek, llegó a ver la catedral como su refugio cuando interpretó a la gitana Esmeralda en la película El Jorobado de Notre Dame, dirigida por Peter Medak. Tras el incendio, diversas fuentes allegadas a François-Henri Pinault (multimillonario francés y esposo de Hayek) confirmaron que el empresario donará 100 millones de euros para la reconstrucción del recinto religioso.

Teatro, ballet, ópera

La comedia musical Notre Dame de París fue creada en 1998 por Luc Plamodon (letras) y Richard Cocciante (música). Ha sido representada en más de 20 países y adaptada a nueve idiomas. En enero, celebró su representación número 5.000.

Asimismo, La Esmeralda es un ballet del francés Jules Perrot, con música del italiano Cesare Pugni, creado en el Teatro de Su Majestad de Londres en 1844. El ballet que lleva el nombre de una de las protagonistas del libro conoció varias versiones, sobre todo en Rusia. Otra obra inspirada en la catedral es Notre Dame de París, del coreógrafo francés Roland Petit, es un ballet creado en 1965 para la Ópera Nacional de París, con música de Maurice Jarre y vestuario de Yves Saint Laurent, colorido como los vitrales de la catedral. Uno de los primeros antecedentes de una ópera es La Esmeralda, de la compositora Louise Bertin, creada en 1836 en París. Victor Hugo escribió personalmente el libreto, pero la obra fue un fracaso.

Pintura

La majestuosidad y simbolismo de Notre Dame está presente en algunos cuadros de grandes artistas de los dos últimos siglos. La consagración de Napoleón fue realizado entre 1805 y 1807 por Jacques-Louis David, pintor oficial del emperador, y representa su coronación en la catedral de Notre Dame. Igualmente, Marc Chagall (1887-1985) se sintió muy inspirado por la catedral gótica así como por la Torre Eiffel para ilustrar su visión poética de París.