La actriz, que falleció a los 97 años, permanecerá en el recuerdo por Que será, será, un éxito mundial que le permitió juntar las dos grandes facetas de su carrera: la canción y el cine.

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18 de mayo de 2019, 4:00 AM
18 de mayo de 2019, 4:00 AM

Los caballeros las prefieren rubias pero se casan con las morenas, reza el título de la novela de Anita Loos. Doris Day era la excepción. La actriz, que hubieran aceptado gustosas todas las madres como nuera, falleció el lunes en su casa de Carmel Valley, en California, a los 97 años como consecuencia de una neumonía. Su imagen candorosa brilló en algunos de los grandes éxitos del cine de Hollywood en los años 50, como Confidencias a medianoche, Pijama para dos o El hombre que sabía demasiado.

Esa imagen, sin embargo, no se correspondía exactamente con la realidad. Se casó cuatro veces -con tres divorcios-, sufrió una crisis nerviosa y padeció problemas económicos después de que uno de sus maridos despilfarrara su dinero. Mi imagen, escribió en su autobiografía, titulada Doris Day: Her Own Story (Doris Day: su propia historia) y publicada en 1975, es un término que me desconcierta. Nunca tuve la intención de crearme una imagen, ni en mis películas ni en mi vida privada». Intencionada o no, el caso es que Doris Day (en realidad se llamaba Doris Mary Ann Von Kappelhoff ) era en los años cincuenta una de las novias de América.

Y virgen. “Mi imagen pública -se lee en el citado libro autobiográfico- es inconfundiblemente la de la virgen saludable de Estados Unidos; la vecina despreocupada y llena de felicidad. Una imagen, puedo asegurar, más falsa que cualquier parte de una película que haya interpretado. Pero soy la señorita Cinturón de Castidad, y no hay nada qué hacer”. Esa imagen caló en la sociedad estadounidense hasta el punto de que el actor Öscar Levant la resumió en una célebre frase: “Conocí a Doris Day antes de ser virgen”); también era objeto de burla en una de las canciones del musical Grease: Look at me I’m Sandra Dee. Doris Mary Ann Von Kappelhoff comenzó su carrera profesional como cantante a los 15 años, un año después de haber viajado a California con la intención de convertirse en bailarina; un accidente de tráfico, en el que se rompió una pierna, frustró sus deseos, y volvió sus pasos hacia la música. Consiguió trabajo como cantante en la banda de Les Brown, un conocido director de orquesta.

Allí se cambió el nombre, por sugerencia de uno de los músicos, que escuchó a la joven cantar Day by Day. Allí también tuvo su primer éxito, Sentimental Journey. Fue en 1945, y se convirtió en un himno para los soldados que volvían a casa tras la II Guerra Mundial. Para entonces, Doris Day ya se había divorciado de su primer marido, Al Jorden, y se había casado por segunda vez, con George Weidler.

Tampoco este matrimonio duró demasiado, y la actriz volvió a su casa de Cincinatti. Pero su agente le convenció para que acudiera a una fiesta a casa del compositor Jule Styne. Allí cantó Embraceable You; la escuchó el músico Sammy Cahn, que la recomendó para un papel en Romanza en alta mar. El director de este primer filme era Michael Curtiz, que se enamoró de aquella joven actriz rubia; con él protagonizó varios filmes, entre ellos Mi sueño eres tú (1949), El trompetista (1959) o I’ll See You in My Dreams (1951). Otro director fundamental en aquellos primeros años de la carrera de Doris Day fue David Butler; a sus órdenes rodó El amor no puede esperar (1949), Té para dos (1950), Nana de Broadway (1951), April in Paris (1952), Operación matrimonio (1953) y Calamity Jane (1953). En 1956, Alfred Hithcock la contrató para interpretar a una cantante retirada, esposa de un físico interpretado por James Stewart, en El hombre que sabía demasiado.

De la intervención de Doris Day en aquella película -el crítico del New York Times dijo que su actuación era «sorprendentemente efectiva»- queda su interpretación de la canción Qué será, será, de Jay Livingston y Ray Evans, que ganó el Óscar a la mejor canción. Aunque, curiosamente, la actriz no era muy partidaria de esta canción -pensaba que duraba demasiado-, la interpretaría en otras dos películas posteriormente: No os comáis las margaritas (1960) y Una sirena sospechosa (1966).

Era la sintonía para el programa de televisión The Doris Day Show, que la actriz protagonizó entre 1968 y 1973, y del que grabó 128 episodios. En 968 también protagonizó su última película, «El novio de mamá», de Howard Morris. Pudo ser la señora Robinson en «El graduado», pero rechazó el papel por pensar que mostraba una relación sexual explotadora. Doris Day centró sus esfuerzos a la fundación en defensa de los animales que creó; recibió un Globo de Oro y un Grammy por su carrera, aunque su miedo a volar no le permitió recibir este ni otros galardones, como la Medalla Presidencial de la Libertad.