Algo mágico y maravilloso debe tener nuestro país que ha fascinado y fascina a tanto buen escritor. Verne se refiere a Bolivia en su novela Un capitán de 15 años; Melville, en la clásica Moby Dick

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6 de octubre de 2018, 4:00 AM
6 de octubre de 2018, 4:00 AM

Hace unas semanas publiqué la segunda edición de la Antología Bolivia, tu voz habla en el viento. En ese libro incluyo a 60 autores de diversos países que hablan del nuestro: cuarenta poetas, cinco cuentistas y quince articulistas y/o ensayistas; del total veinte pertenecen a extranjeros, entre ellos a tres premios Nobel de Literatura: Miguel Ángel Asturias, Pablo Neruda y Mario Vargas Llosa.

Creo que, pocas, veces, tantos escritores reconocidos han escrito sobre un país. En el prólogo de esta antología me refiero a algunos de los grandes escritores del mundo que se han ocupado del mar históricamente boliviano en sus cuentos o en sus ensayos, aunque sea como una referencia geográfica como en el caso de Julio Verne, en su novela Un capitán de 15 años, que sirvió de alegato en la demanda presentada por Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya.

En el punto 1.7 denominado Documentos efectuados por terceros, la demanda dice textualmente:

1) Informe sobre Bolivia, elaborado por Joseph B. Pentland, efectuado en 1826, por el mencionado explorador, y elevado a conocimiento del Exmo. Ministro de Negocios Extranjeros de Londres por el Sr. Cónsul Británico de su Majestad para el Perú: C.M. Rickets, cuyo contenido, en cuanto al ejercicio de los derechos bolivianos en estos territorios, sostiene: “…Bolivia se separa de la República del Bajo Perú por la rama oriental de la Cordillera de los Andes, por el gran lago mediterráneo de Titicaca y por la Cordillera Occidental de los Andes hasta el límite Sud del Bajo Perú, donde entra la Provincia Boliviana de Atacama que confina con la Provincia Chilena de Copiapó.

2) Julio Verne, el gran geó- grafo y escritor francés, legó a la humanidad diversas obras en las que narra aventuras, las que, en cuanto a los viajes de sus personajes corresponde, guarda una relación con la descripción geográfica.

Es así que en su obra Un capitán de 15 años se dedica a narrar la aventura de sus personajes: Dick Sand, la señora Weldon, Harris, el viejo Tom y otros que naufragan en el océano Pacífico en la nave que los transportaba, el Pilgrim; al encontrar tierra, los náufragos no conocían el territorio en el que se encontraban y, por ello, Verne, a través del ocasional habitante de aquel lugar Harris, explica lo siguiente: - “Nuestra primera pregunta –prosiguió la Sra. Weldon– ha de ser para preguntarle dónde estamos. - Pues están ustedes en el Litoral de América del Sur –respondió el desconocido (Harris), que parecía sorprendido ante la pregunta

– ¿Pueden tener alguna duda a este respecto? - Sí, señor, porque la tempestad había podido desviarnos de nuestra ruta, que no he podido determinar con precisión –contestó Dick Sand (el capitán de 15 años). Ahora he de preguntarle dónde estamos con exactitud,… supongo que nos hallamos en la costa del Perú. - ¡No, joven amigo, no! (respondió Harris) ¡Un poco más al sur! Han encallado ustedes en la Costa Boliviana y se encuentran en la parte meridional de Bolivia que confina con Chile.

- …Dick Sand reflexionaba acerca de lo que acababa de escuchar. Aquello no le extrañaba mucho, pues su cálculo podía haberle engañado en lo que concernía a las corrientes; ...en efecto, teniendo en cuenta el sitio donde había dejado la isla de Pascua, debía hallarse entre el vigésimo séptimo y trigésimo quinto paralelo, sobre poco más o menos, y había encallado en el vigésimo quinto paralelo.

- … Caballero –dijo entonces Dick Sand– de su respuesta deduzco que nos encontramos a gran distancia de Lima.

- Sí, Lima está lejos… por allá, por el norte.

- …Nadie nos conoce en esta parte de la baja Bolivia. –Pues bien, señora Weldon, usted y sus compañeros verán un singular país, que contrasta de un modo extraño con las regiones de Perú, del Brasil o de la República Argentina. Su flora y su fauna causarían el asombro de un naturalista. ¡Ah...! Puede decirse que han naufragado ustedes en un buen lugar, y si no fuera importuno, podrían dar gracias al destino.

- Creo que no ha sido el destino el que nos ha traído aquí, dice la sra. Weldon a Harris, sino Dios”. Así concluye esta parte en la que una obra de ficción sirve para alegar una verdad histórica, como también lo hace Herman Melville en Moby Dick, la ballena blanca, citado por Pablo Cingolani: “Allí lanzó una hipótesis temeraria: la independencia de Bolivia fue producto de los efectos benéficos de la caza de ballenas en el Pacífico Sur.

El mérito es que reconoce a Bolivia como un país marítimo” y la cita textual es: “Fueron los balleneros los primeros en abrir una brecha en la celosa política que la corona española mantenía con esas colonias; y si el espacio lo permitiera, podría demostrarse claramente que gracias a los balleneros se logró al fin la liberación de Perú, Chile y Bolivia del yugo de la vieja España, y se estableció la eterna democracia”.

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